Sentí un cálido resplandor que enrojecía a
mis mejillas e instintivamente me cubrí de él colocando mi mano sobre mis ojos.
Mi sentido común me obligaba a levantarme de dónde estaba, pero el cansancio
era tan fuerte que hizo realidad la pesadilla que había tenido la noche
anterior. Había una ventana pequeña que dejaba entrar al mundo exterior y me
levanté apenas mi vista pudo enfocarse y eliminar su borrosidad.
Dos puertas de ambulancia estaban abiertas
frente a mí, y más allá de eso, un grupo de personas en una ronda de
conferencias, discutiendo lo que parecía ser la causa de mi presencia y
decaimiento en las vías del tren la noche anterior.
El tren estaba parado junto a ellos, un
poco más atrás. Era posible verlo si me inclinaba un poco. Cuando alcé la voz,
unas cinco – o unas cincuenta – personas se acercaron hacia la camilla.
Habían llamado a emergencias cuando me
vieron allí toda lastimada, pero la ambulancia se había quedado sin gasolina.
En
otras palabras: sólo yo podía tener tanta suerte.
Me puse de pie temiendo de no caerme y les
indiqué a aquellas personas hacia dónde vivía. Fui incapaz de explicar la loquera
de correr detrás de un tren a altas horas de la noche, era un tema mío, y era
una incomprendida.
Estando frente al teléfono, marqué el
número de Justin, pero estaba fuera de servicio. Le llamé a Angie para que
supiera que estoy bien y convencerla de que podía regresar sola, pero no
funcionó. Apareció en un taxi dos segundos – o dos horas – después. Y mientras
viajábamos le pregunté todo lo que necesitaba saber antes de comentarle el por
qué de mi repentina visita a la estación.
Había pasado todo un día durmiendo; no
estaba segura si había entrado en coma o simplemente no recordaba nada. Me
encontraba en medio de un nublado viernes habiendo perdido el último jueves de
mi vida.
Me iba a dirigir esta noche a platicar con Dylan. Angie estaba ansiosa
con ello, pero del plan aún no le había comentado nada, no quería que me
detuviera. Sólo le mencioné lo que Michael planeaba hacer en el tren y me
aseguró de que vendría ésta noche también.
Volteé hacia el reloj digital del taxi.
Eran las cinco de la tarde y teníamos que vernos con Dylan a las seis para
cenar. No podía atrasar mi llegada aún más de lo que iba a tardar por ser
regularmente impuntual. Así que cubrí algunos rasguños de mi cara con
maquillaje, una chaqueta cubrió mis brazos y el pantalón mis piernas y las
heridas en ellas. Angie tardó mucho más tiempo que yo, por lo que tuve tiempo
extra de retocar el maquillaje para que pareciera que realmente no tenía nada.
Dylan seguramente adivinaría mi día pasado,
así que traté de no pensar en ello cuando atravesé la puerta de su casa. Una
señora de sus mismos ojos destrabó el seguro y nos permitió entrar a su cómodo
apartamento. Era bastante grande y acogedor y el fuego de la chimenea lograba
hacerme olvidar del espantoso viento frío que había afuera.
–
¿Cómo les va chicas? Soy Tara – nos saludó con
una sonrisa más grande que su cara, con los ojos brillosos, mejillas rosadas y
regordetas y nos ofreció uno de ésos pequeños sándwiches que sirven en los
eventos elegantes. No teníamos hambre pero su amable recibimiento nos llevó a
tomar uno – Dylan está arriba.
–
Su mamá es adorable – me dijo Angie con dos
sándwiches en la mano aspirando a ser devorados – Y cocina bien.
No sabíamos hacia dónde caminábamos pero terminamos en la
cima del edificio. Dónde el viento corría de manera violenta y veías toda la
ciudad comenzando a encender todas sus luces.
Me estremecí apenas me di la idea de que fuéramos a cenar
allí. Angie me indicó la existencia de una cabina cerrada con puertas de vidrio
que había a un lado. Allí no corría tanto el viento y Dylan salió apenas nos
notó allí.
Mi único impulso de entrar a un sitio que unía a Dylan y vidrios – osea, un objeto cortante - en una misma oración, era que
me estaba congelando y que me moriría de hipotermia si no conseguía calor
inmediato. Las cosas empeoraron cuando vi una gran fila de cuchillos filosos de
distintos tamaños sobre la mesada.
–
Pensé que tu mamá iba a cocinar – le dije
descortésmente antes de siquiera saludarlo.
–
Así es. Yo sólo la ayudo con la ensalada y demás
– contestó despreocupado. Había tomates y cebollas a medio cortar sobre la
tabla de madera. Eran las pruebas que necesitaba –. Me alegran que hayan
venido. Tomen asiento.
No seas lindo conmigo,
vil asesino maniático.
–
Si no hubiera hecho tanto frío, los hubiera
llevado a acampar – dijo mientras terminaba de echarle sal a la ensalada y la
revolvía con un tenedor gigante. A manos de él, hasta una cuchara parecía
peligrosa –. Nada se pone de mi lado, últimamente.
No advertí que yo no había dicho palabra alguna hasta el
momento; así que me mostré interesada en sus utensilios de cocina y le pregunté
sobre lo que cenaríamos. Creo que no pude evitar mi mirada cargada de ira como
lo hubiera querido; por que cada vez que lo observaba, se limitaba a mirar
hacia otro lado.
Los ojos brillosos de Angie hacia él comenzaban a empalagar
la situación cuando Justin entró, abriendo la puerta de vidrio a la par de su
acompañante. La mitad de mis preocupaciones y temores desapareció cuando vi a
Michael con vida y a Justin de una misma mirada. No sé que rayos había hecho
para convencerlo de venir, su mirada decaía detrás de sus rizos perfectamente
definidos, tanto que casi barría el suelo. Ninguno de los dos parecía estar al
tanto de lo que me había pasado, hasta que Dylan bajó a buscar algo de beber y
Justin arrastró su silla junto a la mía.
–
¡¿Dónde has estado?! Tuviste que desaparecer
justo el día que se averío la antena que mantiene conectado a los celulares. No
pude ni soñar que te llamaba – susurró, inquietado. Tratando de no hacer ruido,
pero no lográndolo.
–
Justin… - señalé detrás de su espalda.
Se volteó lentamente y aplastó su mano contra su frente.
Michael y Angie estaban completamente quietos, mirándonos y con muecas de
confusión. Angie pareció haberlo escuchado todo – y Michael también, sólo que
no entendía nada – así que interfirió en lo que se planeaba ser una
conversación entre Justin y yo.
–
¿Dé dónde esperabas que te contestara? – dijo,
al parecer, en mi defensa –. Olvidó su
celular en la escuela en cuanto salió a perseguir al tren.
–
¿Cuál tren? – Michael tenía que entrar en esto
en algún momento. Sentí que el plan se venía abajo. No pude idear la forma de
callar a Angie.
–
El tren en el que tú pensabas suicidarte con el
arma que llevabas en el bolsillo – dijo Justin, histérico y echándolo todo a la
basura. Entendí que estaba frustrado, pero no era necesario que se pusiera en
contra mía.
–
¿Acaso estabas ahí? – me preguntó él al mismo
tiempo que Dylan hacía presencia con la comida.
Cenamos en silencio. Tanto que Dylan propuso volver a jugar
a la botella, pero lo negamos en conjunto y rotundamente. Cuando vinieron a mi
memoria aquellos recuerdos de la última vez, me preguntaba cómo Justin aún no
había matado a Dylan por besar a Angie. Pero lo vi claro cuando noté que Justin
estaba sentado en una punta de la mesa, y ella, en la otra.
Pongámoslo claro. Todos – excepto Angie – estábamos aquí por
que teníamos interés en que iba a pasar o qué iba a hacer Dylan, no por que
quisiéramos cenar con él o algo parecido. A Justin le gustó la comida, pero no
lo elogiaría para nada. Ni a él ni a su madre, por más amable que le haya
parecido.
Mis nervios me estaban dominando. Estaba yo de frente a
Dylan en la mesa, a mi derecha estaban los chicos, y a mi izquierda, Angie – lo
más alejada posible de Justin.
–
Angie… tendría que hablar contigo – dijo Justin
en voz baja, lo cual resonó en toda la habitación al estar nosotros en completo
silencio.
Le va a contar el
plan. Me aseguré para mi misma y luego recapacité: era lo mejor. No
podíamos dejar que esté en peligro, tenía que saber la verdad sobre Dylan y
ahora nos tocaba a Michael y a mí ser la distracción. Lo cual me parecía
difícil, siendo que él tampoco conocía lo que íbamos a hacer.
No me hablaba, ni siquiera me miraba. Permanecía quieto en
su silla, con los ojos tristes mirando la cuidad a través de los vidrios.
Justin iba a tardarse. Antes de decirle lo que sea a Angie,
tenía que disculparse.
Nunca supe qué fue lo que se dijeron.
–
Oye, Hylton – pronunció Dylan después de beber
de su vaso –. Acordamos hablar sobre el destino, ésta noche ¿No?
No estaba segura de lo que eso significaba. Michael dejó de
lucir débil y asintió con la cabeza. Justin no regresaba.
–
Esperemos a Justin – respondió él, casi como
adivinando mis pensamientos –. La cosa también es con él.
–
Claro – se levantó de su silla– Voy a buscar más
soda. Ya vuelvo.
Dylan pasó junto a mí y rozó mi hombro cuando se fue. Me
hizo temblar; él o el frío. Decidí que era el frío para no denotar más miedo
del que tenía y traté de calentar mis manos, una con la otra. Lo cual era
imposible, porque ambas estaban hechas un cubo de hielo.
Michael se levantó de la silla también y tomó el cuchillo
que estaba en la mesada del lado derecho. Por un momento pensé que iba a
clavárselo, ya que mis ansias cobardes de que se hiciera daño hacían aparición
una vez más. Desde que le convencí de no aventarse del balcón no las había
sentido nunca más, sino hasta ése momento. Pero lo que hizo fue esconderlo en
uno de los últimos cajones, como si quisiera evitar que esté a mano.
Él soñaba el mañana. Supongo
que sabía que lo que hacía. Y si escondía el cuchillo era por que estaba
cambiando el futuro de manera positiva.
Eso, por supuesto, le traería dolor de cabeza. Y afirmé mi
predicción cuando lo vi quejándose de ello cuando volvió a la silla.
Lo observé. Verlo tan poco abrigado me causaba más frío
todavía.
–
Sabes que no quiero irme sin despedirme de ti –
me dedicó su mirada, hablándome por primera vez.
Sentí siete cuchillos clavándose en mi pecho ahora.
–
Has sido siempre buena conmigo y…
–
Yo tampoco – me apegué al plan que había armado
con Justin, dejando que el miedo se retorciera bajo mis pies–. Yo tampoco
quiero irme sin despedirme de ti.
–
¿Irte a dónde? – olvidó el discurso que estaba a
punto de dar.
–
Por primera vez me he adelantado a ti… - comencé
a decir y Angie cruzó la puerta, totalmente furiosa, con Justin detrás de ella.
Justin me dirigió una mueca de disgusto. De su lado, nada
estaba funcionando bien. No había conseguido nada con Angie.
–
¡No puedo creer que te portes así con Dylan! Él
es una buena persona – fue lo que le oí decir apenas salía de mis pensamientos.
Antes de que Justin pudiera abrir la boca para decir algo,
Michael se levantó de la silla y se paró frente a Angie.
–
Aún no me has respondido ¿Irte a dónde? – le
dijo.
–
¿Qué? – Angie lucia confundida - ¿De qué me
estás hablando Michael?
–
Estaba yo hablando contigo y dijiste que no te
irías sin despedirte ¿A dónde irás? ¡¿A que te refieres con que te irás?!
–
Michael – dije, casi levantando la mano como si
estuviésemos en clase – Yo te dije eso, no ella–. Comencé a pensar que estaba
soñando despierto y le hablaba a las tumbas otra vez, pero ésta vez acababa de
repetir algo que recientemente yo había dicho.
–
No me molestes, Angie, esto no es cosa tuya – me
respondió.
–
¿Angie? – dije. Justin llevó su cara de
indignado a un nivel más avanzado–. ¡Pero soy Annie!
Justin detuvo a Michael por los hombros y lo obligó a
sentarse en una de las sillas. Tenía la mirada desorbitada.
–
No está soñando despierto – Justin derrumbó la
teoría que había formado en mis pensamientos–. Michael ¿Ves a Annie?
–
Si, está ahí – señaló a Angie–. Y no he
terminado de hablar con ella.
–
Ésa no es Annie, es Angie.
–
¡Cállate! – dijo sufriendo del dolor de cabeza
más que nunca–. Soñé que ella se encandilaba con Dylan ¡Y está pasando! Sólo
fíjate, cada vez que lo ve, le salen corazones de los ojos.
–
Ya entiendo lo que pasa – Justin se dirigió a
nosotras y luego volvió a mirar a Michael – Mike, viste a Annie en tus sueños,
pero esto está pasando con Angie.
–
¿Entonces…? – tuve que intervenir.
–
Por alguna razón, cada vez que ve a Angie, te ve
a ti–me dijo–. Por eso dijo que te enamorarías de Dylan. Eso le hace creer que
no lo quieres y por eso va a matarse.
Claro. Era éticamente
imposible que YO me enamorara de alguien como ése idiota.
–
¿Y por qué me pasa esto? – Michael pareció
aceptar la teoría de Justin, pero luego la negó - ¿Cómo sé que no me mienten?
Quieres salvar a Annie. Estoy casi seguro ¿Cómo ella puede ser Angie? Se ve
como Annie.
–
Tú la vez como Annie, maldita sea. Dylan debe
estar haciendo esto.
–
Estás diciendo que soñé mal ¿Entonces? –
preguntó Michael –. Eso si es imposible.
–
Dylan saboteó tus sueños. Lo leí de su mente.
–
Aún así no puedes probar que… – gimió debido al
dolor de su cabeza y posó su mano en ella–. No puedes probar que Angie es Annie
o que Annie es Angie.
Justin se quedó corto de movimientos. No supo que más hacer
y leyó la mente de Dylan.
Se acercaba.
Me acerqué a Michael y puse mi mano en su frente. Le bajó
todo el dolor de sus ojos y se volvieron tiernos. Tomó mi mano y la observó dos
veces, sabía que sólo yo lograba calmar su dólor de aquella manera. No dijo
nada pero Justin reveló sus pensamientos ante nosotras y dijo:
–
Dylan no es más fuerte que nosotros juntos –
sonrió y le palmeó la espalda a Michael.
–
Salgamos de aquí – Michael se apresuró a correr
y a arrastrar a Angie ya que ella aún no parecía convencida.
Bajamos las escaleras rápidamente, la puerta de entrada
estaba abierta, pero se cerró repentinamente, posando Dylan detrás de la misma.
Tenía algo en la mano pero no pude divisar que era.
–
Oh no, no se van a ningún lado – tomó la pistola
y la cargó.
–
Dylan… - Angie parecía imposible de convencer.
Trató de persuadirlo – A tu mamá no le gustará que hagas eso… ¿Por cierto dónde
está?
–
Fue a comprar leche… del otro lado de la cuidad.
Tardará un rato, y yo soy muy rápido en éstas cosas.
–
A cuantos has matado – dijo Michael. No parecía
una pregunta, sonaba como que exigía la respuesta. No solté su mano, por que de
ser así, caería al suelo ante el dolor que podría estar sufriendo ahora o
volvería a confundir a Angie conmigo.
–
A la entrenadora que teníamos en Oxford… Al director
de tu nueva escuela – dijo contando con los dedos–. No recuerdo al tercero.
–
Ésas personas murieron por tocar mi sangre –
afirmó.
–
¡Acaso no sabes nada! – gritó de manera
aterradora–. Nuestra sangre no mata a la gente a menos que se filtre dentro de su cuerpo. No basta con sólo
tocarla. Los maté para hacerles creer eso a ustedes y para que Annie se alejara
de ti. Pero sí que es persistente ésa niña, es una idiota – me miró con furia y
con más ganas de hacerme daño de las que necesitaba para apretar el gatillo –.
Si se alejaba de ti, te deprimirías tanto que te matarías, y… ni un solo año de
desgracias para mí.
–
Annie… - susurró Justin, alejado de mí, pero no
lo escuché–. ¡Annie!
Dylan se acercó rápidamente a mí y de forma inmediata hizo
presión sobre el gatillo. Michael se interpuso y eso lo congeló.
Diablos, Dylan si
quiere matarme a mí.
–
Quítate Hylton – le ordenó, molesto.
–
¿Tanto miedo le tienes a cinco años de
desgracias por matar a tu hermano? – Michael lo provocó. Traté de detenerlo
pero fue en vano–. Anda, mátame a mí. Pero no te acerques a ella.
–
¡No sabes lo que son ésas desgracias! ¡Son
terribles! ¡Las he visto…! Yo… mi padre… - se le hizo un nudo a la garganta.
Pero recuperó su voz maliciosa segundos después – Quítate.
–
Está bien, me mataré yo sólo y obtendrás lo que
quieres. Dame la pistola.
–
No voy a caer en tus juegos mentales.
Justin había dado la vuelta y se abalanzó sobre Dylan. Angie
había desaparecido y Michael me llevó del brazo corriendo hasta arriba. Volteo
histéricamente hacia ambos lados para encontrar un escondite y entró en el
armario. Me obligó a entrar con él.
–
Pensé que nos iríamos – le dije. Temblando de
miedo.
–
Estamos en el último piso, no podemos bajar por
las ventanas. Te matarías.
–
Voy a morir de todos modos – afirmé, tratando de
ser valiente.
–
No, no lo harás – Me tomó del mentón con
delicadeza – Eres una tonta ¿Lo sabes? Al venir aquí te arriesgabas a que te
mataran.
–
Es frustrante – dije, mirando hacia la nada –
Saber que ni siquiera con mi muerte podría hacer que te salves.
–
Deja de pensar en mí, la cosa ahora es…
–
No puedo – le interrumpí - ¿Entiendes? – Aparté
un cabello de su frente y dejé que me enterneciera con sus ojos. Sus pupilas se
movieron de un lado a otro lentamente. Aunque era muy difícil distinguir sus
pupilas del iris frente a la luz; en la oscuridad parecían resplandecer de
manera interesante –. No me pidas que deje de pensar en ti porque eres el
comando de mi cabeza; me mantienes cuerda en éste mundo loco, y me vuelves loca
cuando todo parece carecer de sentido. Si Dylan creyó que con matarme lograría
que te suicidaras; no dudes que al revés también causará el efecto contrario.
–
No puedo siquiera visualizarte con un cuchillo –
se acercó para asegurarse de que sintiera su calor, casi como para compensar
que no podía verlo. Las yemas de sus dedos acariciaron mis mejillas un par de
veces seguidas y luego posó sus labios en mi cabello –. Y sé qué esperas que
haga algo inteligente, pero la valentía muchas veces piensa poco, o demasiado;
tanto que parece tomar decisiones locas.
Michael se levantó y abrió la puerta del armario.
–
¡No! – armé mis ideas dentro de mi cabeza, pero
mis lágrimas delataron mi debilidad. Agradecí al cielo a que él no pudiera
verme –. Si se cansa de buscarnos y te ve, simplemente te matará.
–
Si me mata a mí, te va a dejar ir.
–
¿Cómo lo sabes? – quise que me lo asegurara, no
por mi propio bien, sino para que se convenciera de no cometer tal locura –.
¿Cómo sabes que va a cumplirte el favor de dispararte y no de seguirme
buscando? Le tiene miedo a las desgracias y por ello no te disparará.
–
Por eso voy a matarme yo mismo.
–
Pues, a ver cómo le haces porque no voy a
soltarte – sujeté su brazo con toda la fuerza de mis ambas manos y mi alma.
–
Si me sigues te vas a lastimar.
–
¿Eso importa? – respondí inmediatamente.
–
Si, a mí me importa.
–
Pues que lástima, a mí no.
Me miró, lo miré. Entraba algo de luz por la puerta medio
abierta, la cual se apegaba a sus bellas facciones e imitaba el reflejo de mis
ojos en los suyos. Lucía molesto al
notar mi insolencia de no querer hacerle caso sobre lo de quedarme a salvo y sobre
no intervenir en su suicidio. Denotó su enojo en su voz apenas volvió a hablar.
–
¿Acaso no te importa morir? ¿No sabes que es una
tonta idea? Estás siendo tonta. Infantil, insolente... – lo callé de la primera
manera que se me cruzó por la cabeza. Tomé el cuello de su camisa y lo atraje
hacia mí, no quería tomarlo del rostro si eso era demasiado empalagoso para un
chico. Sus labios permanecieron quietos por los primeros dos segundos,
presionándose dulcemente contra los míos; estaba sorprendido. Le di un suave empujón para separarlo de mí,
convenciéndome de que no debía durar demasiado. Había olvidado que la situación
era drástica.
Permaneció con los ojos abiertos como platos y con las
pupilas dilatadas. Estaba más que desconcertado; muy descolocado. Sonreí
enternecida ante su reacción. Por un segundo pensé que lo había convencido,
pero no podía ser así: yo no dispongo de tanto poder.
Supuse que estaba por regañarme de nuevo cuando relajó los
músculos y se quedó más quieto en el suelo. Yo ya tenía mis pies a la mitad del
modo del levantarme, así que sólo me paré y rápidamente salí del closet y lo
encerré ahí. Él reaccionó rápidamente pero no fue lo suficiente. Yo ya estaba
afuera, haciendo rodar a la llave entre mis manos.
–
Sácame de aquí, ahora – me ordenó – Sufrirás las
consecuencias de encontrarte con Dylan.
–
Eso es precisamente lo que quiero – le arrojé
las llaves por debajo para que se liberara. Después de todo, cuando él termine
de abrir ésa puerta en la oscuridad, Dylan ya habrá hecho su trabajo conmigo.
Había demasiado silencio, por lo que me aseguré de no
romperlo. Mis pies se convirtieron en plumas livianas, pero mis piernas
temblaban con sólo observar la escalera. Me di cuenta de que Justin estaba
escondido detrás de una puerta cuando me vio. Tenía un sartén en la mano.
–
¿Y Dylan? – articulé.
–
Se fue a buscarlos en el altillo.
–
Tengo que encontrarlo – subí las escaleras de
nuevo.
–
¡¿Qué?! – se aseguró de taparse la boca él mismo
cuando gritó – Va a matarte.
Le dirigí una mirada que
sintetizaba todo y me largué. Me siguió todo el tiempo.
Volviendo a la cabina de puertas de vidrio que había en el
lugar dónde cenamos, encontramos a Dylan frente a Michael y a Angie entre
ellos.
El miedo me derrumbó como un viento fuerte.
–
¡¿Cómo te saliste?! – dije, interrumpiéndolo
todo sin ocultar mi desconcierto. Dylan me miró, extrañado. Inmediatamente
apartó el arma de Michael y me apuntó a mí. Las manos le temblaban.
–
No eres más inteligente que yo – me dijo
Michael.
–
¿Qué esperas? – le dije a Dylan – Hazlo.
–
Lo voy a reconsiderar – Dylan río nerviosamente –…Son
sólo cinco añitos de desgracias – Volvió apuntar a Michael y comenzó a hablar a
los gritos y a soltar lágrimas de ira y confusión – Ustedes me tienen así – la
mano con la que sostenía el arma temblada tanto que parecía que se le iba a
caer – Sólo una acción tuya Hylton y te mueres.
Michael le habló a Justin por la mente y le lanzó un plato
de vidrio a Dylan. Seguidamente, cuando éste estaba en el suelo, Justin tenía
que levantar la mesa para que los protegiera del disparo, pero se tropezó con
Michael y lo dejó caer al suelo. Corrí para ayudarlo a ponerse de pie.
–
Que lindo – Dylan también se había parado nuevamente
y dio un grito ahogado. No pude entender sus palabras.
Le dio con fuerza al gatillo de tal manera que alteró su equilibrio
y volvió a amagar con una caída. Michael adelantaba un pie sobre del mío para
ponerse delante de mí cuando fuera el momento. Pero así cómo él lo disimuló, yo
me adelanté de un movimiento y me paré delante de él.
Una capa… la otra, y
la otra…
Sentí un duro golpe en el hombro derecho. Fue tan fuerte que
me impulsó hacia atrás.
Dudé si la bala había atravesado mi cuerpo y hasta si hubiera
salido por el otro lado. Cerré los ojos con fuerza, eso no podía pasar, Michael estaba detrás de mí, y si eso pasaba,
lo lastimaría.
Mis rodillas cayeron como imanes al suelo. Me dolía tanto
todo el cuerpo que no estaba segura de dónde había dado la bala exactamente. No
temí por el corazón, se lo había dado antes a aquél que estaba detrás de mí.
Sentí el dulce aliento de su voz antes de cerrar los ojos y
sentía como perdía la noción de la ubicación, e incluso el sentido del tacto.
–
¡Annie! – gritó Angie entre lágrimas.
Todo pasó tan rápido. Justin se abalanzó sobre Dylan y lo
acorraló contra la pared. Se le cayó la pistola y por ello, buscó el cuchillo
que había dejado sobre aquella mesa. Aunque para su sorpresa, Michael ya lo
había escondido antes.
Él no fue difícil de controlar después de entrar en aquél
estado de perturbación. Haber matado a tres personas y más no lo podían mantener
tranquilo para siempre. Se le vinieron todas las cosas juntas a la cabeza y
rompió a soltar lágrimas. La mirada de compasión de Dylan era lo
suficientemente convincente para Justin, quién sostenía el arma firmemente
hacia él pero que no tenía valor para disparar.
–
Yo lo hago – Michael apretó el gatillo de una
sola vez casi sin apuntar bien. No podría describir su comportamiento ni aunque
tratara.
La pistola era de tiro único y no tenía más balas. No era de
profesionales, era prestada. Michael la arrojó con fuerza fuera del lugar y
rompiendo uno de los vidrios. Tomó el primer cuchillo que encontró y se acercó
a los ojos asustados de Dylan.
–
¡¿Qué?! – le preguntó mientras enterraba la hoja
del cuchillo en su pecho - ¿Duele? ¡¿Estoo si te duele, maldito?! – Tomó el
mango con sus dos manos para dar con más fuerza. Tenía lágrimas de ira en el
rabillo del ojo – No pudiste hacerle eso – se refería a matarme – ¡No pudiste!
–
Para… - Dylan sollozaba de forma atemorizante.
Un río de sangre le recorrió toda la camisa.
–
¡Michael! – gritó Justin cuando pude abrir los
ojos. Sentí que una cuerda que tenía atada al cuello me ahorcaba y me dejaba
sólo unos minutos para decir algo – ¡No está muerta!
Michael miró Dylan un par de veces y le sacó el cuchillo del
pecho de forma desgarradora y fría. Se acercó a nosotros rápidamente y me tocó
la frente con la mano.
–
¿Funciona? – me preguntó, ilusionado y triste.
Con esperanza.
–
Hay que llevarla a emergencias – Justin se
apresuró a ponerse de pie.
–
¿Y Dylan? – preguntó Angie – Es deprimente.
Volví a sumergirme en oscuridad y las luces volvieron a mí
desde una lámpara de habitación de hospital. Por la sangre que había en mí,
supuse que aún no me habían revisado ni me habían hecho nada. Los rostros de
los chicos seguían denotado preocupación.
Angie me corrió el cabello de la cara y Michael tomó una de
mis manos y la acobijó en su mejilla, manchándola con sangre. Su fobia no
parecía ser de eterna importancia.
–
¿Qué pasó? – pregunté con un hilo de voz.
–
Ya pasa el otro doctor a revisarte – me
respondió Justin de la misma manera. Angie fingía una sonrisa a través de la
cortina sus lágrimas para darme apoyo.
–
¿Voy a vivir? – tomé valor.
La mirada de Michael me lo decía todo.
La habitación separaba dos camas de pacientes diferentes a
través de una cortina celeste - ¿O quizá era verde? –, estaba cerrada y parecía
que no había nadie, no se veía movimientos de sombras ni nada parecido. Podía
oír como tocía todo el hospital desde que me concentré en no quedar dormida
para siempre: todo parecía querer distraerme.
No sentía la mitad derecha de mi cuerpo por la anestesia y
la otra mitad estaba congelada del frío.
Para mí, volvía a ser de noche cada vez que mantenía los
ojos abiertos por más de tres minutos. El cansancio volvía a caerle a mi cuerpo
y tuve que tratar de relajarlo.
Me pasé por un tiempo, por que cuando desperté nuevamente,
tenía una venda que rodeaba mi hombro y brazo derecho. Mis manos ya no estaba
sangrientas, y las luces decaían. La luna se posaba en la ventana, y las agujas
del reloj, en las tres de la mañana.
Angie estaba dormida en el pequeño sofá con el abrigo de
Justin, a quién no pude localizar por ninguna parte de la habitación. Michael
aún tenía mi mano entre las suyas. Se había quedado dormido en la silla junto a
mi camilla. Tenía la cabeza tan cerca de mi mía, que si volteaba para su lado,
podía rozarle los labios. Calentaba mi mitad del cuerpo congelada, casi como si
se lo hubiera pedido. Pude recobrar fuerzas para rodear su mano con la mía; y
también estaba caliente. Era una estufa.
Justin atravesó la puerta comiendo uno de ésos postres que
sirven para los enfermos. Sonrió al verme despierta y el chocolate formaba un
dibujo muy divertido en sus dientes. Reí por debajo.
–
Odio la comida de hospital – dijo, llevándose
una cucharada a la boca – Pero no puedo evitarlo, se me está bajando el azúcar.
–
¿De dónde lo sacaste? – pregunté, débil.
–
Del comedor, me lo regalaron. Creo que le gusto
a la cocinera – dijo, ocupando la silla que estaba del otro lado de la camilla
– Realmente lo siento Annie, no debí meterte en esto. Michael siempre tuvo
razón en cuidarte. Hice esto por mis propios medios y salió mal.
–
Descuida… no tienes qué…
–
No están seguros de que vayas a vivir ¿Entiendes?
– se tornó nervioso y tembloroso. Golpeó la mesita de noche que había a su lado
– Diablos, necesito fumar.
–
Basta – le dije - ¿Qué acabas de decir?
–
Tienes suero. Perdiste mucha sangre, y no hay
donantes para tú grupo. Están buscándolos, pero nadie asegura nada.
Di un respiro profundo hacia arriba y cerré los ojos. No
estaba segura de qué pensar.
Decidí distraerme. Al menos Michael estaba bien.
–
¿Qué ésta pensando? – le pregunté a Justin.
–
No puede creerlo… y está devastado por tu
herida.
–
No era mi intención.
–
Voy a llamar a mis papás – se levantó y salió de
la habitación.
Tuve la libertad de posar la mano de Michael en mi frente.
Empeoraría con la fiebre, estaba segura de ello, pero lo necesitaba.
No fue posible. Rodeaba mi mano con tanta fuerza que fue
imposible de que la dejara dónde yo quería.
Decidí dejar de molestarlo y me quedé quieta, pero a medida
que pasaba el tiempo, Michael adoptaba más temperatura y comenzaba a quemar
todo mi brazo. Lo quité de un impulso, sin ser ésa mi intención. Aquello lo
despertó.
Se incorporó en la silla de forma instantánea, como si
estuviera listo para cualquier emergencia, como en el caso de que se incendiara
el edificio y tuviera que salir corriendo.
Mi brazo estaba rojo; se dio cuenta.
–
Lo siento, no lo controlo – dijo.
–
¿Es fiebre? – dije tocando su mejilla. Estaba
tan cargado de culpa que parecía enfermo.
–
¡¿Fiebre?! – sacó mi mano de su mejilla y la
devolvió a dónde estaba, sin soltarla – Tú tienes una bala cerca del corazón.
Yo teniendo fiebre es terriblemente minúsculo.
Finalmente se arrepintió de haber apartado mi mano y la
sostuvo de nuevo. Bajó la intensidad de la voz con la que hablaba. Ahora casi
susurraba, como si quisiera que sólo yo pudiera oírlo.
–
Podríamos ponerlo así… Si a ti te dan una bala,
a mí me dan diez.
–
¿Por qué siempre que hago algo, termina
haciéndote un mal?
–
Es el efecto del karma. Yo te hago daño a ti, y
tú me lo devuelves – miró, insatisfecho, mi herida – Bueno… no de la forma que
quisiera. Debiste golpearme con aquél reloj que encontramos en la casa de
Justin – esbozó un indicio de sonrisa.
–
¿Qué hago entonces para que estés bien?
–
Cuidarte; ayudarme a hacerlo ¿Lo harías de ahora
en adelante?
–
Si es que sobrevivo – me estremecí ante la idea
de morir y me tranquilicé al saber que podría verlo a él desde la séptima nube,
desde mi vida en el cielo, quizá.
–
No voy a dejarte morir Annie, es lo último que
te falta hacer para hacerme sentir pésimo…
Bajé la mirada, desilusionada.
–
… y afortunado – agregó, sonriéndome con los
ojos.
Sentí iluminación de parte de su gesto.
–
Y… muchas veces, morir por alguien es lo más lindo que podría hacer una persona
por otra. Pero eso no se aplica contigo, no tienes ése privilegio.
Reí, endulzándome con el tono tierno de su voz.
–
Pero querer
morir y luego vivir para hacerme eternamente feliz… Eso es… eres la única
que tiene el privilegio… y el valor para ello.
–
¿Entonces no estás enojado?
–
¿Estás pendiente de un donante para sobrevivir y
te preocupas por que yo no esté enojado? Eres más extraterrestre que yo. Eres
increíble.
Besó mi mano y se acurrucó conmigo. Recostó su cabeza en mi
misma almohada y acariciaba mi brazo de arriba-abajo.
Había una ventana detrás de mí, y podía contemplar la vista
del cielo desde su reflejo: había un enorme espejo en frente, junto a la
puerta. Michael terminaba de pasar su mano por mi hombro y sintió los latidos
de mi corazón en mi cuello.
Volvió a incorporarse, alarmado.
–
Oh, rayos ¿Estás bien? – me preguntó,
tiernamente preocupado.
–
¿Por qué?
–
No te asustes pero... tu corazón late muy...
lento.
Me llevé la mano al corazón inmediatamente. No había nada
raro.
–
Estoy bien. Mis latidos son normales – afirmé, a
pesar de que estaban incluso algo acelerados por tenerlo a él tan cerca.
–
Los míos son más rápidos. Mira – tomó mi mano
nuevamente y la colocó en su pecho. Su corazón parecía estar corriendo una
maratón. Ni siquiera después de la clase de educación física el mío latía de
ésa manera – Quizá es la explicación de lo líquida que es mi sangre – dijo y
quitó la mirada de mi suero.
–
¿Por qué rayos mi grupo sanguíneo es tan difícil
de conseguir?
–
¿Por qué rayos te metiste delante de aquél
disparo? – me miró con compasión; no enojo – Te daría de mi sangre, pero... tú
sabes.
–
¿Sabes? – le dije en lo que volvía a rodear mi
mano y a mirar el reflejo del cielo en el espejo – Cuando era niña, mis amigas
siempre le pedían deseos a las estrellas. Una de ellas pedía un poni... la otra
quería convertirse en princesa. Y yo lo que deseé fue simplemente una de ésas
estrellas sólo para mi, para que me acompañara y cumpliera mi único deseo de
jamás quedarme sola. He perdido gente desde edad muy temprana, así que la idea
me aterra. Mis amigas se rieron de mí ésa noche, pero... – lo observé, me
estaba mirando - ... las estrellas de verdad te escuchan. Tienen dos oídos – lo
describí – Y la mía tiene ojos hermosos, y un corazón de luz que bombea tinta.
Por un momento mis
pulsaciones comenzaron a ceder. Michael presionaba mi mano con fuerza de
encanto y se acercaba a mí para besar mis ojos cerrados. Luego visualicé el
cielo oscuro sin estrellas...
No imaginas la gloria,
si nunca has vivido en el fracaso. Nunca vería la luz si conocer la
oscuridad primero. Nunca reconocería el bien, sin saber que el mal existe.
Nunca, en mi eterna galaxia, gozaría de la compañía de mi
estrella si no me obligaba a echar un vistazo a la soledad y al vacío.
Tu deseo es la razón
por la que vivo... comencé a oír.
–
... y jamás me marcharé – terminó de pronunciar
Michael justo después de terminar de acercarse a mí y cuando pude abrir los ojos
y a deslumbrarme por todo el resplandor de su luz.
***
–
Señorita Wilson. Un donante acaba de aparecer
ésta mañana, pero no quiso revelar su identidad – dijo el enfermero revisando
una hoja de papel sobre una carpeta verde. Ya no tenía el suero y un rayo de
sol estaba filtrándose por la ventana. Era cerca del mediodía.
Observé una vez más a Michael. Se lo notaba demasiado
tranquilo, pero él no pudo haberse hecho cargo de todo.
Le supliqué con la mirada que me explicara lo que estaba
pasando.
–
Su nombre comenzaba con una S, no lo recuerdo
con exactitud. Es un chico de color, es A negativo como tú y estaba usando una chamarra azul. Lo soñé
aquí, mientras dormíamos – sacó la lista de nombres de su bolsillo y escribió
una “S” – algún día lo encontraré y le daré las gracias. A eso también lo vi.
El enfermero no pudo dar explicación a lo que oía, así que
sólo conservó el buen trato.
–
Te vas del hospital ahora mismo – me sonrió a la
par de Michael y luego se encaminó a mover las cortinas que separaban al otro
paciente de mí – Joven Blake... Dylan Blake. A ti te dan el alta mañana.
***
Eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee FIN.
¡Gente, es muy importante que lean lo siguiente!
Les quiero decir gracias por haber acompañado ésta historia
de principio a FIN. Aunque FIN no es la palabra correcta. La historia aún no
termina por que se acerca la secuela.
La secuela de Believe, se llama TRUST y subiré los
capítulos, aquí mismo. Es como si la historia nunca hubiera terminado, llámenlo
SEGUNDA TEMPORADA si así lo prefieren.
No corten la historia aquí porque falta muchísisisisisisisisimo por
contar y saber sobre nuestro tintero (?
El primer capítulo de TRUST lo subiré pronto – Porque ya lo
tengo escrito (OH YEAH) – y como se vienen dos semanas cargadas de exámenes para
mí (Tengo tres en mi cumpleaños ¿Pueden creen ésa MALDAD?) será mejor subirlo
pronto ¿Verdad? xD
No se olviden de hacer todas las preguntas que quieran sobre
la novela haciendo click aquí. Las respondo enseguida, enserio. Si tiene dudas
sobre éste último capítulo, si hay algo que no entendieron y quisieran saber, o
si quieres aportar algo, no dudes en hacérmelo saber.
Nuevamente GRACIAS y comenten :D
Ah, y cómo algunas personas no se animan a comentar porque
simplemente no saben qué escribirme. Decidí hacer una pregunta en cada capítulo
para que respondan y tengan ALGO que escribir en los comentarios o en el chat
de al lado derecho del blog. Ahí no necesitas tener cuenta en blogger, sólo
debes poner tú nombre y escribir.
PREGUNTA
(Jaja, sí, lo saqué de HOLASOYGERMÁN
xD)
Dejando de lado las
intenciones de cada uno
¿Quién crees que es
más inteligente, Michael Hylton o Dylan Blake?
Tengan en cuenta que
uno se quiso suicidar tras caer en la redes del otro, y que el otro es un
asesino en serie con planes elaborados.
No duden que las quiero
:3 Naturalmente no soy muy expresiva.
#comingwithTRUST
O.O Recuperándose del Shock en 3...2....1..., levantándose del suelo y recogiendo la silla ....en proceso...LISTO!
ResponderEliminarEl final me ha ENCANTADO!♥ es INCREÍBLE!
-Me alegran que hayan venido. Tomen asiento.
No seas lindo conmigo, vil asesino maniático.
AME ESA PARTE!
Sinceramente es la mejor novela que he leído, me ha gustado mucho , tienes mucho talento para escribir, cuando harás un libro? XD
Michael es tan dhjadsjhdjashdjsha LINDO y TIERNO (aunque no lo demuestre tanto xd) y......NOSE COMO EXPLICARLO. En toda la novela siempre me ha gustado las partes de Annie y Michael♥.
Justin es tan TONTO pero a la vez LINDO! , Angie también, ella tiene algo que la hace muy especial.
mmm Dylan.....NOSE e_e'
Enserio me ha encantado la novela, gracias por compartirla con nosotros (:
Espero con ansias la próxima temporada "TRUST" suena interesante.
Psdta: Gracias a esta MARAVILLOSA novela , tenia una gran excusa para que mis padres me dejen entrar a la computadora , y desde el inicio de la novela y valió la pena :)
Besos,Bye♥
Wow wow wow O_O
ResponderEliminarSabes que?? Annie me cae re bien, ahora se hizo mi favorita, si vas a decirme que... que mierda me pasa, no? xD
el capitulo estuvo genial!! que bonito final (?)
No, ya no me gusta el infeliz de Dylan ._.
Bueno la pregunta... Digamos que no es tan facil ni dificil... Diría que ambos son igual de inteligentes, por alguna razón Dylan sabe muy bien hacer pleanes pero le salen mal o no consigue su objetivo por lo tanto digo que Hylton es más inteligente que Dylan. Hylton aunque es el más chico sabe muy bien confundir a la gente, no ir al grano y su poder de soñar el futuro le ayuda mucho. Además, sus explicaciones son "muy cientificas"
La chica de arriba tiene mucha razón
esta es la mejor novela! :D Katia escribes genial mujer D:
deberías sacar libro, te juro por amm ._. por MJ que lo compro! ^^
en fin, felicidades Kati ^^ eres una genia escribiendo @_@
ok, ok basta de elogios e.e
Espero subas pronto Trust, que ya quiero leer!!! D: NAO ._.
Cuídate, nos vemos
Adiós
Vny S
Estoy segura de que no tienes una
ResponderEliminarminima idea de como esta latiendo
mi corazon en este presiso momento,
esta a mil por hora!!! Fue INCREIBLE!!!
muy INESPERADO!!! Simple y sencillamente
un "final" impactantemente GENIAL!.
Estube todo el tiempo sin despegar
los ojos de la compu, incluso creo
que ni papadie (o como se diga) de
la emocion porque tengo los ojos rojos jeje :D .
Con cada capitulo que escribes me
convenso cada vez mas de que sos
EXELENTE escribiendo!.Es un orgullo
para mi chicas de nuestra edad escriban
tan bien, vos sos una de las pocas que
conosco :D ... Te lo dije y te lo repito
SOS GENIAL!!! xD
Respecto a tu pregunta de quien fue mas inteligente,
yo pienso que:
1°- Dylan,en un principio, porque ya lo tenia todo planeado y todo sucedio como el quiso que pasara,tenia en claro lo que queria y dio todo por la causa,incluso fue capas de terminar en el hospital contal de lograr su cometido,se necesita ser inteligente,estar loco y tener poco sentido de autoconservacion para lograr todo eso,aunque fallo en algunas cosas todo fue casi perfecto.
2°- Por su lado Mike actuo interponiendo a sus sentimientos no le importo nada de lo que le pasara a el,mientras annie permanesca bien.lo cual fue tonto porque no le interezo su vida,pero ese es un gran acto de amor y valentia que muy pocos harian y Dylan es uno de ellos.Y estoy segura de que Mike volveria a poner su vida en riesgo por annie.Lo mas importante fue que al final pudo "ganarle"(por decirlo de alguna manera y solo por ahora),a Dylan,y si eso no es inteligencia entonces es un gran golpe de suerte :D ...
Bueno esa es solo mi humilde
opinion,asi que como ya la
escribi me voy :D
Bye.Bye
Surte!!!
P/D: Me encanta la idea de la "segunda temporada"
(o mejor dicho TRUST).Espero sinceramente que
subas el primer capitulo de TRUST lo mas pronto posible...
OSOM! Estuvo genial, la idea de la "segunda parte" sdfhjhdsdfgh es increible, ¡yay! Espero leer proximamente un nuevo capitulo Y este ¡uff! Me encanto, sisisi enserio, me gusto mucho y bueno ¿quien es mas inteligente? Bueno aunque mientras leia la novela aveces Michael me confundia y me sacaba de quisio, asi que creo que es el gracias a sus malditos juegos o lo que sea mental. Bueno. le leo luego bye! xo-
ResponderEliminarWoooooooo O-O ahora mismo tengo losojos con un picor de no pesatañear k no s kita con un restregon con las manos xDDDD
ResponderEliminarAmo tu nove Kati ^o^, eres la mejor, yo también m compraria el libro si lo llegas a publicar, aver si tengo suert y llega a Canarias ._.
Xsierto sobre tu pregunta, am yo digo k Hylton, xk? ni idea xDDD pero para mi es el mejor, el mas inteligente, el mas lindo, s enrrollaga mucho cuando habla pero aun haci se ve lindo ^-^, inclusopodria decir k..... habla mas k yop :o xDDDD aunk o k digo yop es una caca comparado con lo hermoso k habla Hylton
Enserio Kati, x dios no termines nuca esta nove xDDDD, cuanto antes sube el primer Cap de ''Trust'' ^-^ yo ya lopuso en Twitter lo del final, d lo genial k estuvo ^o^
Bueno no t vallas x las ramas Miimii y ve al grano xDDDD..... lo k keria decir es...... SIGUELAAAAAAAAAA xfa enpiesa la 2 temporada cuando puedas :DD
Tienes un don en esto d la escritura :DD no lo dejes,siguela xfaaaaa xDDD ya s k soy pesada x3
Besos Miimii <3<3
Hace mucho que leo Believe, pero pocas veces me daba el tiempo como para comentar, y cuando podía, o pasaba algo, o simplemente la flojera me vencía; un trato injusto para alguien que tiene una inmensidad de talento. Ahora, viendo el gran final de la primera temporada, te comento.
ResponderEliminarEscribes excelente. Y la trama, única. Es una de las pocas novelas que ha logrado atraparme hasta el último párrafo; adoro a tus personajes, y pocos se ganan ese cariño. Adoro la ternura de Justin, como la ternura, la complejidad y la idiotez del Hylton. Hasta me encanta Dylan, que más que malo, lo veo como cobarde. Matar gente sólo por sus miedos. Aún así, es increíble. El final, me pareció estupendo. Abierto, perfecto para mantenernos con la intriga y las ansias por el comienzo de Trust.
Aaaaah, ¡ves holasoygerman! xDD orgullo chilenoooo shia (?) -lo de "PREGUNTA" lo leí con su voz, en serio-. Mmmm, al principio me pareció que Dylan Blake, por el hecho de volver "loco" a Michael, manipular la mente de las personas y más encima bloquear la suya para hacerles el jueguito más difícil. Pero como que luego se le olvidó la trampa, y liberó mucho su mente. Así que el Hylton, por su manera preciosa de hablar.
Gracias por, igual que a tantas personas, entretener mis sábados. Estaré esperando por Trust.
Que estés bien ;)
NOOO DYLAN DEBIÓ MORIR, ESE BASTARDO DEBIÓ MORIR D: KAHGSFGAJKDJHFGHSJ ay, estoy toda sensible, esta novela me deja sensible, carajo. Eso es bonito porque me gustan las novelas que me dejan sensible :3 xdd
ResponderEliminarPERO BELIEVE EXAGERA KASGFDSAJASDHG
¿Que más puedo decir? La historia es excelente, los personajes, todo, todo, todo. Y ya quiero leer Trust ajshajs porque sera mejor y y y quiero saber quien es S kahsgajsh
Odio a Dylan, espero que quede claro.
Y como todavía estoy sensible-shockeada-omgquebuenanovela, aquí le dejo u_u
xo
Mejor tarde que nunca, mi vida <3 KATIA, ESTE CAPÍTULO ESTUVO COMO PARA ALUCINAR, enserio. Me ha gustado un montón, que orgullo sentí ;w; nomepregunteslarazón. La verdad fué una manera muy original de terminar, que ternura Michael, es un histérico <3 sabes que amo a los histéricos, ¿verdad? :33 Dylan... Dylan es un maldito, pero por cierta razón extraña, me atrae ese singular personaje. En cuanto a tu pregunta, diría que ambos son muy inteligentes, Michael se adelanta, pero Dylan entre su cobardía hace muy buenas jugadas, me gustaría penetrar más en su persona, sería interesante.
ResponderEliminarPor otra parte, Justin es tan <3 xD
Gracias por esta historia akjkslkjaslka que bueno que aún haya más que leer, por que si no, me doy un tiro D8 okno xD Tiros no, te matan >_>
Gracias, un millardo de gracias.
Eve.