Capítulo 1 -Segunda parte-

“Mi mirada no intimida” Problema que lo aquejaba. Si iba a afligirse por los problemas, comenzaría con los más pequeños y hasta estúpidos que cambiaban cada 5 segundos, dependiendo la frecuencia que tenía que recibir comentarios negativos hacia su persona. Así era él, “transparente”, no sencillo, sino transparente. Se podía ver a través de él, no tenía reputación ni valor alguno en lo que el conocía de si mismo

Cambiarse de cuidad, de escuela, de país, o quien sabe, quizá en territorios ajenos su mirada deje de causar gracia.

Sacó la maleta amarilla de su armario, quitó las calcomanías infantiles de la tapa y la abrió, procedería a vaciarla para hacer su equipaje. Sacó dos cuadernos viejos escritos por todas partes con letra desprolija, la película de James Bond, una camisa a rayas, un peine partido por la mitad, un reloj de plata, una pulsera fluorescente, cadenas y tachas, guantes de cuero negro, anteojos de sol, anteojos de ver sin aumento, una gorra, una caja de piercings, un rosario, gel para el cabello entre miles de calendarios pequeños con fotos de Canadá del año 1976 hasta la actualidad.

Así fue cambiar de personalidad tantas veces, así fue no sentirse aceptado.

–       Adolescente trastornado sin personalidad, es mi última llamada

Su hermana mayor no desaprovechaba ninguna oportunidad de molestarlo. Al bajar la escalera, su madre los esperaba en la mesa de la cocina.

–       Hijo ¿No vas a desayunar?

–       ¡NO! – interrumpió Miley – Quiere llegar temprano para ir en la “Moto-bici”

La “Moto-bici”: Dícese de un invento creado por él y sus amigos en la primaria, que consta básicamente de una bicicleta con motor.

–       O andas en bicicleta o en moto, Justin  das vergüenza

No, no lo soportaría más.

–       Ma, tira todo lo que hay en mi cuarto – arrancó un calendario de la pared – Y no quiero volver a ver uno de estos en mi vida – Se alejó cargando la maleta y poniéndose la bufanda.

****

–       ¿Haz cambiado de colegio continuamente estos dos últimos años?

–       Tres sólo este año

–       ¿Crees necesitar a un psicólogo en estos asuntos?

–       La verdad no

–       ¿Pretendes que te lance a este nuevo mundo sin ningún tipo de protección?

–       Señor. Es solo una escuela

El director hizo un par de garabatos en un certificado, buscó un grande y redondo sello cargado de tinta y concluyó el documento con su firma

–       ¿Apellido?

–       Wilson

–       Bueno – le entregó el papel – Ni una palabra a tu madre de esto, si tienes problemas primero recurre a mi

–       Gracias señor

Annie cruzó la puerta, dio un gran suspiro y observó los pasillos, más estudiantes caminaban de aquí para allá. ¿La parte de librarse del psicólogo escolar habrá sido la parte más complicada del día?  No le importaba, así que procedería a dirigirse a su habitación.

Pequeño detalle: No se sabía el número.

Entrar de nuevo a la oficina del director le pareció muy molesto, si lo hacía, lo del psicólogo no la dejaría en paz nunca, esta era su primera oportunidad y no debería perderla tan fácil.

****

Lo logró. Tras unos minutos libres de su hermana, Justin pudo encontrar su cuarto. Ya había recorrido esa escuela antes, era muy conocida ya sabía casi exactamente dónde se encontraban las instalaciones. Ser estadounidense no le seria un problema.

Apenas su maleta tocó el piso, un chico un poco más alto que él abrió la puerta, era algo que sabía que pasaría, pero que no se esperaba.

–       ¿Y tú quien eres?

–       Tu… compañero creo, soy Justin

–        Soy Michael. Nunca te había visto por aquí

–       No. No lo creo. Soy nuevo, vengo de Canadá – sonrío

Michael lo miró extrañado. Justin volvió a su cara seria y reformuló otra pregunta:

–       ¿Y de dónde eres?

–       De aquí

Justin no sabía que decir. Estaba nervioso

–       ¿Qué no hay escuelas en Canadá? – preguntó Mike

–       Pues si hay, pero… yo nací allá y cuando mi padre murió nos mudamos aquí… en realidad mi madre, por que yo aún no había nacido pero me volví a mudar y… ay no – empezó a decir cosas sin sentido debido al nerviosismo

–       Wo tranquilo, lo único que te entendí fue que tu padre murió

–       Ajam – Se dio por vencido – Es terrible perder un padre

–       ¿Y que tal perder ambos?

EL chico enmudeció. Un “lo siento” fue lo único que le salió, pero a pesar de que no hizo ninguna pregunta, Michael aclaró como fue.

–       Fueron de viaje a la India por el trabajo y nunca volvieron

Pasaron un tanto de esos segundos incontables de silencio.

–       Y… ¿Tienes novia?

–       ¡No saldré contigo!

OK. Fue lo más estúpido que pudo haber preguntado Justin.

–       ¡¿Cómo piensas eso?!

Michael se paró y se dirigió a la puerta

–       ¿A dónde vas?

–       A dar una vuelta – Abrió la puerta, y notó que su compañero parecía bastante solo - ¿Quieres venir?

Justin dio un salto – Claro

–        Ok. Pero haz como que yo no te conosco =D

–       .___________. Ok

****

Annie por su parte encontró la fantástica forma de localizar su cuarto. Ir a secretaría y preguntar nuevamente es fantástico a partir de ahora.

Sabía que los cuartos de las chicas tenían lugar para tres personas, y la de los chicos para dos. Lo que nunca se imaginó es encontrar a una porrista y a una chica al parecer “popular” como compañeras, ese tipo de personas nunca han entrado a su círculo social.

Aunque su círculo social fuera un cuadrado  .__.

–       ¡Hola! – dijo la porrista con mucha simpatía - ¿Eres nueva no?

–       Amm… de hecho

–       ¡Me alegra tanto oír eso!, amo la gente nueva, los que ya conozco son unos idiotas-cabezas-huecas ¿No piensas lo mismo Angie?

–       Ash ¬¬ ¡Hola! Soy Angie y la loca histérica de uniforme es Mary =D

–       Un gusto conocerlas. Soy Annie

–       ¿Annie? Oíste eso Angie =D sólo una letra de diferencia de ti

Y era Mary la misma persona que decía que los demás eran idiotas-cabezas-huecas.

– Amm si, me llamo Angelika pero me dicen Angie ¿Lo dejé claro Mary? – dijo con un poco de fastidio.

–       Si. Ya. Te gustará la escuela Annie. Hay muchos chicos guapos *.* Ven – tomó a Annie del brazo – vayamos a conocer el lugar

Las tres salieron de la habitación, observaron el panorama y Mary comenzó con su “columna oral de chismes” 

–       ¿Ves ese chico? Es Kevin, el capitán del equipo y mi futuro esposo

–       Si Annie, no se los robes – comentó Angie riendo

Tras dar las características básicas de la mayoría de los estudiantes de la escuela, las tres se dirigieron a la cafetería, estrenando las nuevas mesas de la misma.

–       Estas mesas deberían ser uniformes

–       No entiendo para que quieren más uniformes si ya tienen – Dijo Annie, sin pensar. Mary se quedó callada y Angie estalló en risa

–       HAHAHA es cierto, al fin alguien lo dice, buena esa Annie

–       Como sea ¬¬ sigamos con el reporte de chicos en la escuela

–       ¿Quiénes son esos dos que se acercan hacia aquí? – dijo nerviosa

–       Bah ¬¬ ese es Michael y… uhh *.* un chico nuevo – Mary se paró – Este es mio ehh