Cualquiera puede dominar un sufrimiento, excepto el que lo siente.
- William Shakespeare
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– ¿El especial? ¿Y eso con qué se come?
– Con cuchara. Lógico – dijo Justin mostrándome el cubierto.
Me hice un lugar a mí y a mi bandeja en la mesa de la cafetería que estaba cerca de la ventana. Usualmente nos sentábamos ahí cada vez que llovía y hoy no era la excepción. Es la forma más abierta de conectarte con la naturaleza, según Angie. Que también es de esas personas que no sale ni a mirar por la ventana sin un paraguas.
– Esto es un insulto a la comida – dijo Michael, apartando el plato de sí.
– ¿Tú que sabes de la comida, genio? – le decía Justin.
– Pruébalo – lo desafío.
Justin metió la cuchara en el tazón y dejó que se hundiera lentamente.
Angie acompañó mi cara de sorpresa con una expresión de horror.
– Vale. Te dejo ganar esta vez – dijo Justin al fin.
– Mejor sólo tomemos la sopa – sugirió Angie.
Aunque es de lo más común, la comida que servían en la escuela no era tan mala. Me preguntaba a que se debía la pequeñez de elecciones en el menú aquella mañana. Por que por decirlo así… sólo había sopa, el especial y jugo de naranja.
– Esto pasa cuando llueve. No pueden ir a abastecer la cocina, entonces hacen en almuerzo con lo que tienen – me respondía Angie mientras tomaba el primer sorbo de la sopa.
– Está caliente.
– Gracias por avisar – dijo Michael sarcásticamente, quien ya se había quemado.
– ¿Qué? Se supone que tú lo sabes todo antes que nosotros por tus sueños locos – se burló Justin.
– Enemigo a las seis en punto – dijo Angie bajando la mirada.
Me volteé.
– Disimulen – agregó, fastidiada.
– No aclaraste – dije.
Se trataba de Mary, en la mesa de las animadoras, riendo a carcajadas y echándonos el ojo. Por jugadas de la suerte, apartó la vista al mismo tiempo que yo la observé y no pudo notarme.
– ¿Mary? – dije, como para asegurarme de que miraba a la persona correcta.
– Si, la ex de Michael – rió Angie.
Michael se llevó una cucharada a la boca, muy enojado.
– ¿Te ves en un futuro con ella? – preguntó Justin, queriendo hacernos reír. – ¿Entiendes? ¿Un futuro? – comenzó a reír.
– Tus chistes no me dan risa.
– No son chistes. Soy afirmaciones mitológicas que tienen una muy curiosa similitud con tu deformidad mental.
– Tú también eres un deforme mental.
– Justin ¿Qué estoy pensando? – dijo Angie.
– Estupideces – Respondió.
– ¡Michael! – dijo Angie, como acusando a Justin con él.
– ¡Quieren calmarse!
– Los que se pelean se aman – dije, en una mala pasada.
Ahora fue Michael quién comenzó a reír.
Pero dejó de hacerlo cuando el jugo de naranja de nuestros vasos comenzó a moverse.
Justin quedó con la cuchara en la mano y con la boca abierta, shockeado.
Michael, como si de un acto reflejo se tratara, se volteó y corrió su silla. Segundos después, un pedazo de techo cayó en dónde el estaba sentando antes de moverse.
<<Está sucediendo>> Dijo apenas empalideció.
Mi celular comenzó a sonar, iba a alejarme para contestar, pero creo que no fue la mejor de mis ideas.
– ¿Papá?
– ¡Anna! ¡Ven a casa, ahora!
– ¿De qué estás hablando? ¡No se pue…
– ¡Anna! ¡Te tomas un tren y te vienes para casa! ¡Ahora! ¡Se acerca un terremoto terrible!
– Pero papá no es seguro que…
– ¡Nada! – ahora sonaba terriblemente molesto y comenzó a gritar - ¡O te vienes para casa o yo mismo te mato! – colgó.
Me caí de rodillas. No entendía nada. La tierra cada vez se movía más.
Se rompió el gran ventanal y el vidrió se lanzó a mí como si yo fuera una especie de imán.
Me escondí bajó una mesa y esperé que, en cualquier momento, un corte filoso me rosara en la espalda.
Aún tenía el teléfono en la mano y lo apretaba con todas mis fuerzas. Alcancé a espiar la escena por detrás de la mesa: ya no había nadie; seguramente todos habían salido corriendo mientras yo atendía la llamada.
El viento voló la mesa sobre mí.
Volví a mirar el teléfono ¿De veras está tratando de protegerme? ¿Esa es la manera de decírmelo? Comencé a derramar lágrimas. Otra vez me enfrentaba al trauma de toda mi vida hasta ahora, el que él me gritara. No sé como, pero él lograba ponerme a llorar sólo con su tono de voz.
Ahora temblaba. Esta nerviosa. Poco me interesaba si el terremoto hacía de las suyas sobre mí.
Alguien levantó la mesa que estaba sobre mí.
– Annie, por dios. Levántate – Michael me dio la mano.
– ¿A dónde vamos? – dije, aún lagrimeando.
– Sólo corre.
Corrimos tratando de no mirar afuera. Parecía como si la mismísima tierra se estuviera tragando todo lo que mis ojos eran capaces de divisar con mi cabello en la cara, lágrimas y la tierra que volaba y chocaba de forma violenta con las ventanas que aún no estaban rotas, o por lo menos no en su totalidad.
Entramos al cuarto dónde los conserjes guardaban los artículos de limpieza. Un lugar totalmente frío, desolado y pequeño.
Michael le dio llave a la puerta y se dejó caer en el suelo.
Me senté frente a él, con la espalda en la pared. Estábamos bastante cerca, ya que el lugar era tan angosto que las paredes no estaban tan separadas una de otra.
Aún temblaba, con mi teléfono en mano y odio trasmitido por mis lágrimas.
Michael no lo notó hasta que levantó la cabeza. Se la estaba tomando con ambas manos de nuevo.
Le dolía, tal como me lo había descripto antes.
– ¿Te sientes bien? – logré decir luego de unos segundos. Con la voz entrecortada. Ahí fue cuando notó que lloraba.
– Tú no – dijo - ¿Qué sucede?
– Nada. Que tengo que irme a mi casa. – dije, indiferente.
– Annie… cuando el terremoto termine, el clima se calmará. Pero aún así no podremos salir de la escuela.
– ¿Por qué no?
– Malas cosas van a ocurrir. Terribles. Confía en mí, no te vallas.
– Pero…
– Por favor.
Me llevé las manos a la cara, dando lugar a más lágrimas.
Ahora si mi padre va a matarme. Y no se que tan lejos esté eso de lo literal.
– No llores. Todo va a estar bien. Este lugar solía ser un refugio, nada nos va a pasar si esperamos a que…
– No es eso. Si esto no me mata yo… - rompí a llorar, peor.
Se sentó a mi lado y tomó la mano que cubría mi cara para apartarla despacio. Pero no se lo permití.
Se acercó más y me hablaba casi susurrando.
– Si no quieres contarme, no hay problema. Lo entiendo.
Quería contarle. Pero mi voz entrecortada de seguro no me lo permitiría.
– Preferiría que ahora no – dije, una vez que me calmé.
Me sentía de lo peor.
Había un terremoto afuera. Mi padre me odiaba otra vez. Yo le tenía miedo otra vez y Michael ya me vio llorar. Y eso último era justo lo que trataba de olvidar.
Se quedó en silencio. Como no queriendo interrumpir, pero mirándome. Sé que lo hacía. Lo sentía a pesar de que mantenía mi vista al frente, a la nada. No tenía el valor para enfrentar su mirada ahora.
– Que sueño más loco has tenido – le dije, refiriéndome a toda la situación que había afuera.
– Es aún peor en vida. Es una pesadilla – dijo, con su mirada insistente en mí.
El terror me tomó una vez más.
– Soñaste que lloraba ¿Cierto? – pregunté.
– Si – tardó en responder.
– ¿Soñaste la razón?
– … También.
– ¿Por qué entonces me obligabas a decírtelo?
– Se que lloras por una llamada de tu padre, pero no sé por qué. Es decir, eso lo sabes tú. Y si te pareció que te obligaba a decirlo… perdona.
– Entonces ¿Sabes que lloro por culpa de mi padre pero no sabes qué fue lo que él me dijo?
– No. No pude evitar que lloraras recién. Pero puedo evitar que llores ahora.
– ¿Por qué harías eso?
– No sé… me da no se qué que llores. No está bien.
– ¿Y no soñaste que mi padre me mataba o algo por el estilo?
– Demonios. Tengo ese estúpido dolor otra vez – dijo llevándose las manos a la cabeza.
– ¿Y tus pastillas?
– Trato de no tomarlas.
Ahora si lo enfrenté.
– ¿Enserio? ¿Por qué?
– Por que ya descubrí por qué me duele.
– ¿Por qué, entonces? – dije, sorprendida.
– Sueño el futuro ¿No es así? Si se lo cuento a alguien, y a ése alguien no le gusta lo que yo le dije, y lo cambia. Eso es lo que me hará doler.
– ¿Dices que te duele cuando alguien cambia el futuro?
– Si. Por eso no cuento mis sueños. Por que si lo hago, corro el riesgo de que esa persona haga algo distinto y me cause dolor.
– Pero me acabas de contar lo que va a pasar ¡Por eso te duele! ¿Por qué rayos lo hiciste?
– Era necesario. Te ibas a ir.
Se me encogió el corazón por la forma en que lo dijo.
– Si te vas te va a pasar algo…
– ¡No me lo digas! – le interrumpí.
– Pero…
– ¿Aceptas el dolor horrible del que me hablas con tal de que no me pase nada? – pregunté.
– Aceptaría cualquier cosa para que no te pase nada.
Volví la mirada al frente. No podía soportar frases como esas con miradas directas.
Pero tras unos segundos, volví a mirarlo.
– Si no cuentas nada. No te duele nada ¿No?
– Si hago señas también. Hoy, cuando corrí la silla. Cambié el futuro. También forma parte de lo que me duele ahora.
– Pero si no lo hacías, un pedazo del techo se te iba a caer encima.
– Ya ves.
– Entonces, jamás de dejará de doler.
– Prefiero no pensar en ello.
– Lo siento.
Al pasar unos minutos, Justin tocó la puerta para que abriéramos, y no tardamos en reaccionar. Entró y cerré la puerta tras él.
La única manera de que supiera dónde estábamos era, seguramente, por su poder de leer mentes.
– Pero no me puedes leer la mente a mí- dijo Michael.
– A ti no, pero a Annie si – contestó Justin.
– ¡Pero si ni siquiera estoy dormido! – exclamó de nuevo Michael – ¡Dijiste que sólo lees mentes cuando estoy dormido!
– Quizá evoluciono… o no sé, me convencí de que realmente dormías.
– ¡¿Cómo rayos crees que puedo dormir en éstas condiciones?!
– Fácil. Creí que ya habías muerto.
Michael le dijo todo lo con la mirada.
– Tarado, no te enojes. Lo bueno es que estamos bien.
– No hasta que me pidas perdón por meterte en mi mente – dije, ya olvidando lo de mi padre y guardándome el teléfono en el bolsillo.
– Eso… recordé que me cuesta mucho leerle la mente a las mujeres – dijo algo confundido – La voz que me dijo que estaban aquí fue demasiado clara ¡Hay alguien más aquí que sabe de todo esto!
– Como sea… Salgamos de aquí.
– ¡Oh! ¡Eso también! La mitad de la escuela está en ruinas… asique… El decano quiere que vayamos de campamento.
– Que idea más recreativa – dije en forma sarcástica.
– Nada de eso – me corrigió Justin – Nos seguirán dando clases bajo los árboles si es necesario.
Nos levantamos para caminar y horrorizarnos de lo que veíamos. Realmente la escuela era un desastre. Pero no seguimos el camino a nuestros cuartos hasta que Michael nos aseguró de que el huracán no iba a volver.
Allí encontré a Angie, empacando lo que podía.
– Chicos. Su cuarto es un desastre. No podrán sacar nada más – les dijo.
– ¿Entraste a nuestro cuarto? – preguntó uno de ellos.
– Si, pero logré sacar sus maletas – decía, orgullosa.
– Angie, pudo ser peligroso.
– Si, como digas Mike. Nada del otro mundo. El campamento será tan corto que…
– ¿De que hablas? – interrumpí.
– ¿Qué no saben? Nos tendrán en el campamento hasta que llegue el fin de semana. Luego nos enviarán a nuestras casas. Y si no encuentran otro lugar dónde darnos clases… seguramente perderemos el año.
– Pequeño detalle… - dijo Justin aterrado - ¡Vivo en Canadá! ¡Si me voy, no vuelvo! Y si mi madre se entera de lo peligrosa que es la escuela, de seguro me cambiará.
– Puedes quedarte en mi casa – dijo Michael – No hay nadie y de todas maneras necesito a alguien que cocine – río.
– ¿Ustedes se soportarán tanto tiempo? – dijo Angie.
– Es mi compañero de cuarto y aún no nos hemos matado. Sobreviviremos. Ah y gracias Michael.
Medité.
Ir a mi casa significa: Mi padre.
Y mi padre significa: Muerte.
– Angie.
– ¿Si? – dijo ella.
– ¿Puedo hablarte? – pregunté.
– Claro. Ustedes dos, lárguense. Ya tienen sus maletas y el autobús está afuera esperándolos. Suban al nº 9. Iremos en un minuto.
– Como sea – salieron el uno tras el otro.
Me senté en la cama y me quité el cabello de la cara. Angie puso un par de maletas juntas y buscó sus zapatos debajo de la mesa tratando de esquivar los pedazos de vidrios rotos.
Miré mis manos, no sabía como decírselo ¿Y si lo tomaba como un aprovechamiento?
Me sacó de los pensamientos de mi retorcida mente cuando dejó caer otro bolso de ropa en la cama, frente a mí.
– ¿Tampoco puedes ir a tu casa, cierto? – dijo, como leyéndome los pensamientos.
– Te juntas demasiado con Justin – afirmé.
– Puedes quedarte en mi casa Annie ¡No hay ningún problema! Además sólo somos mi papá y yo.
Ni ella ni yo teníamos madre ahora. Mi papá de seguro estaba totalmente destrozado, pero ahí estaba yo, escapándome cobardemente a otra casa para no verle la cara.
A Angie no se le vio rastro de tristeza cuando mencionó a su padre solo en casa. Su simpatía lo cubría todo. Además, yo no quería ser otro problema. Si iba a permanecer en su casa, debía ayudar de lo más posible.
– Además. Vivo a unas pocas calles de la casa de Michael, dónde también estará Justin. Podremos juntarnos y hasta hacer pijamadas – río.
– ¿Pijamadas? – dije - ¿Con chicos?
– Hago pijamadas con Michael desde que tengo memoria. Películas de terror y ésas cosas. Descuida, no es nada del otro mundo. Será divertido. Te podremos enseñar muchos de nuestros juegos favoritos.
Por un momento nos imaginé a todos jugando juegos de niños.
– Está bien – sonreí.
– Pero no te animes demasiado. Aún tenemos tres días de campamento, mínimos.
– También será divertido.
– Es así como me gusta oírte – me aventó mi maleta para que la cargara hasta el autobús.
Es aquí en dónde empieza el maravilloso cuento de cómo el autobús número nueve se sale del camino y es conducido por un tarado de dieciséis años.
La primera etapa fue normal. Buscábamos nuestros asientos cerca de los chicos cuando mi celular comenzó a sonar de nuevo. Llamaban de mi casa. Asique metí el teléfono en mi maleta hasta el fondo, debajo de kilos de ropa para asegurarme de no oírlo por un tiempo. Las únicas personas con quienes me interesaba hablar estaban junto conmigo, dentro del vehículo.
Mary iba en el nº 5.
Michael apareció con un vaso de café caliente.
– ¿De dónde sacaste eso? – preguntó Angie.
– De la cafetera.
– No deberías tomar eso si te duele la cabeza.
– Tengo que tomar algo, lo que sea.
Angie me observó a mí al mismo tiempo que yo a ella.
Justin tocó uno de los botones del techo, parecía ser para llamar a las azafatas, o algo así.
Obviamente era un viaje escolar y por ello no venía ninguna.
– Que mal servicio – protestó.
Michael estaba inquieto.
Comenzamos a planear nuestras mini-vacaciones con Angie y platicamos de todo lo que haríamos. Justin cambió de lugar con Michael y lo dejó del lado de la ventanilla. Se acercó a nosotras y también comenzó a dar ideas.
Ya íbamos planeando el tercer día cuando Michael repentinamente se levanta y camina hasta el fondo del bus.
Sabía de qué se trataba. Si Angie lo veía con ésas pastillas de seguro cancelaba todo y se pondría triste otra vez.
– Voy a llamar a Susie – fue su excusa.
Despisté a Justin y también caminé hacia atrás hasta dónde estaba Michael.
Dicho y hecho, estaba drogándose otra vez con ésas cosas.
– Me mentiste. Dijiste que ya no las tomabas.
– No soporto el dolor y no necesito que vengas a darme órdenes – sonaba muy enojado. Me hizo automáticamente bajar el tono de mi voz. Esto se ponía feo.
– Sabes que eso te hace mal…
– Bueno ¿Directo lo quieres? Estoy harto de fingir que soy un santo frente a ti por temor a que te enojas. Ya no me importa.
– ¿Crees que lo que haces es cosa de santos? ¿Quién te crees que eres? ¿No eras capas de decírmelo antes?
– ¿Quieres largarte Annie? – me interrumpió y me contestó de manera grosera.
– ¿Pero qué demonios te pasa ahora?
– ¡Déjame! – gritó y todos voltearon - ¡No te soporto! – se buscó otro asiento.
Angie vino hacia mí y me arrastró hasta mi asiento otra vez.
¿Qué había hecho ahora? ¿Era Él bipolar? ¿Las pastillas lo ponían así?
No. Lo descarté.
Hablaba en serio, lo noté. De verdad pensaba eso.
– No le hagas caso Annie. Yo hablaré con él cuando se calme.
– ¿Pero qué fue lo que le dije?
– Él piensa que todo lo que importa es él. No sabe que hiere a las demás personas cuando actúa de ésa manera.
Justin nos dejó hablar solas. Volvió a su asiento y trató de dormirse.
– ¡Pero fue tan repentino! Hace unos minutos hablábamos bien – se me nublaron los ojos.
– De seguro vio algo que no le gustó. Debe tener una explicación. No le hagas caso, es un idiota.
– Quizá tengas razón – dije, perdiendo toda ilusión que tenía con Michael.
– Lamento eso.
– Me mintió ¡Muchas veces! Jamás pensé que lo haría. Ahora lo odio.
– De hecho.
– Pensé que él era más… no sé ¿Comprensivo? No tan hiriente. Es como todos los demás – peleaba con el nudo que tenía en la garganta. Desilusionada. Ésos gritos me recordaban a mi padre, de hecho. No soporto que alguien me grite así.
– Los hombres ven el vaso pero no saben que es de vidrio hasta que lo dejan caer. Lamentablemente se rompe – decía Angie, acomodando mí cabello.
Pues que vaso tan sensible era yo entonces. La desilusión era grande, esto ya venía desde antes.
Y yo misma lo pensé una vez, en no ilusionarme y no esperar nada de nadie, por la realidad que te golpea mucho más fuerte.
Me limpié una lágrima y me dije:
– Angie…
– ¿Si?
– Es mi padre el único hombre por el que voy a llorar en mi vida.
– Me enorgulleces – sonrió y me abrazó.
Adiós ilusión. Puedes irte al infierno.
Tú Michael, también.
Continuará...
Brought to you by
Hola <3
Primero que nada... Lo siento por la tardanza y ya se saben el resto del discurso ._.
Otra cosa: Bienvenidas a las nuevas lectoras ^^ No tengan miedo de comentar. Todos los comentarios son bien bonitos <3
Otra: Mi novela Michael´s Mission ya está por terminar pero tiene pocos comentarios ._. Asi que por favor, si también la leen, pasen y vean ^^
Únanse a la página de FB de la novela
Ahí estarán al tanto de los capítulos. Y hay fotos de alguno de los personajes... de esos que uno no sabe... como Dylan Blake e_e
Si si si... eso y aprovecho ya que están aquí para decirles que si EXISTE alguien de por aquí que haya leído mi novela "Dancing the Dream" que espere su regreso e_e Si, estoy haciendo muchos arreglos y cosas para que vuelva de una mejor manera y todo más bonito e_e
De todo eso habrá información en el blog the ACEofHeartsPRODUCCIONS
Que es éste: aceofheartsseries.blogspot.com Y por supuesto en la página de FB de la novela.
Gente, espero que hayan pasado una navidad cool y los mejores deseos para fin de año. Que empiecen de lo mejor y que la pasen con amigos o seres queridos (:
Ya saben... si no los veo ése día xD... Desde ya, Feliz 2012.
Un perfecto comienzo para hacerlo todo mejor (:
JACKSONEROS
Unidos
♥Jamás serán vencidos♥
Kat :B
Wiiiiiii! Pero ay que pinche hermoso esta el blog, me enamore ¿tu blog tiene novia? Tambien, pobre Mike con sus dolores de cabeza y su cambio bipolar. n-n' y que onda con el padre de Anna!!! Que lo demande por.. por amenaza domestica (?) omm ok no, pero si que miedo. Yay! Volveras a escribir Dancing the Dream awesome, espero su regreso, y espero tambien que Blogger no se ponga pto conmigo que no me dejaba comentar en fin es todo bye!
ResponderEliminaresq esq AAA! (?) xD ya lo he dicho, me encanta esta novee eres una gran escritora :D Al fin pude ponerme al dia con esta C:
ResponderEliminarde verdad esta es una de las mejores novelas que he leido.... la otra mejor es Dancing the dream e.e jajaja no en serio me encanta esta, espero el proximo cap prontito :D saludos, cuidate, chaus c: ♥
hola!^^
ResponderEliminarhabía olvidado responder a tu pregunta, si esta hermoso el blog :3
pero la música de piano me gustaban más las de antes T___T
Bueno ya ._. no hago drama, las nuevas también están buenas e.e
u.u Pobre de Michael con sus dolores de cabeza... y Annie, que horrible debe ser que tu padre te grite de esa forma u.u
al igual que Michael, porque carajos le grita así?! DD:
Bueno por eso pasa lo que pasa ._.
wii^^ Michael y Justin viviran juntos :B
e.e ya veraz que MM será un exito :DD
y Dancing the dream ^^ esperaré a que publiques :D
Bueno aquí termina mi discurso de presidente :U
Adios y cuidate♥
ENTRO EN CRISIS! NO SÉ POR QUÉ RAZÓN SIENTO QUE QUIERO GRITAR!, me gustó mucho el capítulo, me encanta, me encanta.
ResponderEliminarLa verdad, me dejaste muy intrigada con esos cambios bipolares en Michael, a veces quiero abrazarlos y otras patearle el trasero D: què demonios le pasa?! Joder, y al padre de Anne le tengo miedo o_O
Haha<3 siguele please, ¡Date prisa! D:
AMO ESTA NOVELA! :33
Att.: Evelyn JacklitZ xD
ESTA BUENISIMO!!!
ResponderEliminarwaw pobre anni, con todo lo que esta pasando en la escuela, la llama el padre, y despues la discucion con michael,deve ser feo vivir todo eso... y tambien pobre michael con esos dolores de cabeza...
Lo dije y lo seguire diciendo,sos una genia escribiendo, he leido todas tus novelas y son geniales,y claro que espero con ancia las actualizaciones jeje :D
buemo cuidate suerte
haa y espero que subas un nuevo capitulo pronto :D
bye bye
shoop: cielo :D
ash, Michael idiota ¬¬
ResponderEliminarx un momento me dio pena con su dolo r de cabeza, y como se porot de lindo :333, pero es un bipolar ¬¬ .__.
q onda con esa escuela? D: y...y esas cosas raras?? :S
me gusta e.e (?)
xq el padre de Annie la quiere matar?? :S me confundi .__.
*ya me paso x MM's ;D
*yo soy lectora de dancing the dream!! ahhh! [inserte un muñequito emocionado aqui] xD
Saludos! :D
bueno...ammm esta nove no puede ser mas dramatica :) me gusta demasiadooooooooo... ese idiota de michael que a veces te da ganas de estrujarlo hasta q no exista y otras veces de tener el poder de matarlo y revivirlo cada vez q se manda alguna :$
ResponderEliminaramiga sigue escribiendo porque lo haces de lo mejor ;DDDDDDDDD
#konty♥
asñaksñakñkajs DDDDDDD:
ResponderEliminarcómo empezar?? o_O
pasaron muchas cosas en los últimos caps que no había leido!!!
ok ok, primero...
Qué onda con Michael y sus cambios de humor D:
lo que dijo al último me dejó con cara de T_______T lo desconocí DDD:(sorry, pero esto de las noves, me las tomo en serio xDDD jasklañskaj) tengo la habilidad de imaginarme perfectamente las escenas xD
El padre de Annie me sacó de onda o__O (?
tienes que subir cap pronto, en serio .____. es que tú sabes el momento perfecto para dejar con intriga e____e asdasdasd
AMOADORÉ tu blog DDDDD: <3
es bellísimo *------*
y estoy feliz por lo de dancing the dream :')
bueno socia, nos estamos leyendo :B TQM <3 chauu :DDD
xoxo
Hola!
ResponderEliminarNueva lectora... Dios, me leí todos los capítulos en un día pero hasta hoy he podido comentar. Te felicito, escribes muy bien. Esta historia me tiene más que intrigada, es buenísima.
No puedo esperar a leer el siguiente. Ojala puedas publicarlo dentro de poco.
Desde ya cuentas con mis comentarios en cada capítulo.
Un abrazo!