Capítulo 28: Monólogo (Mi idioma -Segunda Parte)




Toda mi vida pensé que era la persona más incomprendida del mundo, pero incluso las personas que me entienden, no me lo comentan. Él no me lo comentará. Por que no sabe hablar, sabe hacer esto. Sabe hacer cualquier cosa, menos hablar con los labios. Habla con todo lo demás.
Si pudiera pasar un día dentro de su mente para saber como es, me perdería en mi propio laberinto y sin un mapa. No había mapas, ni siquiera en la guía de turismo de su propia cabeza. No. Por que ni él se entiende, y de alguna forma u otra, sentía que ése era mi trabajo.

-         Tú… pero… no puedes… dijiste que… - tartamudeé.
-         Si, sé que no me entiendes. Tampoco espero que lo hagas. Ten – Me dio un pesado reloj de plata y cobre que había sobre la mesa – Golpéame.
-         ¿¡Por qué?!
-         Pues porque me porté mal, primero te dije que te amaba, luego que era mentira. Y luego te besé y;  eso, en tu mundo, en éste mundo, está mal. Eso creo.
-         No sé a dónde quieres llegar ¿Acaso golpearte va a solucionarlo todo? Si de verdad quisieras que te lastimara, no querrías que usara los golpes, la manera que se usa en éste mundo ¿Cómo lastiman en el tuyo?
-         Pues… tú sabrás.
-         ¡Ya basta! ¡Basta de andar siendo tan misterioso! ¡Sólo dime!
-         Te dije que tú sabrás.

Era como una barrera simple con una pequeña puerta, que yo podía atravesar si él me daba permiso. Lo que habría del otro lado sería tan complejo como el país de las maravillas o algo así como un mundo des-paralelo del mío. Totalmente.
Los ladrillos de éste muro no eran para nada anormales: ojos oscuros, como dos pasillos interminables ocultos en sombras, en los que esperas que pase algo, y sino, sigues avanzando hasta el infinito.
La puerta de ésta barrera era del mismo color que los ladrillos. Es decir, no la distingues de todo lo demás. No sabes dónde está. No hay guía ni rutas. No sabes como entrar hasta que él te llama a hacerlo.

-         No podemos hablar sin discutir ¿Verdad? – pregunté - ¿Va a ser siempre así, no?
-         Por eso no pretendo que me ames sin que me odies primero.

Típico de él, ser tan estúpido, tan sabio, tan idiota y tan dulce. Ya se había adaptado a mí. El sabe que yo no hablo, entonces me hará discutir. Sabe que no me rebelo, entonces me hará pelear con él. Él reflejaba a toda otra persona, y ésa persona no era nadie más que yo, no había nada más por allá.

-         ¿Has visto a Angie? – dije, para tapar que yo estaba perdiendo.
-         ¡Ay por favor! – dijo, imitando una queja.
-         … ¿No estás hablando en serio? ¿Verdad? – pregunté.

Sonrió.

-         No sé que onda con los varones, yo sí entiendo a las mujeres. Te entiendo a ti, y eso ya es trabajo duro.
-         Tú no entiendes a las mujeres.
-         Quizá no, pero trato de hacerme creer a mi mismo que si lo hago. Recuerda que todo se trata de creer para que las cosas sean reales. ¿Conoces Europa? Una niña allí se curó de un cáncer imposible repitiéndose una y otra vez “Soy sana” hasta que se lo creyó y se hizo realidad – pegó su frente a la mía de forma dulce y mirando al suelo, como avergonzado de mirarme a los ojos y agregó: - Todo es creer, Annie. Nada es real si no crees.
-         ¿Vas a repetírmelo siempre verdad? – acaricié un lado de su rostro y mi voz se tornó más suave.
-         Hasta que lo entiendas – me dijo, sin moverse de su posición.
-         Creo que ya lo entendí.
-         No, es cierto. Hace dos segundos me dijiste que no me entendías – dijo en razón de sus juegos de astucia.
-         ¿Y eso basta para entenderte? ¿Creer que lo hago?

Tomó mi mano y la comparó con la suya.

       ¿Qué diferencia hay entre ambas manos? – me preguntó, sabiendo la respuesta y esperando a que yo la acertara.

No supe qué responder.

       ¿Diferencia, en qué sentido? – pregunté.
       Si alguna tiene un dedo de más o sufre de extrañas mutaciones.

Reí. Vaya tontería.

       Claro que no – dije exhalando mis últimas muestras risueñas – Son iguales.
       Si, son iguales – me dio la razón – Y si tú eres igual a mí, y a mí me basta con creer que te entiendo para entenderte de verdad. Tú debes poder hacer lo mismo.
       Pero tu mano es más grande.
       Es cierto. Tengo una ventaja muy pequeña. Llevo practicando el arte de creer desde mucho antes que tú. A pesar de que tengo doce años en éste mundo.
       Pero… - lancé una de mis dudas – Si yo creo que te entiendo, creeré cosas que no son ciertas.
       Serán ciertas si las crees – se acercó a mí – Mírame a los ojos y dime si estás creyendo enserio que me entiendes.
       No.
       Pues créelo y luego hablamos.
       Bueno, pero imagina que tú crees que yo: soy de tal forma, y te lo crees de verdad, y resulta que no lo soy. No voy a cambiar mi manera de ser solo porque tú creas algo erróneo de mí. Ni tampoco va a cambiar mágicamente.
       En primer lugar, no puedes creerlo todo en un mundo en el que existen las mentiras. Y en segundo lugar, yo no creo que te entiendo.
       Pero acabas de…
       Yo creo que te amo, eso es lo que hago y me basta.

Me paralicé dos segundos. Me observó de frente y sonrió.

       Diez dólares a que adivino lo que estás pensando – me dijo.
       No hay trato – logré decir. Michael tiene más trucos que un mago profesional.
       Te lo diré de todos modos. Estás confundiendo mi “Creo que te amo” con un CREO de duda. Y no es así, te lo estoy afirmando.
       No es tan así – dije, al fin, cuando encontré la manera de burlarlo y ganarle al menos uno de sus tantos jueguitos mentales – Me estás diciendo que tienes que creer en eso, como si no estuviera en la realidad. No es real que me amas, porque si lo fuera ¿Por qué tendrías que convencerte de ello?

Se cayó la barrea del fuerte de Michael y yo estaba ganándole con mi ejército imaginario de ideas. Pero él sacó un cañón que tenía escondido en caso de que tuviera que defenderse.

       ¿Qué ves allí? – me señaló con la cabeza hacia la mesa de noche.
       Una lámpara – afirmé.
       Pues yo creo que es un elefante – levantó una ceja.
       Da igual, sigue siendo una lámpara – contesté.
       Entonces tengo que convencerme de que es una lámpara para no quedar como un idiota ¿Verdad? – notó que afirmé con la cabeza – Bien, me estoy convenciendo de que es una lámpara, pero la lámpara ya es real, aunque me convenza o no de que lo es. Así como el quererte a ti, existe, aunque me convenza o no. Y yo sí me voy a convencer de que es real, para no quedar como un idiota.

Me quedé callada. El fuerte de mi castillo estaba al descubierto y todos mis soldados muertos.

       …Y para no volver a pensar que la lámpara es elefante – afirmó una vez más notando mi estado en blanco – ¿Lo entendiste o tengo que seguir con mi monólogo de la lámpara?
       Si querías confundirme, ya lo hiciste. Felicitaciones, tú ganas, Game over.
       ¿Game over? – se río - ¿Acaso todo esto era un juego?
       Si – dije, ya sin saber qué decir – En mi mundo lo es. Dónde todo es real porque yo creo creo creo y… creo – concluí – ahí no hay lámparas ni elefantes. Sólo tú.
       ¿Yo?
       Si – pronuncié más confundida que nunca, sin darme cuenta que le estaba diciendo lo que sentía – Tú y tu castillo – me tapé la cara con ambas manos.

Me quitó mis manos de mi rostro con delicadeza.

       Diré un te amo más simple la próxima vez ¿Qué dices? Tú deberías hacer lo mismo.
       Yo nunca dije que te…
       No – me interrumpió – Sé que no lo dijiste – y calló, quizá para no complicarlo todo de nuevo.

Me quedé en silencio por unos segundos. Me vi a mí, lo vi a él y recorrí con la vista a toda la habitación.

       Somos raros – concluí.
       ¿Y qué es normal en tu mundo? – me besó en los labios lo más ligero y rápido posible - ¿Eso? – esperó mi respuesta con ojos curiosos e inocentes.
       Eso… creo – respondí lentamente.
       ¿Y eso es lo que quieres? – habló rápido - ¿Ésas cosas de normales?
       No… no lo sé ¿Qué hacen en tu mundo?

Sonrió.

       Mi mundo es éste. Hacemos lo mismo.
       ¿La tierra?
       No, tú.
       ¿Yo soy un mundo?
       El mío.

Bajé la cabeza, me sentía mal por no ser capaz de decirle que yo lo quería también.
Y él… que lo había dicho tantas veces, de mil formas distintas, todas dulces y con su toque de confusión tan particular.
Una vez le dije que era una estrella, pero no precisamente le aclaré que era parte de mi galaxia. No sólo parte, si no que era el dueño de ella. Y por lo tanto de mí.
Ojalá leyeras mentes para que lo sepas sin yo tener que decírtelo. Todo sería más fácil.

       Si vale la pena, no será fácil.
       ¿Por qué dijiste eso? – lo interrogué, asustada y lo más seria que me pude contener.
       Por nada – mintió – Me gusta decir frases al azar. A veces ayudan – me guiñó el ojo.

***

–       Que bueno que recordaste el nombre de la medicina – dijo Justin cargando una bolsa pequeña con una mano y cubriéndose los ojos del sol con la otra.
–       Desde pequeña que mi familia y yo nos enfermábamos mucho y muy seguido. Teníamos tantos remedios que mi casa parecía una farmacia en pinta – dijo Angie recordando a los antiguos cajones, lleno de cápsulas y jarabes – Por eso no tengo autoridad cuando le digo a Michael que deje de tomar ésas estúpidas pastillas. Puede terminar una discusión con un simpe “Mira quien habla”
–       Pero…
–       Pero tengo algo para ti – acto seguido le tendió una pequeña caja.
–       No más caramelos anti-tabaco. No sirven, saben feo – dijo, enumerando sus razones – no es agradable comerlos, me molestan, no me dejan dormir.
–       Justin ¿Por qué fumas? ¡No pareces tener problemas! Siempre sonríes.
–       ¿Nunca has pensado que sonrío por que me olvido de mis problemas? ¿…Fumando?
–       Hay mejores formas de tratar con situaciones difíciles.
–       Tú no tienes idea de lo que me pasa – dijo, dejando de caminar y enfatizando el drama desde sus ojos celestes – Michael tendrá sus dolores de cabeza ¿Pero que hay de mí? ¿Sabes de algo?
–       No. Por que nunca me lo cuentas
–       ¡Exacto! – levantó los brazos – No lo cuento. Me lo guardo. Les ahorro preocupaciones a ustedes, tragándomelas yo, detrás de una nube de humo.

Se apartó de ella, acelerando el paso, dejando tiempo así para ocultar su rostro de cualquier muestra de tristeza.
Justin no estaba hecho para llorar.
Angie concluyó el camino al auto mucho antes que él y lo esperó adentro.

–       ¿Tienes las llaves? – preguntó Justin.
–       Si – respondió Angie, tomando el rol de la esposa en una pelea que parecía de matrimonio.
–       ¿Me la das?
–       No.

Justin buscó en su mente dónde las tenía, pero el hecho de saberlo no bastaba para conseguirlas. Angie las guardaba en su puño cerrado esperando a que se iniciara la solución de un problema que le ha surgido a su compañero de clases.
¿Él cree, acaso, que no le importa a nadie? Su tarea se basaba en los demás y no en uno mismo. Justin creía que él no era lo suficientemente original como para ser alguien. Y al no ser alguien, no se merecía ser un motivo de preocupación para nadie. Ni siquiera para su madre.

–       Ella nunca me preguntó qué pensaría si se casara con el padre de Michael. Sólo lo hizo ¡Y está en su derecho! ¿Qué puedo opinar yo? ¿Qué puedo cambiar yo? ¿Quién soy yo para influir en su nueva vida?
–       ¿Y quién eres para no hacerlo? – Angie buscó la solución en sus propias palabras.

Justin guardó silencio, dejando caer las manos del volante y relajando su espalda en el asiento.

–       Yo sólo soy Justin.
–       Justin, el hijo de tu madre y de tu padre. Eres alguien.
–       Mi padre es un… - se tragó sus palabras y volvió a poner las manos en el volante – Dame las llaves.
–       Tu padre es quién.
–       ¡Que me des las llaves! – Justin gritó fuerte, con ése tono de autoridad que nunca había tenido. Era la primera vez que se lo veía tan furioso.

Angie le soltó las llaves, con los ojos terriblemente húmedos virando su atención hacia la ventana. Comenzaron a oírse sus sollozos entre el silencio sepulcral que se creó en el transcurso del viaje a la casa.
Hubo tres semáforos en verde y cuando enfrentaron a uno en rojo, Justin se hizo hacia atrás y respiro profundamente. Su mano se sintió en el hombro de ella pero no logró hacerla voltear.

–       Oye, lo siento. Yo no pretendía nada contigo…
–       ¿De que hablas? – Angie se alarmó ante el comentario.
–       Pues… En tu mente estabas diciendo…
–       No vuelvas a leerme la mente ¿Me oíste? – Angie abrió la puerta del auto.
–       No te bajes – Justin la cerró.
–       Déjame ir.

Justin formó toda una línea de tránsito detrás de su auto. Angie no dejaba ver sus ojos detrás de sus ray-ban negros. El sol hacía su cabello mucho más claro y sus manos temblorosas delataban su nerviosismo.
Justin procedió a quitarle los anteojos.
Y en el momento en que se miraron - ambos ojos de brillantes colores -surgió el nuevo individuo destinado a estar en tierra que tardaría unos años en llegar, pero que comenzaba a escribirse. Y alguien estaba dispuesto a saber de su existencia con anticipación inmediata…

***

–       ¡¿Qué es esto?! – exclamó Michael separándose de mí y tomándose la cabeza con las manos.

Se pegó la espalda a la pared y miraba a sus dos muñecas de forma histérica. No supe qué era lo que le ocurría al principio, pero cuando me acerqué a él podía leer un tipo de explicación en su forma nerviosa de virar a sus manos de la manera en que lo hacía.
El destino me está golpeando, le entendí.

–       Siento que mis venas van a explotar – dijo cerrando todos sus dedos.
–       ¿Por qué las venas?
–       Como si la sangre se hubiera vuelto ácida… ¿Oye, cómo metiste ése árbol aquí dentro? – dijo, torciendo los ojos.
–       … ¿De qué árbol me hablas? Aquí no hay nada.
–       ¡¿Quién murió?! – dijo levantándose, nervioso - ¡¿De quién es esa lápida?!
–       ¡¿Cuál lápida?! – traté de que se quedara quieto – Michael ¿De que rayos hablas? Aquí no hay nada de eso.
–       ¿Y ése cuchillo? – hizo ademán de levantar algo del piso, pero no había recogido nada – Esta sangre no es mía. No es de ésta generación ¿De quién es? – me preguntó, curioso.
–       No… no lo sé – no supe responder – Michael, no tienes nada en ésa mano.
–       Que cementerio más tranquilo – comenzó a caminar alrededor de la cama en dónde yo estaba y tocaba la madera de roble del ropero – Que lápidas tan lisas. Debieron pasar mucho tiempo dándoles ésa forma ¿No crees?

Oí pasos escaleras arriba y vi a Justin atravesando el pasillo de junto. Lo llamé de un grito y apareció en la habitación con Angie detrás de él. Le dije en un tono bastante bajo que Michael se había vuelto loco de un segundo para el otro, que creía que la habitación era una especie de cementerio y que veía cosas que no estaban.
“Sueña despierto” concluyó Justin sin muchas pruebas “Es una especie de sonambulismo al extremo, quizá a mi también me pasa cuando estoy dormido”

–       Ojalá Dylan estuviera aquí.

Todos miraron a Angie, la dueña de aquél comentario, con un aire agrio de enojo seco. Incluso Michael, quién estaba en dos mundos a la vez y veía lápidas por detrás de nosotros.
Dylan seguro sabría como manejar ésta situación, pero aunque estuviera aquí se negaría a hacer cualquier acto de caridad a menos que sea por medio del negocio y esperando algo a cambio.
Justin interactuaba con Michael y él le respondía, pero con hechos que encontraba dentro de su sueño. La manera más inteligente de usar ésta ventaja, era preguntarle las cosas que veía. Aquél sueño me parecía familiar. Mi sueño del cementerio compartía características con el suyo. Sólo le quedaban pequeños detalles por mencionar para creer que soñamos lo mismo.
Pero si Michael sueña el futuro, nunca cosas fantasiosas como nosotros ¿Cómo puede ser posible que soñara lo mismo que yo, más allá de otras raras similitudes? Pues algo demás existía esta vez. Se estaba comportando de manera distinta y muy rara.

–       Oye Michael – le dije, tratando de ganarme puntos para afirmar mi teoría - ¿De qué color es tu abrigo?
–       ¿Éste? – dijo, entusiasmado y mostrándome el abrigo azul que tenía puesto – Anaranjado.
–       Está más drogado de lo que creí – dijo Justin.
–       No es eso – le dije – Sé lo que está soñando. Pero él seguro lo interpretará mejor y sacará una predicción futurística de todo esto.
–       ¿Sobre nuestro futuro?
–       No tengo idea Angie. Él siempre dice que las visiones que tiene son de personas con las que tiene relación. No va a soñar el mañana del chico de la esquina a quien no conoce.
–       ¿Y cómo sabes lo que está soñando?
–       Por que yo tuve el mismo sueño. Ése cementerio frio, el cuchillo con sangre azul, el asesino con abrigo anaranja… - me colgelé.

Oh por dios, el asesino si era Michael.

–       ¿Y? – agregó Justin - ¿Qué mas?
–       Y luego aparecían unos niños. Pero sólo los vi de muy lejos.

Michael seguía con la mano vacía y entrecerrada, como sosteniendo el cuchillo aún.

–       ¿Qué vas a hacer con eso Michael? – le pregunté.
–       Esto no es mío – me respondió sin mirarme, con los ojos al frente.
–       ¿De quién entonces? ¿De quién es ésa sangre?
–       De los niños – dijo.

Justin y Angie me miraron sorprendidos. Era cierto que Michael también veía a ése par de niños. Me sentía como una bruja hechizada que tenía tantos poderes como lo tenían los chicos. Seguidamente traté de aclarar más cosas haciéndole preguntas a Michael mientras estuviera en ése estado… en su estado alfa – fue la palabra que me llegó a la mente.


–       ¿Los niños están heridos? – le pregunté.
–       Tienen lo mismo que yo – me miró.
–       ¿Lo mismo que tú?
–       Si, lo mismo que yo… y él – señaló a Justin y se recostó en la cama cerrando sus ojos.
–       Será mejor dejarlo dormir – Angie nos incitó a que saliéramos de ahí.

Justin apagó la luz y Angie cubrío a Michael con dos mantas gruesas. Justin se acercó y le quitó una.
“Se va a cocinar del calor” le explicó a Angie “Tú no conoces la temperatura de un cuerpo como el nuestro”
Salimos de la habitación cerrando la puerta detrás de nosotros y el sol ya estaba cercano al horizonte. Las montañas dibujaban un divertido camino zigzagueado con sus sombras en el suelo.  Y el color oscuro del cielo hacía aparición próxima, trayendo consigo un gran manto de frío polar.
Luego de un tour pequeño por la casa, Justin nos dejó frente a dos tazas de chocolate caliente y charlando de temas que-quizá-no-le-interesen; y volvió a la habitación para asegurarse de que Michael seguía con vida.
Michael estaba sentado frente a la ventana, observando el cielo nocturno y tarareando melodías en su mente.


–       De estrellas hay muchas – dijo, adivinando que era Justin quién estaba detrás de él - ¿Crees que haya una cantidad así de personas como nosotros?
–       Quizá no ahora, pero las habrá. Según tú – dijo leyendo su mente, leyendo los recuerdos del sueño que Michael había tenido mientras dormía - ¿Quién es? – preguntó, anticipándose a los hechos.
–       Te lo diré luego ¿Trajiste lo que te pedí?
–       Está en la bolsa de la farmacia – la señaló con los ojos y Michael la alcanzó de un manotazo.
–       Genial – dijo viendo los elementos – terminemos con esto.

Justin sacó de la bolsa una jeringa y una aguja. Las unió del modo correcto, y se calzó un guante descartable en la mano derecha. Luego de ponérselo, notó que había asumido el cargo de enfermero y prosiguió a consultar con Michael su siguiente movimiento.

–       ¿Tú a mí o yo a ti? – dijo.
–       Tú a mí – respondió Michael subiendo la manga de su camisa hasta dejar su antebrazo descubierto y mirando hacia arriba.
–       Pero no sé manejar agujas. Sin mis anteojos no veo tus venas.
–       ¿Dónde los dejaste?
–       En la cocina, pero las chicas están allí. Si vuelvo van a sospechar.
–       Ahí hay una vena. Hazlo rápido.

Justin introdujo la aguja en el brazo de Michael y extrajo sangre hasta llenar la jeringa. La sacó de forma brusca por temor a hacer algo mal.

–       No seas bestia, hombre. Casi me sacas el brazo.

Introdujeron la muestra a un tubo de ensayo y le pusieron un tapón encima. Justin observó el tubo a la luz.


–       Increíble.
–       Ahora tenemos que analizarlo – agregó Michael – Podemos usar el laboratorio de la escuela.
–       Pero no sabemos nada sobre análisis. Es mejor llevarlo a un bioquímico.
–       ¿Cómo le explicarás a un bioquímico que eso es sangre? – negó con la cabeza – Hay que hacerlo nosotros mismos.
–       Alguien cercano que sepa mucho sobre el tema ¿Conoces a alguien?
–       Alguien de la escuela… ¿Quién tiene las mejores notas en química?
–       Dylan – afirmó Justin.

Michael apretó los dientes.

–       Alguien, aparte de él.
–       Creo que Isaac ganó el decatlón del año pasado.
–       Excelente. Cuando termine navidad y volvamos a clase, lo raptaremos para que nos ayude. No tenemos que por qué decirle que eso es…
–       Te olvidas de algo – Justin lo interrumpió – No volveremos a Oxford nunca más.

Michael miró hacia el techo y pasó sus manos por su cara.

–       Se me ocurrirá algo – concluyó.
–       Volviendo a tu sueño… ¿Quién era?
–       Se llama Ethan, es enérgico, inquieto e inteligente. Ah, y tiene tu cara – Michael caminó fuera de la habitación, dejando a Justin tratando de digerir su destino.


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Hola gente <3 
Siempre pido que comenten, pero lo justo sería agradecer a todas las personas que ya lo hacen.
GRACIAS, muchas gracias.
Si quieren leer más, comencé con otra historia que quizá les interese. Pueden entrar haciendo click aquí.
Y en cuanto a que hoy es miércoles... yo pretendía subir capítulo todos los fines de semana *Si, acá viene la parte en la que nos reímos todos*
No se ha podido lograr, pero les aseguro que mientras más comentarios, más rápida es la subida e_e

Aquí, en éste capítulo hay un nombre nuevo. Una clave. Guárdenla en su memoria por que seguramente lo verán luego.
Si Michael lo soñó es por que va a pasar en fin D8


Bai ^^

9 comentarios:

  1. O.O waaaaaaaaaaaaaaaaaaa, estuvo genial, super me has dejado ''Speechless'' xDD
    Que ganas tenia de que subieras cap.
    Estuvo del diez, eres una gran escritora ^-^
    Siguela cuanto antes plisss esta genial me encanta ;DD
    Besitos (^3^)

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  2. Whooo!! Whoooo!!!! *-----* no se que decir! Ahhhh genial, hermoso, maravilloso y sobretodo Magico ♥.♥ cada palabra, cada oracion es perfecta! Escribes con un sentimiento tan lindo! *-* Me encanta! Me encanta! Graciaaaaaaaas!! Todavia no termino de entender el sueño de Annie y Michael .__. Me confunde eso D8 >< bueeh ya lo entendere! :DDD eres genial! Bye cuidate! Comenteen para que lo suba rapido! xD oknk :P

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  3. El problema aquí no es que tardes, es que vale la pena y me siento como una masoquista (?) NOMAMESKATIA D8 das dos impactos de una sola vez, beibi, me quieres matar de un infarto, ESTOY INFARTADA D8 *mucho doctor House xD* en fin, ¿qué podría decirte? ¡Esta es una paradoja exquisita! ¡Dan ganas de leer más y más!, esa escena de Justin... ver(leer) histérico a Michael es algo ya 'natural', pero el Justin ese comienza a darme miedo, temo por Angie, pobrecilla, menos mal que a Annie no le tocó Justin, por que creo que si enloquece xD

    Por otra parte, ese sueño "despierto" de Michael me lo imaginé de tal manera, que si pudiese dibujar un Story Board, ¡Lo hiciese de inmediato! ¡Ya hasta creo que podré hacer una serie sobre esto en un futuro! es que, me encanta mucho*-* (?) *pleonasmos, pleonasmos everywherexD*

    Adoro Believe, me gusta mucho, cada vez es tan emocionante, ¿sabes?, no importa una mierda que casi no comenten, ¿por qué? por que esto es una paradoja que se va tejiendo poco a poco y que muchos no van a comprender, simple y llanamente por que es para mentes abiertas y preparadas <3

    Felicidades, y no te tardes tanto <3

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  4. ZVCZBXHKJLCBSASZXJSS DIOS! Matenme! okno, noo, pero es que woouw! cuando Michael tuvo ese.. "ataque" de todo eso fue como. ¡WTF?! ... Y bueno, que te puedo decir? Esta genial! Todo el capitulo estuvo asi bien quien sabe como.Por que Michael... Justin... la sangre el cuchillo y los niños ¡woow! Espero leerte pronto yey! Tengo ganas de màs<3

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  5. No sé pero si Michael me dijera "Te amo" y luego "no te amo" y después "Creo que te amo" lo más seguro es que lo mando a la mierrr... Que aguante el de la Anna.
    Annie, eso.
    Despues tenemos a Justin a otro que también lo mandamos junto con Michael.
    Y... Michael soñando despierto fue taaaan genial
    jajajaja Ethan, como le pones ese nombre? xD solo escucho "Ethan" y me viene a la mente alguien de lo mas idiota xD
    En fin, Jacklitz tiene razón, si no comentan o no la leen ellos se lo pierden (?)
    sube cap, me gusto (que milagro) el cap :D

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  6. aaaaaaaah... a won no worry ma laif awey (8) xD ok, ya e.e

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  7. Nueva lectora! Ya me conoces, pero tu nove no ._.
    Desde el primer capitulo sabía que no hibas a decepcionar y así a sido. No voy a poderte dar un comentario muy extenso porque la verdad es que me has dejado sin palabras xD
    La nove me gusta, es original y he leido rápido! Es interesante :F
    Michael tan dulce y desconfiado como siempre xD
    Espero próximo capitulo (ya se que no soy la mejor para hablar. Pero lo quiero xD)
    Besoos ♥

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  8. WAAAAAAAAAAA! MUERO! x_x Porque Michael tuvo ese ataque?
    Sueña despierto!? Wow!
    Pues ya es hora de que Justin se le declare a Angie no? ¬¬
    estoy esperando mucho (xD')

    Tu novela esta Genial! Adoro Believe , un secreto: Soy Adicta a ella♥ :D
    Eres una Gran escritora cuando hagas tu propio libro , me avisas para comprarlo de inmediato! (broma) naah....enserio AMO TU NOVELA!
    Es como estar en ella y ver los sucesos en frente de ellos (xdd')

    -Por favor Siguela Pronto esta Genial! (estoy utilizando mucho genial no?) espero con ansias el proximo capitulo.

    Besos,Bye♥ ^^'

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  9. Entonces según tu, tengo que comprimir los sentimientos que he estado experimentando a lo largo de 28 capítulos y los escriba en un comentario.. okay. Esto sera difícil, puej xd debí haber comentado cada capitulo conforme lo terminara de leer pero no se me ocurrió y casi toda la novela la leí en el celular xdd

    ¡PERO ESO NO IMPORTA, CARAJO!

    Lo que importa es que esta novela es tan ajsgafshasg tiene todo lo que una buena novela tiene que tener, drama, amor, sangre azul, un Michael, un Michael confundido, un Michael que confunde, es bello todo esto.

    Además, la manera en la que esta narrado todo es como que concuerda con toda la historia de magia y uuuuh (?)

    Maldita sea, en serio no se porque no la lei antes ahsgah pero ya.

    Ahora tienes que publicar :3 porque ya tienes otra persona que te molestara para que lo hagas :3 yo :3

    xo

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