Capítulo 31 (Final) : "Viernes"


Sentí un cálido resplandor que enrojecía a mis mejillas e instintivamente me cubrí de él colocando mi mano sobre mis ojos. Mi sentido común me obligaba a levantarme de dónde estaba, pero el cansancio era tan fuerte que hizo realidad la pesadilla que había tenido la noche anterior. Había una ventana pequeña que dejaba entrar al mundo exterior y me levanté apenas mi vista pudo enfocarse y eliminar su borrosidad.
Dos puertas de ambulancia estaban abiertas frente a mí, y más allá de eso, un grupo de personas en una ronda de conferencias, discutiendo lo que parecía ser la causa de mi presencia y decaimiento en las vías del tren la noche anterior.
El tren estaba parado junto a ellos, un poco más atrás. Era posible verlo si me inclinaba un poco. Cuando alcé la voz, unas cinco – o unas cincuenta – personas se acercaron hacia la camilla.
Habían llamado a emergencias cuando me vieron allí toda lastimada, pero la ambulancia se había quedado sin gasolina.
En otras palabras: sólo yo podía tener tanta suerte.
Me puse de pie temiendo de no caerme y les indiqué a aquellas personas hacia dónde vivía. Fui incapaz de explicar la loquera de correr detrás de un tren a altas horas de la noche, era un tema mío, y era una incomprendida.
Estando frente al teléfono, marqué el número de Justin, pero estaba fuera de servicio. Le llamé a Angie para que supiera que estoy bien y convencerla de que podía regresar sola, pero no funcionó. Apareció en un taxi dos segundos – o dos horas – después. Y mientras viajábamos le pregunté todo lo que necesitaba saber antes de comentarle el por qué de mi repentina visita a la estación.
Había pasado todo un día durmiendo; no estaba segura si había entrado en coma o simplemente no recordaba nada. Me encontraba en medio de un nublado viernes habiendo perdido el último jueves de mi vida.
Me iba a dirigir esta noche a platicar con Dylan. Angie estaba ansiosa con ello, pero del plan aún no le había comentado nada, no quería que me detuviera. Sólo le mencioné lo que Michael planeaba hacer en el tren y me aseguró de que vendría ésta noche también.
Volteé hacia el reloj digital del taxi. Eran las cinco de la tarde y teníamos que vernos con Dylan a las seis para cenar. No podía atrasar mi llegada aún más de lo que iba a tardar por ser regularmente impuntual. Así que cubrí algunos rasguños de mi cara con maquillaje, una chaqueta cubrió mis brazos y el pantalón mis piernas y las heridas en ellas. Angie tardó mucho más tiempo que yo, por lo que tuve tiempo extra de retocar el maquillaje para que pareciera que realmente no tenía nada.
Dylan seguramente adivinaría mi día pasado, así que traté de no pensar en ello cuando atravesé la puerta de su casa. Una señora de sus mismos ojos destrabó el seguro y nos permitió entrar a su cómodo apartamento. Era bastante grande y acogedor y el fuego de la chimenea lograba hacerme olvidar del espantoso viento frío que había afuera.

        ¿Cómo les va chicas? Soy Tara – nos saludó con una sonrisa más grande que su cara, con los ojos brillosos, mejillas rosadas y regordetas y nos ofreció uno de ésos pequeños sándwiches que sirven en los eventos elegantes. No teníamos hambre pero su amable recibimiento nos llevó a tomar uno – Dylan está arriba.
        Su mamá es adorable – me dijo Angie con dos sándwiches en la mano aspirando a ser devorados – Y cocina bien.
No sabíamos hacia dónde caminábamos pero terminamos en la cima del edificio. Dónde el viento corría de manera violenta y veías toda la ciudad comenzando a encender todas sus luces.
Me estremecí apenas me di la idea de que fuéramos a cenar allí. Angie me indicó la existencia de una cabina cerrada con puertas de vidrio que había a un lado. Allí no corría tanto el viento y Dylan salió apenas nos notó allí.
Mi único impulso de entrar a un sitio que unía a Dylan y vidrios – osea, un objeto cortante - en una misma oración, era que me estaba congelando y que me moriría de hipotermia si no conseguía calor inmediato. Las cosas empeoraron cuando vi una gran fila de cuchillos filosos de distintos tamaños sobre la mesada.
        Pensé que tu mamá iba a cocinar – le dije descortésmente antes de siquiera saludarlo.
        Así es. Yo sólo la ayudo con la ensalada y demás – contestó despreocupado. Había tomates y cebollas a medio cortar sobre la tabla de madera. Eran las pruebas que necesitaba –. Me alegran que hayan venido. Tomen asiento.
No seas lindo conmigo, vil asesino maniático.
        Si no hubiera hecho tanto frío, los hubiera llevado a acampar – dijo mientras terminaba de echarle sal a la ensalada y la revolvía con un tenedor gigante. A manos de él, hasta una cuchara parecía peligrosa –. Nada se pone de mi lado, últimamente.
No advertí que yo no había dicho palabra alguna hasta el momento; así que me mostré interesada en sus utensilios de cocina y le pregunté sobre lo que cenaríamos. Creo que no pude evitar mi mirada cargada de ira como lo hubiera querido; por que cada vez que lo observaba, se limitaba a mirar hacia otro lado.
Los ojos brillosos de Angie hacia él comenzaban a empalagar la situación cuando Justin entró, abriendo la puerta de vidrio a la par de su acompañante. La mitad de mis preocupaciones y temores desapareció cuando vi a Michael con vida y a Justin de una misma mirada. No sé que rayos había hecho para convencerlo de venir, su mirada decaía detrás de sus rizos perfectamente definidos, tanto que casi barría el suelo. Ninguno de los dos parecía estar al tanto de lo que me había pasado, hasta que Dylan bajó a buscar algo de beber y Justin arrastró su silla junto a la mía.
        ¡¿Dónde has estado?! Tuviste que desaparecer justo el día que se averío la antena que mantiene conectado a los celulares. No pude ni soñar que te llamaba – susurró, inquietado. Tratando de no hacer ruido, pero no lográndolo.
        Justin… - señalé detrás de su espalda.
Se volteó lentamente y aplastó su mano contra su frente. Michael y Angie estaban completamente quietos, mirándonos y con muecas de confusión. Angie pareció haberlo escuchado todo – y Michael también, sólo que no entendía nada – así que interfirió en lo que se planeaba ser una conversación entre Justin y yo.
        ¿Dé dónde esperabas que te contestara? – dijo, al parecer, en mi defensa –. Olvidó su celular en la escuela en cuanto salió a perseguir al tren.
        ¿Cuál tren? – Michael tenía que entrar en esto en algún momento. Sentí que el plan se venía abajo. No pude idear la forma de callar a Angie.
        El tren en el que tú pensabas suicidarte con el arma que llevabas en el bolsillo – dijo Justin, histérico y echándolo todo a la basura. Entendí que estaba frustrado, pero no era necesario que se pusiera en contra mía.
        ¿Acaso estabas ahí? – me preguntó él al mismo tiempo que Dylan hacía presencia con la comida.
Cenamos en silencio. Tanto que Dylan propuso volver a jugar a la botella, pero lo negamos en conjunto y rotundamente. Cuando vinieron a mi memoria aquellos recuerdos de la última vez, me preguntaba cómo Justin aún no había matado a Dylan por besar a Angie. Pero lo vi claro cuando noté que Justin estaba sentado en una punta de la mesa, y ella, en la otra.
Pongámoslo claro. Todos – excepto Angie – estábamos aquí por que teníamos interés en que iba a pasar o qué iba a hacer Dylan, no por que quisiéramos cenar con él o algo parecido. A Justin le gustó la comida, pero no lo elogiaría para nada. Ni a él ni a su madre, por más amable que le haya parecido.
Mis nervios me estaban dominando. Estaba yo de frente a Dylan en la mesa, a mi derecha estaban los chicos, y a mi izquierda, Angie – lo más alejada posible de Justin.
        Angie… tendría que hablar contigo – dijo Justin en voz baja, lo cual resonó en toda la habitación al estar nosotros en completo silencio.
Le va a contar el plan. Me aseguré para mi misma y luego recapacité: era lo mejor. No podíamos dejar que esté en peligro, tenía que saber la verdad sobre Dylan y ahora nos tocaba a Michael y a mí ser la distracción. Lo cual me parecía difícil, siendo que él tampoco conocía lo que íbamos a hacer.
No me hablaba, ni siquiera me miraba. Permanecía quieto en su silla, con los ojos tristes mirando la cuidad a través de los vidrios.
Justin iba a tardarse. Antes de decirle lo que sea a Angie, tenía que disculparse.
Nunca supe qué fue lo que se dijeron.
        Oye, Hylton – pronunció Dylan después de beber de su vaso –. Acordamos hablar sobre el destino, ésta noche ¿No?
No estaba segura de lo que eso significaba. Michael dejó de lucir débil y asintió con la cabeza. Justin no regresaba.
        Esperemos a Justin – respondió él, casi como adivinando mis pensamientos –. La cosa también es con él.
        Claro – se levantó de su silla– Voy a buscar más soda. Ya vuelvo.
Dylan pasó junto a mí y rozó mi hombro cuando se fue. Me hizo temblar; él o el frío. Decidí que era el frío para no denotar más miedo del que tenía y traté de calentar mis manos, una con la otra. Lo cual era imposible, porque ambas estaban hechas un cubo de hielo.
Michael se levantó de la silla también y tomó el cuchillo que estaba en la mesada del lado derecho. Por un momento pensé que iba a clavárselo, ya que mis ansias cobardes de que se hiciera daño hacían aparición una vez más. Desde que le convencí de no aventarse del balcón no las había sentido nunca más, sino hasta ése momento. Pero lo que hizo fue esconderlo en uno de los últimos cajones, como si quisiera evitar que esté a mano.
Él soñaba el mañana. Supongo que sabía que lo que hacía. Y si escondía el cuchillo era por que estaba cambiando el futuro de manera positiva.
Eso, por supuesto, le traería dolor de cabeza. Y afirmé mi predicción cuando lo vi quejándose de ello cuando volvió a la silla.
Lo observé. Verlo tan poco abrigado me causaba más frío todavía.
        Sabes que no quiero irme sin despedirme de ti – me dedicó su mirada, hablándome por primera vez.
Sentí siete cuchillos clavándose en mi pecho ahora.
        Has sido siempre buena conmigo y…
        Yo tampoco – me apegué al plan que había armado con Justin, dejando que el miedo se retorciera bajo mis pies–. Yo tampoco quiero irme sin despedirme de ti.
        ¿Irte a dónde? – olvidó el discurso que estaba a punto de dar.
        Por primera vez me he adelantado a ti… - comencé a decir y Angie cruzó la puerta, totalmente furiosa, con Justin detrás de ella.
Justin me dirigió una mueca de disgusto. De su lado, nada estaba funcionando bien. No había conseguido nada con Angie.
        ¡No puedo creer que te portes así con Dylan! Él es una buena persona – fue lo que le oí decir apenas salía de mis pensamientos.
Antes de que Justin pudiera abrir la boca para decir algo, Michael se levantó de la silla y se paró frente a Angie.
        Aún no me has respondido ¿Irte a dónde? – le dijo.
        ¿Qué? – Angie lucia confundida - ¿De qué me estás hablando Michael?
        Estaba yo hablando contigo y dijiste que no te irías sin despedirte ¿A dónde irás? ¡¿A que te refieres con que te irás?!
        Michael – dije, casi levantando la mano como si estuviésemos en clase – Yo te dije eso, no ella–. Comencé a pensar que estaba soñando despierto y le hablaba a las tumbas otra vez, pero ésta vez acababa de repetir algo que recientemente yo había dicho.
        No me molestes, Angie, esto no es cosa tuya – me respondió.
        ¿Angie? – dije. Justin llevó su cara de indignado a un nivel más avanzado–. ¡Pero soy Annie!
Justin detuvo a Michael por los hombros y lo obligó a sentarse en una de las sillas. Tenía la mirada desorbitada.
        No está soñando despierto – Justin derrumbó la teoría que había formado en mis pensamientos–. Michael ¿Ves a Annie?
        Si, está ahí – señaló a Angie–. Y no he terminado de hablar con ella.
        Ésa no es Annie, es Angie.
        ¡Cállate! – dijo sufriendo del dolor de cabeza más que nunca–. Soñé que ella se encandilaba con Dylan ¡Y está pasando! Sólo fíjate, cada vez que lo ve, le salen corazones de los ojos.
        Ya entiendo lo que pasa – Justin se dirigió a nosotras y luego volvió a mirar a Michael – Mike, viste a Annie en tus sueños, pero esto está pasando con Angie.
        ¿Entonces…? – tuve que intervenir.
        Por alguna razón, cada vez que ve a Angie, te ve a ti–me dijo–. Por eso dijo que te enamorarías de Dylan. Eso le hace creer que no lo quieres y por eso va a matarse.
Claro. Era éticamente imposible que YO me enamorara de alguien como ése idiota.
        ¿Y por qué me pasa esto? – Michael pareció aceptar la teoría de Justin, pero luego la negó - ¿Cómo sé que no me mienten? Quieres salvar a Annie. Estoy casi seguro ¿Cómo ella puede ser Angie? Se ve como Annie.
        Tú la vez como Annie, maldita sea. Dylan debe estar haciendo esto.
        Estás diciendo que soñé mal ¿Entonces? – preguntó Michael –. Eso si es imposible.
        Dylan saboteó tus sueños. Lo leí de su mente.
        Aún así no puedes probar que… – gimió debido al dolor de su cabeza y posó su mano en ella–. No puedes probar que Angie es Annie o que Annie es Angie.
Justin se quedó corto de movimientos. No supo que más hacer y leyó la mente de Dylan.
Se acercaba.
Me acerqué a Michael y puse mi mano en su frente. Le bajó todo el dolor de sus ojos y se volvieron tiernos. Tomó mi mano y la observó dos veces, sabía que sólo yo lograba calmar su dólor de aquella manera. No dijo nada pero Justin reveló sus pensamientos ante nosotras y dijo:
        Dylan no es más fuerte que nosotros juntos – sonrió y le palmeó la espalda a Michael.
        Salgamos de aquí – Michael se apresuró a correr y a arrastrar a Angie ya que ella aún no parecía convencida.
Bajamos las escaleras rápidamente, la puerta de entrada estaba abierta, pero se cerró repentinamente, posando Dylan detrás de la misma. Tenía algo en la mano pero no pude divisar que era.
        Oh no, no se van a ningún lado – tomó la pistola y la cargó.
        Dylan… - Angie parecía imposible de convencer. Trató de persuadirlo – A tu mamá no le gustará que hagas eso… ¿Por cierto dónde está?
        Fue a comprar leche… del otro lado de la cuidad. Tardará un rato, y yo soy muy rápido en éstas cosas.
        A cuantos has matado – dijo Michael. No parecía una pregunta, sonaba como que exigía la respuesta. No solté su mano, por que de ser así, caería al suelo ante el dolor que podría estar sufriendo ahora o volvería a confundir a Angie conmigo.
        A la entrenadora que teníamos en Oxford… Al director de tu nueva escuela – dijo contando con los dedos–. No recuerdo al tercero.
        Ésas personas murieron por tocar mi sangre – afirmó.
        ¡Acaso no sabes nada! – gritó de manera aterradora–. Nuestra sangre no mata a la gente a menos que se filtre dentro de su cuerpo. No basta con sólo tocarla. Los maté para hacerles creer eso a ustedes y para que Annie se alejara de ti. Pero sí que es persistente ésa niña, es una idiota – me miró con furia y con más ganas de hacerme daño de las que necesitaba para apretar el gatillo –. Si se alejaba de ti, te deprimirías tanto que te matarías, y… ni un solo año de desgracias para mí.
        Annie… - susurró Justin, alejado de mí, pero no lo escuché–. ¡Annie!
Dylan se acercó rápidamente a mí y de forma inmediata hizo presión sobre el gatillo. Michael se interpuso y eso lo congeló.
Diablos, Dylan si quiere matarme a mí.
        Quítate Hylton – le ordenó, molesto.
        ¿Tanto miedo le tienes a cinco años de desgracias por matar a tu hermano? – Michael lo provocó. Traté de detenerlo pero fue en vano–. Anda, mátame a mí. Pero no te acerques a ella.
        ¡No sabes lo que son ésas desgracias! ¡Son terribles! ¡Las he visto…! Yo… mi padre… - se le hizo un nudo a la garganta. Pero recuperó su voz maliciosa segundos después – Quítate.
        Está bien, me mataré yo sólo y obtendrás lo que quieres. Dame la pistola.
        No voy a caer en tus juegos mentales.
Justin había dado la vuelta y se abalanzó sobre Dylan. Angie había desaparecido y Michael me llevó del brazo corriendo hasta arriba. Volteo histéricamente hacia ambos lados para encontrar un escondite y entró en el armario. Me obligó a entrar con él.
        Pensé que nos iríamos – le dije. Temblando de miedo.
        Estamos en el último piso, no podemos bajar por las ventanas. Te matarías.
        Voy a morir de todos modos – afirmé, tratando de ser valiente.
        No, no lo harás – Me tomó del mentón con delicadeza – Eres una tonta ¿Lo sabes? Al venir aquí te arriesgabas a que te mataran.
        Es frustrante – dije, mirando hacia la nada – Saber que ni siquiera con mi muerte podría hacer que te salves.
        Deja de pensar en mí, la cosa ahora es…
        No puedo – le interrumpí - ¿Entiendes? – Aparté un cabello de su frente y dejé que me enterneciera con sus ojos. Sus pupilas se movieron de un lado a otro lentamente. Aunque era muy difícil distinguir sus pupilas del iris frente a la luz; en la oscuridad parecían resplandecer de manera interesante –. No me pidas que deje de pensar en ti porque eres el comando de mi cabeza; me mantienes cuerda en éste mundo loco, y me vuelves loca cuando todo parece carecer de sentido. Si Dylan creyó que con matarme lograría que te suicidaras; no dudes que al revés también causará el efecto contrario.
        No puedo siquiera visualizarte con un cuchillo – se acercó para asegurarse de que sintiera su calor, casi como para compensar que no podía verlo. Las yemas de sus dedos acariciaron mis mejillas un par de veces seguidas y luego posó sus labios en mi cabello –. Y sé qué esperas que haga algo inteligente, pero la valentía muchas veces piensa poco, o demasiado; tanto que parece tomar decisiones locas.
Michael se levantó y abrió la puerta del armario.
        ¡No! – armé mis ideas dentro de mi cabeza, pero mis lágrimas delataron mi debilidad. Agradecí al cielo a que él no pudiera verme –. Si se cansa de buscarnos y te ve, simplemente te matará.
        Si me mata a mí, te va a dejar ir.
        ¿Cómo lo sabes? – quise que me lo asegurara, no por mi propio bien, sino para que se convenciera de no cometer tal locura –. ¿Cómo sabes que va a cumplirte el favor de dispararte y no de seguirme buscando? Le tiene miedo a las desgracias y por ello no te disparará.
        Por eso voy a matarme yo mismo.
        Pues, a ver cómo le haces porque no voy a soltarte – sujeté su brazo con toda la fuerza de mis ambas manos y mi alma.
        Si me sigues te vas a lastimar.
        ¿Eso importa? – respondí inmediatamente.
        Si, a mí me importa.
        Pues que lástima, a mí no.
Me miró, lo miré. Entraba algo de luz por la puerta medio abierta, la cual se apegaba a sus bellas facciones e imitaba el reflejo de mis ojos en los suyos.  Lucía molesto al notar mi insolencia de no querer hacerle caso sobre lo de quedarme a salvo y sobre no intervenir en su suicidio. Denotó su enojo en su voz apenas volvió a hablar.
        ¿Acaso no te importa morir? ¿No sabes que es una tonta idea? Estás siendo tonta. Infantil, insolente... – lo callé de la primera manera que se me cruzó por la cabeza. Tomé el cuello de su camisa y lo atraje hacia mí, no quería tomarlo del rostro si eso era demasiado empalagoso para un chico. Sus labios permanecieron quietos por los primeros dos segundos, presionándose dulcemente contra los míos; estaba sorprendido.  Le di un suave empujón para separarlo de mí, convenciéndome de que no debía durar demasiado. Había olvidado que la situación era drástica.
Permaneció con los ojos abiertos como platos y con las pupilas dilatadas. Estaba más que desconcertado; muy descolocado. Sonreí enternecida ante su reacción. Por un segundo pensé que lo había convencido, pero no podía ser así: yo no dispongo de tanto poder.
Supuse que estaba por regañarme de nuevo cuando relajó los músculos y se quedó más quieto en el suelo. Yo ya tenía mis pies a la mitad del modo del levantarme, así que sólo me paré y rápidamente salí del closet y lo encerré ahí. Él reaccionó rápidamente pero no fue lo suficiente. Yo ya estaba afuera, haciendo rodar a la llave entre mis manos.
        Sácame de aquí, ahora – me ordenó – Sufrirás las consecuencias de encontrarte con Dylan.
        Eso es precisamente lo que quiero – le arrojé las llaves por debajo para que se liberara. Después de todo, cuando él termine de abrir ésa puerta en la oscuridad, Dylan ya habrá hecho su trabajo conmigo.
Había demasiado silencio, por lo que me aseguré de no romperlo. Mis pies se convirtieron en plumas livianas, pero mis piernas temblaban con sólo observar la escalera. Me di cuenta de que Justin estaba escondido detrás de una puerta cuando me vio. Tenía un sartén en la mano.
        ¿Y Dylan? – articulé.
        Se fue a buscarlos en el altillo.
        Tengo que encontrarlo – subí las escaleras de nuevo.
        ¡¿Qué?! – se aseguró de taparse la boca él mismo cuando gritó – Va a matarte.
Le dirigí una mirada que sintetizaba todo y me largué. Me siguió todo el tiempo.
Volviendo a la cabina de puertas de vidrio que había en el lugar dónde cenamos, encontramos a Dylan frente a Michael y a Angie entre ellos.
El miedo me derrumbó como un viento fuerte.
        ¡¿Cómo te saliste?! – dije, interrumpiéndolo todo sin ocultar mi desconcierto. Dylan me miró, extrañado. Inmediatamente apartó el arma de Michael y me apuntó a mí. Las manos le temblaban.
        No eres más inteligente que yo – me dijo Michael.
        ¿Qué esperas? – le dije a Dylan – Hazlo.
        Lo voy a reconsiderar – Dylan río nerviosamente –…Son sólo cinco añitos de desgracias – Volvió apuntar a Michael y comenzó a hablar a los gritos y a soltar lágrimas de ira y confusión – Ustedes me tienen así – la mano con la que sostenía el arma temblada tanto que parecía que se le iba a caer – Sólo una acción tuya Hylton y te mueres.
Michael le habló a Justin por la mente y le lanzó un plato de vidrio a Dylan. Seguidamente, cuando éste estaba en el suelo, Justin tenía que levantar la mesa para que los protegiera del disparo, pero se tropezó con Michael y lo dejó caer al suelo. Corrí para ayudarlo a ponerse de pie.
        Que lindo – Dylan también se había parado nuevamente y dio un grito ahogado. No pude entender sus palabras.
Le dio con fuerza al gatillo de tal manera que alteró su equilibrio y volvió a amagar con una caída. Michael adelantaba un pie sobre del mío para ponerse delante de mí cuando fuera el momento. Pero así cómo él lo disimuló, yo me adelanté de un movimiento y me paré delante de él.
Una capa… la otra, y la otra…
Sentí un duro golpe en el hombro derecho. Fue tan fuerte que me impulsó hacia atrás.
Dudé si la bala había atravesado mi cuerpo y hasta si hubiera salido por el otro lado. Cerré los ojos con fuerza, eso no podía pasar, Michael estaba detrás de mí, y si eso pasaba, lo lastimaría.
Mis rodillas cayeron como imanes al suelo. Me dolía tanto todo el cuerpo que no estaba segura de dónde había dado la bala exactamente. No temí por el corazón, se lo había dado antes a aquél que estaba detrás de mí.
Sentí el dulce aliento de su voz antes de cerrar los ojos y sentía como perdía la noción de la ubicación, e incluso el sentido del tacto.
        ¡Annie! – gritó Angie entre lágrimas.
Todo pasó tan rápido. Justin se abalanzó sobre Dylan y lo acorraló contra la pared. Se le cayó la pistola y por ello, buscó el cuchillo que había dejado sobre aquella mesa. Aunque para su sorpresa, Michael ya lo había escondido antes.
Él no fue difícil de controlar después de entrar en aquél estado de perturbación. Haber matado a tres personas y más no lo podían mantener tranquilo para siempre. Se le vinieron todas las cosas juntas a la cabeza y rompió a soltar lágrimas. La mirada de compasión de Dylan era lo suficientemente convincente para Justin, quién sostenía el arma firmemente hacia él pero que no tenía valor para disparar.
        Yo lo hago – Michael apretó el gatillo de una sola vez casi sin apuntar bien. No podría describir su comportamiento ni aunque tratara.
La pistola era de tiro único y no tenía más balas. No era de profesionales, era prestada. Michael la arrojó con fuerza fuera del lugar y rompiendo uno de los vidrios. Tomó el primer cuchillo que encontró y se acercó a los ojos asustados de Dylan.
        ¡¿Qué?! – le preguntó mientras enterraba la hoja del cuchillo en su pecho - ¿Duele? ¡¿Estoo si te duele, maldito?! – Tomó el mango con sus dos manos para dar con más fuerza. Tenía lágrimas de ira en el rabillo del ojo – No pudiste hacerle eso – se refería a matarme – ¡No pudiste!
        Para… - Dylan sollozaba de forma atemorizante. Un río de sangre le recorrió toda la camisa.
        ¡Michael! – gritó Justin cuando pude abrir los ojos. Sentí que una cuerda que tenía atada al cuello me ahorcaba y me dejaba sólo unos minutos para decir algo – ¡No está muerta!
Michael miró Dylan un par de veces y le sacó el cuchillo del pecho de forma desgarradora y fría. Se acercó a nosotros rápidamente y me tocó la frente con la mano.
        ¿Funciona? – me preguntó, ilusionado y triste. Con esperanza.
        Hay que llevarla a emergencias – Justin se apresuró a ponerse de pie.
        ¿Y Dylan? – preguntó Angie – Es deprimente.
Volví a sumergirme en oscuridad y las luces volvieron a mí desde una lámpara de habitación de hospital. Por la sangre que había en mí, supuse que aún no me habían revisado ni me habían hecho nada. Los rostros de los chicos seguían denotado preocupación.
Angie me corrió el cabello de la cara y Michael tomó una de mis manos y la acobijó en su mejilla, manchándola con sangre. Su fobia no parecía ser de eterna importancia.
        ¿Qué pasó? – pregunté con un hilo de voz.
        Ya pasa el otro doctor a revisarte – me respondió Justin de la misma manera. Angie fingía una sonrisa a través de la cortina sus lágrimas para darme apoyo.
        ¿Voy a vivir? – tomé valor.
La mirada de Michael me lo decía todo.
La habitación separaba dos camas de pacientes diferentes a través de una cortina celeste - ¿O quizá era verde? –, estaba cerrada y parecía que no había nadie, no se veía movimientos de sombras ni nada parecido. Podía oír como tocía todo el hospital desde que me concentré en no quedar dormida para siempre: todo parecía querer distraerme.
No sentía la mitad derecha de mi cuerpo por la anestesia y la otra mitad estaba congelada del frío.
Para mí, volvía a ser de noche cada vez que mantenía los ojos abiertos por más de tres minutos. El cansancio volvía a caerle a mi cuerpo y tuve que tratar de relajarlo.
Me pasé por un tiempo, por que cuando desperté nuevamente, tenía una venda que rodeaba mi hombro y brazo derecho. Mis manos ya no estaba sangrientas, y las luces decaían. La luna se posaba en la ventana, y las agujas del reloj, en las tres de la mañana.
Angie estaba dormida en el pequeño sofá con el abrigo de Justin, a quién no pude localizar por ninguna parte de la habitación. Michael aún tenía mi mano entre las suyas. Se había quedado dormido en la silla junto a mi camilla. Tenía la cabeza tan cerca de mi mía, que si volteaba para su lado, podía rozarle los labios. Calentaba mi mitad del cuerpo congelada, casi como si se lo hubiera pedido. Pude recobrar fuerzas para rodear su mano con la mía; y también estaba caliente. Era una estufa.
Justin atravesó la puerta comiendo uno de ésos postres que sirven para los enfermos. Sonrió al verme despierta y el chocolate formaba un dibujo muy divertido en sus dientes. Reí por debajo.
        Odio la comida de hospital – dijo, llevándose una cucharada a la boca – Pero no puedo evitarlo, se me está bajando el azúcar.
        ¿De dónde lo sacaste? – pregunté, débil.
        Del comedor, me lo regalaron. Creo que le gusto a la cocinera – dijo, ocupando la silla que estaba del otro lado de la camilla – Realmente lo siento Annie, no debí meterte en esto. Michael siempre tuvo razón en cuidarte. Hice esto por mis propios medios y salió mal.
        Descuida… no tienes qué…
        No están seguros de que vayas a vivir ¿Entiendes? – se tornó nervioso y tembloroso. Golpeó la mesita de noche que había a su lado – Diablos, necesito fumar.
        Basta – le dije - ¿Qué acabas de decir?
        Tienes suero. Perdiste mucha sangre, y no hay donantes para tú grupo. Están buscándolos, pero nadie asegura nada.
Di un respiro profundo hacia arriba y cerré los ojos. No estaba segura de qué pensar.
Decidí distraerme. Al menos Michael estaba bien.
        ¿Qué ésta pensando? – le pregunté a Justin.
        No puede creerlo… y está devastado por tu herida.
        No era mi intención.
        Voy a llamar a mis papás – se levantó y salió de la habitación.
Tuve la libertad de posar la mano de Michael en mi frente. Empeoraría con la fiebre, estaba segura de ello, pero lo necesitaba.
No fue posible. Rodeaba mi mano con tanta fuerza que fue imposible de que la dejara dónde yo quería.
Decidí dejar de molestarlo y me quedé quieta, pero a medida que pasaba el tiempo, Michael adoptaba más temperatura y comenzaba a quemar todo mi brazo. Lo quité de un impulso, sin ser ésa mi intención. Aquello lo despertó.
Se incorporó en la silla de forma instantánea, como si estuviera listo para cualquier emergencia, como en el caso de que se incendiara el edificio y tuviera que salir corriendo.
Mi brazo estaba rojo; se dio cuenta.
        Lo siento, no lo controlo – dijo.
        ¿Es fiebre? – dije tocando su mejilla. Estaba tan cargado de culpa que parecía enfermo.
        ¡¿Fiebre?! – sacó mi mano de su mejilla y la devolvió a dónde estaba, sin soltarla – Tú tienes una bala cerca del corazón. Yo teniendo fiebre es terriblemente minúsculo.
Finalmente se arrepintió de haber apartado mi mano y la sostuvo de nuevo. Bajó la intensidad de la voz con la que hablaba. Ahora casi susurraba, como si quisiera que sólo yo pudiera oírlo.
        Podríamos ponerlo así… Si a ti te dan una bala, a mí me dan diez.
        ¿Por qué siempre que hago algo, termina haciéndote un mal?
        Es el efecto del karma. Yo te hago daño a ti, y tú me lo devuelves – miró, insatisfecho, mi herida – Bueno… no de la forma que quisiera. Debiste golpearme con aquél reloj que encontramos en la casa de Justin – esbozó un indicio de sonrisa.
        ¿Qué hago entonces para que estés bien?
        Cuidarte; ayudarme a hacerlo ¿Lo harías de ahora en adelante?
        Si es que sobrevivo – me estremecí ante la idea de morir y me tranquilicé al saber que podría verlo a él desde la séptima nube, desde mi vida en el cielo, quizá.
        No voy a dejarte morir Annie, es lo último que te falta hacer para hacerme sentir pésimo…
Bajé la mirada, desilusionada.
        … y afortunado – agregó, sonriéndome con los ojos.
Sentí iluminación de parte de su gesto.
        Y… muchas veces, morir por alguien es lo más lindo que podría hacer una persona por otra. Pero eso no se aplica contigo, no tienes ése privilegio.
Reí, endulzándome con el tono tierno de su voz.
        Pero querer morir y luego vivir para hacerme eternamente feliz… Eso es… eres la única que tiene el privilegio… y el valor para ello.
        ¿Entonces no estás enojado?
        ¿Estás pendiente de un donante para sobrevivir y te preocupas por que yo no esté enojado? Eres más extraterrestre que yo. Eres increíble.
Besó mi mano y se acurrucó conmigo. Recostó su cabeza en mi misma almohada y acariciaba mi brazo de arriba-abajo.
Había una ventana detrás de mí, y podía contemplar la vista del cielo desde su reflejo: había un enorme espejo en frente, junto a la puerta. Michael terminaba de pasar su mano por mi hombro y sintió los latidos de mi corazón en mi cuello.
Volvió a incorporarse, alarmado.
        Oh, rayos ¿Estás bien? – me preguntó, tiernamente preocupado.
        ¿Por qué?
        No te asustes pero... tu corazón late muy... lento.
Me llevé la mano al corazón inmediatamente. No había nada raro.
        Estoy bien. Mis latidos son normales – afirmé, a pesar de que estaban incluso algo acelerados por tenerlo a él tan cerca.
        Los míos son más rápidos. Mira – tomó mi mano nuevamente y la colocó en su pecho. Su corazón parecía estar corriendo una maratón. Ni siquiera después de la clase de educación física el mío latía de ésa manera – Quizá es la explicación de lo líquida que es mi sangre – dijo y quitó la mirada de mi suero.
        ¿Por qué rayos mi grupo sanguíneo es tan difícil de conseguir?
        ¿Por qué rayos te metiste delante de aquél disparo? – me miró con compasión; no enojo – Te daría de mi sangre, pero... tú sabes.
        ¿Sabes? – le dije en lo que volvía a rodear mi mano y a mirar el reflejo del cielo en el espejo – Cuando era niña, mis amigas siempre le pedían deseos a las estrellas. Una de ellas pedía un poni... la otra quería convertirse en princesa. Y yo lo que deseé fue simplemente una de ésas estrellas sólo para mi, para que me acompañara y cumpliera mi único deseo de jamás quedarme sola. He perdido gente desde edad muy temprana, así que la idea me aterra. Mis amigas se rieron de mí ésa noche, pero... – lo observé, me estaba mirando - ... las estrellas de verdad te escuchan. Tienen dos oídos – lo describí – Y la mía tiene ojos hermosos, y un corazón de luz que bombea tinta.
 Por un momento mis pulsaciones comenzaron a ceder. Michael presionaba mi mano con fuerza de encanto y se acercaba a mí para besar mis ojos cerrados. Luego visualicé el cielo oscuro sin estrellas...
No imaginas la gloria, si nunca has vivido en el fracaso. Nunca vería la luz si conocer la oscuridad primero. Nunca reconocería el bien, sin saber que el mal existe.
Nunca, en mi eterna galaxia, gozaría de la compañía de mi estrella si no me obligaba a echar un vistazo  a la soledad y al vacío.
Tu deseo es la razón por la que vivo... comencé a oír.
        ... y jamás me marcharé – terminó de pronunciar Michael justo después de terminar de acercarse a mí y cuando pude abrir los ojos y a deslumbrarme por todo el resplandor de su luz.
***


        Señorita Wilson. Un donante acaba de aparecer ésta mañana, pero no quiso revelar su identidad – dijo el enfermero revisando una hoja de papel sobre una carpeta verde. Ya no tenía el suero y un rayo de sol estaba filtrándose por la ventana. Era cerca del mediodía.
Observé una vez más a Michael. Se lo notaba demasiado tranquilo, pero él no pudo haberse hecho cargo de todo.
Le supliqué con la mirada que me explicara lo que estaba pasando.
        Su nombre comenzaba con una S, no lo recuerdo con exactitud. Es un chico de color, es A negativo como tú  y estaba usando una chamarra azul. Lo soñé aquí, mientras dormíamos – sacó la lista de nombres de su bolsillo y escribió una “S” – algún día lo encontraré y le daré las gracias. A eso también lo vi.
El enfermero no pudo dar explicación a lo que oía, así que sólo conservó el buen trato.
        Te vas del hospital ahora mismo – me sonrió a la par de Michael y luego se encaminó a mover las cortinas que separaban al otro paciente de mí – Joven Blake... Dylan Blake. A ti te dan el alta mañana.




***


Eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee FIN.
¡Gente, es muy importante que lean lo siguiente!
Les quiero decir gracias por haber acompañado ésta historia de principio a FIN. Aunque FIN no es la palabra correcta. La historia aún no termina por que se acerca la secuela.
La secuela de Believe, se llama TRUST y subiré los capítulos, aquí mismo. Es como si la historia nunca hubiera terminado, llámenlo SEGUNDA TEMPORADA si así lo prefieren.  No corten la historia aquí porque falta muchísisisisisisisisimo por contar y saber sobre nuestro tintero (?

El primer capítulo de TRUST lo subiré pronto – Porque ya lo tengo escrito (OH YEAH) – y como se vienen dos semanas cargadas de exámenes para mí (Tengo tres en mi cumpleaños ¿Pueden creen ésa MALDAD?) será mejor subirlo pronto ¿Verdad? xD
No se olviden de hacer todas las preguntas que quieran sobre la novela haciendo click aquí. Las respondo enseguida, enserio. Si tiene dudas sobre éste último capítulo, si hay algo que no entendieron y quisieran saber, o si quieres aportar algo, no dudes en hacérmelo saber.
Nuevamente GRACIAS y comenten :D

Ah, y cómo algunas personas no se animan a comentar porque simplemente no saben qué escribirme. Decidí hacer una pregunta en cada capítulo para que respondan y tengan ALGO que escribir en los comentarios o en el chat de al lado derecho del blog. Ahí no necesitas tener cuenta en blogger, sólo debes poner tú nombre y escribir.

PREGUNTA
(Jaja, sí, lo saqué de HOLASOYGERMÁN xD)
Dejando de lado las intenciones de cada uno
¿Quién crees que es más inteligente, Michael Hylton o Dylan Blake?
Tengan en cuenta que uno se quiso suicidar tras caer en la redes del otro, y que el otro es un asesino en serie con planes elaborados.

No duden que las quiero :3 Naturalmente no soy muy expresiva.
#comingwithTRUST





8 comentarios:

  1. O.O Recuperándose del Shock en 3...2....1..., levantándose del suelo y recogiendo la silla ....en proceso...LISTO!

    El final me ha ENCANTADO!♥ es INCREÍBLE!

    -Me alegran que hayan venido. Tomen asiento.
    No seas lindo conmigo, vil asesino maniático.

    AME ESA PARTE!
    Sinceramente es la mejor novela que he leído, me ha gustado mucho , tienes mucho talento para escribir, cuando harás un libro? XD
    Michael es tan dhjadsjhdjashdjsha LINDO y TIERNO (aunque no lo demuestre tanto xd) y......NOSE COMO EXPLICARLO. En toda la novela siempre me ha gustado las partes de Annie y Michael♥.
    Justin es tan TONTO pero a la vez LINDO! , Angie también, ella tiene algo que la hace muy especial.
    mmm Dylan.....NOSE e_e'

    Enserio me ha encantado la novela, gracias por compartirla con nosotros (:
    Espero con ansias la próxima temporada "TRUST" suena interesante.

    Psdta: Gracias a esta MARAVILLOSA novela , tenia una gran excusa para que mis padres me dejen entrar a la computadora , y desde el inicio de la novela y valió la pena :)

    Besos,Bye♥

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  2. Wow wow wow O_O
    Sabes que?? Annie me cae re bien, ahora se hizo mi favorita, si vas a decirme que... que mierda me pasa, no? xD
    el capitulo estuvo genial!! que bonito final (?)
    No, ya no me gusta el infeliz de Dylan ._.
    Bueno la pregunta... Digamos que no es tan facil ni dificil... Diría que ambos son igual de inteligentes, por alguna razón Dylan sabe muy bien hacer pleanes pero le salen mal o no consigue su objetivo por lo tanto digo que Hylton es más inteligente que Dylan. Hylton aunque es el más chico sabe muy bien confundir a la gente, no ir al grano y su poder de soñar el futuro le ayuda mucho. Además, sus explicaciones son "muy cientificas"
    La chica de arriba tiene mucha razón
    esta es la mejor novela! :D Katia escribes genial mujer D:
    deberías sacar libro, te juro por amm ._. por MJ que lo compro! ^^
    en fin, felicidades Kati ^^ eres una genia escribiendo @_@
    ok, ok basta de elogios e.e
    Espero subas pronto Trust, que ya quiero leer!!! D: NAO ._.

    Cuídate, nos vemos

    Adiós


    Vny S

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  3. Estoy segura de que no tienes una
    minima idea de como esta latiendo
    mi corazon en este presiso momento,
    esta a mil por hora!!! Fue INCREIBLE!!!
    muy INESPERADO!!! Simple y sencillamente
    un "final" impactantemente GENIAL!.

    Estube todo el tiempo sin despegar
    los ojos de la compu, incluso creo
    que ni papadie (o como se diga) de
    la emocion porque tengo los ojos rojos jeje :D .

    Con cada capitulo que escribes me
    convenso cada vez mas de que sos
    EXELENTE escribiendo!.Es un orgullo
    para mi chicas de nuestra edad escriban
    tan bien, vos sos una de las pocas que
    conosco :D ... Te lo dije y te lo repito
    SOS GENIAL!!! xD

    Respecto a tu pregunta de quien fue mas inteligente,
    yo pienso que:
    1°- Dylan,en un principio, porque ya lo tenia todo planeado y todo sucedio como el quiso que pasara,tenia en claro lo que queria y dio todo por la causa,incluso fue capas de terminar en el hospital contal de lograr su cometido,se necesita ser inteligente,estar loco y tener poco sentido de autoconservacion para lograr todo eso,aunque fallo en algunas cosas todo fue casi perfecto.
    2°- Por su lado Mike actuo interponiendo a sus sentimientos no le importo nada de lo que le pasara a el,mientras annie permanesca bien.lo cual fue tonto porque no le interezo su vida,pero ese es un gran acto de amor y valentia que muy pocos harian y Dylan es uno de ellos.Y estoy segura de que Mike volveria a poner su vida en riesgo por annie.Lo mas importante fue que al final pudo "ganarle"(por decirlo de alguna manera y solo por ahora),a Dylan,y si eso no es inteligencia entonces es un gran golpe de suerte :D ...

    Bueno esa es solo mi humilde
    opinion,asi que como ya la
    escribi me voy :D

    Bye.Bye

    Surte!!!

    P/D: Me encanta la idea de la "segunda temporada"
    (o mejor dicho TRUST).Espero sinceramente que
    subas el primer capitulo de TRUST lo mas pronto posible...

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  4. OSOM! Estuvo genial, la idea de la "segunda parte" sdfhjhdsdfgh es increible, ¡yay! Espero leer proximamente un nuevo capitulo Y este ¡uff! Me encanto, sisisi enserio, me gusto mucho y bueno ¿quien es mas inteligente? Bueno aunque mientras leia la novela aveces Michael me confundia y me sacaba de quisio, asi que creo que es el gracias a sus malditos juegos o lo que sea mental. Bueno. le leo luego bye! xo-

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  5. Woooooooo O-O ahora mismo tengo losojos con un picor de no pesatañear k no s kita con un restregon con las manos xDDDD
    Amo tu nove Kati ^o^, eres la mejor, yo también m compraria el libro si lo llegas a publicar, aver si tengo suert y llega a Canarias ._.
    Xsierto sobre tu pregunta, am yo digo k Hylton, xk? ni idea xDDD pero para mi es el mejor, el mas inteligente, el mas lindo, s enrrollaga mucho cuando habla pero aun haci se ve lindo ^-^, inclusopodria decir k..... habla mas k yop :o xDDDD aunk o k digo yop es una caca comparado con lo hermoso k habla Hylton
    Enserio Kati, x dios no termines nuca esta nove xDDDD, cuanto antes sube el primer Cap de ''Trust'' ^-^ yo ya lopuso en Twitter lo del final, d lo genial k estuvo ^o^
    Bueno no t vallas x las ramas Miimii y ve al grano xDDDD..... lo k keria decir es...... SIGUELAAAAAAAAAA xfa enpiesa la 2 temporada cuando puedas :DD
    Tienes un don en esto d la escritura :DD no lo dejes,siguela xfaaaaa xDDD ya s k soy pesada x3

    Besos Miimii <3<3

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  6. Hace mucho que leo Believe, pero pocas veces me daba el tiempo como para comentar, y cuando podía, o pasaba algo, o simplemente la flojera me vencía; un trato injusto para alguien que tiene una inmensidad de talento. Ahora, viendo el gran final de la primera temporada, te comento.
    Escribes excelente. Y la trama, única. Es una de las pocas novelas que ha logrado atraparme hasta el último párrafo; adoro a tus personajes, y pocos se ganan ese cariño. Adoro la ternura de Justin, como la ternura, la complejidad y la idiotez del Hylton. Hasta me encanta Dylan, que más que malo, lo veo como cobarde. Matar gente sólo por sus miedos. Aún así, es increíble. El final, me pareció estupendo. Abierto, perfecto para mantenernos con la intriga y las ansias por el comienzo de Trust.

    Aaaaah, ¡ves holasoygerman! xDD orgullo chilenoooo shia (?) -lo de "PREGUNTA" lo leí con su voz, en serio-. Mmmm, al principio me pareció que Dylan Blake, por el hecho de volver "loco" a Michael, manipular la mente de las personas y más encima bloquear la suya para hacerles el jueguito más difícil. Pero como que luego se le olvidó la trampa, y liberó mucho su mente. Así que el Hylton, por su manera preciosa de hablar.

    Gracias por, igual que a tantas personas, entretener mis sábados. Estaré esperando por Trust.

    Que estés bien ;)

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  7. NOOO DYLAN DEBIÓ MORIR, ESE BASTARDO DEBIÓ MORIR D: KAHGSFGAJKDJHFGHSJ ay, estoy toda sensible, esta novela me deja sensible, carajo. Eso es bonito porque me gustan las novelas que me dejan sensible :3 xdd

    PERO BELIEVE EXAGERA KASGFDSAJASDHG

    ¿Que más puedo decir? La historia es excelente, los personajes, todo, todo, todo. Y ya quiero leer Trust ajshajs porque sera mejor y y y quiero saber quien es S kahsgajsh

    Odio a Dylan, espero que quede claro.

    Y como todavía estoy sensible-shockeada-omgquebuenanovela, aquí le dejo u_u

    xo

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  8. Mejor tarde que nunca, mi vida <3 KATIA, ESTE CAPÍTULO ESTUVO COMO PARA ALUCINAR, enserio. Me ha gustado un montón, que orgullo sentí ;w; nomepregunteslarazón. La verdad fué una manera muy original de terminar, que ternura Michael, es un histérico <3 sabes que amo a los histéricos, ¿verdad? :33 Dylan... Dylan es un maldito, pero por cierta razón extraña, me atrae ese singular personaje. En cuanto a tu pregunta, diría que ambos son muy inteligentes, Michael se adelanta, pero Dylan entre su cobardía hace muy buenas jugadas, me gustaría penetrar más en su persona, sería interesante.

    Por otra parte, Justin es tan <3 xD

    Gracias por esta historia akjkslkjaslka que bueno que aún haya más que leer, por que si no, me doy un tiro D8 okno xD Tiros no, te matan >_>

    Gracias, un millardo de gracias.

    Eve.

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