Capítulo 12: El español experto interpretador de sueños sobre asesinos.

Experto

Me adentré a la biblioteca olvidando que la habíamos dejado hecha un desastre y me encontré con Elle, la señora de la limpieza, la que es eternamente simpática con nosotros cinco. Había dejado la biblioteca reluciente y oliendo a sahumerios.

–       Hola cariño. Un amigo tuyo está por allá – dijo, juntando sus cosas para retirarse.

Le agradecí y caminé hasta el fondo de la biblioteca, para encontrarme con quien debía, a la hora acordada anteriormente.

Y ahí fue dónde lo vi. Con la cara sobre la mesa.

–       ¿Justin?  ¿Qué te ocurre?

–       Estoy confundido. No sé bien que es lo que me pasa.

Me busqué un asiento en su misma mesa. Pensé que se trataría de un tema… por decirlo “Fácil”, que tuviera algo que ver con Angie y su quizás enamoramiento.

–       Oye, no se vale. ¿Quién te dijo que me gustaba Angie? - dijo

Quedé fría.

–       ¿Por qué lo  piensas? – me preguntó él, insistente.

–       ¿Cómo… cómo sabes lo que pienso?

–       A eso voy, leo mentes.

Bien. Ya está, listo. Llévenme a un manicomio ahora.

–       Pero ¿Cómo?

–       Soy tan deforme como Michael. Me pegó algo con eso de sus poderes. Le leo la mente a todos, a cada momento.

–       ¿Y que tiene que ver él en todo esto?

–       ¿Michael? Ah, si. Sólo puedo leer mentes mientras él esté dormido

–       ¡Ustedes dos están confundiéndome tanto! – llevé las manos a mi cabeza

–       No viene al caso. No le puedo decir a Angie por que no me creerá. Además… ¿Imaginas lo molesto que será tener una cita con un chico que te lee la mente a cada momento?

–       Pues, no se lo digas. Cuando ella piense que quiere ir a tal lugar, la llevas a ése tal lugar y estará feliz y pensará que la entiendes. Aunque eso de cierta forma sería engañar pero… Oh, aguarda. ¿Te gusta Angie? – dije, finalmente.

–       ¡No viene al caso Annie!

Me dejó mucho que pensar aquella tarde. ¿Por qué ambos son tan raros? Por qué me toca enterarme de éstas cosas yo primero. ¿Seré yo la más crédula? Pues habrá que demostrar lo contrario. O eso creo.

Si mi amigo, el rubio, lee las mentes de las personas sólo cuando Michael está dormido, están en una especie de conexión. Una vez se los dije, pero sólo se rieron. Es decir, a ellos también les cuesta creer en todo esto, pero no tienen otra opción. Es como un nuevo trastorno adolecente que deberían implementar en los libros sobre la pubertad. ¿Se imaginan? “En caso de que su hijo/a comience a soñar el futuro, usted tiene que…” Bien, no. No es normal.

Sería necesario estudiar detalladamente a Justin para entender qué le pasa. Pero al parecer, también a Michael (quién fue, algo así como el “Causante” de todo esto, al parecer). No puedo decir describir su antigua forma de ser en un papel sea tarea fácil, pero por lo menos conozco un buen de cosas sobre él.

Nombre completo (Cómo me costó averiguarlo, si no fuera por Angie): Michael Dorian Hilton.

Edad (Fácil): Dieciséis

Cumpleaños: Ni idea. El día en que nació, supongo. Angie dice que es de Virgo.

Personalidad: Cambiante. No sé si bipolar, pero cambiante. Tiene como dos formas de ser, sin ser de Géminis (Está bien, dejaré al zodíaco un poco de lado)

Descripción física: No me gustaría describirlo tal cual es, me gusta que se lo imaginen, ojos grandes, y marrones. Tiene rizos, es moreno, su cabello es negro, es más alto que Angie y… simplemente: guapo.

Sus padres: (Esto me lo contó él mismo) Kimberly Singh y Christopher Hilton.

Su hermanita adoptada: (Nombre real) Birgit Johnson (Nombre adoptado) Susan “Susie” Hilton.

Y ahora que menciono a Susie, será la hora de proseguir un poco con la vida de la niñita. Su hermano ya parecía haber aceptado que nunca volvería a ver a su abuela, y que debería seguir con su vida, pero claro: haciéndose cargo de Susie, tanto como si fuera su propia hija.

–       Vuelvo más tarde – dijo una vez – Voy a ver que onda con mi casa.

Lo dijo cuando estaba conmigo. Estaba lloviendo torrencialmente como para caminar por las calles, y si lo dije, como si hiciera falta.

–       No importa – dijo – Elle me prestó su auto

–       ¿Sabes conducir? – pregunté.

–       ¡Vaya! – rió – Me extraña Annie ¡Me extraña! Por supuesto que si… ¿No me harías un favor?

–       ¿Qué cosa?

–       ¿Vienes con nosotros? Tengo que llevar a Susie y no quiero que se encuentre con algo que no quiero que vea. Angie está enojada conmigo y Justin está ocupado. Además se apegó mucho a ti.

No mentía, Angie ya no hablaba mucho con nosotros, entonces Susie comenzó a disfrutar de mi compañía y nos llevábamos genial. Es una niña muy dulce y no me molestaría en absoluto cuidarla por unos momentos. Asique acepté.

De pronto estábamos ella y yo dentro del auto, esperando a que llegara Michael; y cuando llegó, Susie comenzó a bromear con él.

–       Hasta que al fin llegas – jugaba – Eres peor que las mujeres

–       Ash, no puede ser… – él volteó a verla – Guapa, ponte el cinturón y cállate ¿Si?

–       ¡Mike! Estoy bromeando – rió – Sabes que te quiero

–       Que dulce – reí yo

–       También te quiero, pero ponte el cinturón. Y tú también Annie; no quiero que me levanten una multa por su culpa – reía mientras acomodaba el espejo retrovisor.

–       Hagamos lo que hace el sargento – me dijo Susie, divertida

<< Su exceso de buen humor no es normal – pensé – algo sucede >>

–       ¿Qué te ganaste que de repente estás tan feliz? – pregunté

–       Luego te digo

Proseguimos el camino a su casa, el trayecto era largo y estrecho.

–       ¡Mike! Tengo sueño

–       Te dije que te durmieras temprano y no me hiciste caso

Fuimos a la gasolinera y nos dijeron que no había gasolina (Si, qué ironía)

–       Pero un  tanque viene en camino – nos dijo el empleado – si no les molesta esperar.

–       Está bien, esperaremos unos minutos.

Michael estacionó el auto en la orilla del asfalto, dónde había unos árboles. Eran como las siete de la mañana y ya estaba de día, pero algo oscuro por las nubes de lluvia. El motor se detuvo y reinó el silencio. Susie usó todo el asiento de atrás para recostarse y quedarse dormida un tiempo después, mirando las gotas que caían en las ventanas del automóvil.

–       ¿Te pasa algo? – me dijo Michael – A ti siempre te pasa algo.

–       Nada, tengo sueño yo también. Creo.

Se recostó sobre el respaldo de su asiento y me observó por sobre los rizos que le caían en la cara.

–       Siento que te conozco desde antes

–       ¿Encerio?

–       Si, siempre me pasa con la gente que… ya sabes, va a estar muy presente en mi vida.

–       ¿A qué te refieres?

–       Sucede también con las canciones – dijo – Cuando oyes una canción y te parece haberla oído antes, y luego se convierte en éxito mundial ¿No te pasa lo mismo?

No supe qué contestar.

–       Bueno… - prosiguió – es así con las personas. Si creo haberlas visto antes, van a tener una especie de “éxito” en mi vida – dijo, haciendo las comillas con los dedos

–       ¿Y qué es para ti el éxito con otra persona? Como yo contigo, según tú.

–       No sé. Solo quiero que dure para siempre

–       ¿Cómo algo que no existe puede durar para siempre?

–       ¿Te refieres a ése “éxito”? Si existe, sólo que aún no ha actuado… bien.

–       ¿Y puedes hacer que dure para siempre?

–       No sólo puedo, debo hacerlo. Si estás de acuerdo

La verdad no sé por que me estaba consultando.

–       ¿No que nada dura para siempre?

–       Todos tenemos un límite para el “Siempre” y es cuando morimos ¿No? – Dijo y me miró, asentí con la cabeza – Bueno, cuando yo muera, terminará mi “Siempre”. Y lo voy a hacer durar hasta mi siempre y hasta el tuyo

–       ¿Y Cómo vas a hacerlo durar hasta mi “Siempre” si, por ejemplo, mueres antes que yo? ¿O acaso dices que voy a morir antes que tú?

–       Yo no dije eso

–       ¿Entonces?

–       Si se termina tu siempre, se termina el mío

–       ¿Entonces vamos a morir al mismo tiempo?

–       Si tu mueres, yo también me muero ¿Entiendes? Es así

Me quedé callada.

–       Vale, losiento – dijo – No es la mejor forma de decir que te… aprecio.

–       Asique… ¿Ta caigo bien? – dije, obviamente haciéndome la idiota

–       Si Annie, eso – dijo y volteó su vista al parabrisas como diciendo Eres un caso perdido Annie, no me entiendes.

<< Si te entiendo Michael – anoté en mi cuaderno – Sólo tengo miedo a malinterpretarte >>

Él nunca llegó a leer eso.

–       ¿Tiene algo que ver con… eso? – le dije

–       ¿A qué?

–       A lo de tu… poder mental. Por así decirlo

–       ¿Lo de mi siempre, tu siempre, nuestro siempre? Algo ¿Por qué?

–       Si te hace sentir mejor… me gustaría saber que se siente soñar el futuro.

–       No, no quieres – afirmó

Mi expresión, mirada y ojos develaban lo que estaba queriendo decirle. No hallaba motivo por el cual a él no le agrade soñar el futuro… además de conocer  la fecha de la muerte de tu mejor amiga; pero tampoco puedo asegurar si hablaba enserio o sólo fue una lanzada de furia en sus momentos de angustia.

Contestó a mi <<Por-qué-estás-tan-seguro>> con un simple:

–       Sólo lo se.

Sus palabras y las imágenes que me envolvían comenzaban a perder brillo y tinte para desvanecerse cual palabra mágica culpable de un hechizo. De hecho, fue como uno.

Primero veía gente triste, con ropas grises y gastadas, caminando hacia una tierra con entrada de hierro, telarañas y rasgones. Aquello sólo anticipaba el principio de la macabra decoración. Se hallaban montículos de tierra, de restos de almas perdidas, de recuerdos permanentes y firmes, de flores marchitas sobre cuerpos sin vida. En efecto, era un cementerio.

Cerca de uno de los árboles, había un chico. Su presencia se notaba gracias a su particular abrigo naranja y un cuchillo cubierto de sangre en sus manos, cómo si del mismo culpable de las muertes se tratara.

<< Estar presente en una masacre es lo mismo que ser parte de ella>> me decía, sin mover sus labios, como si se tratara de un mensaje en un papel, que se escribe en su mente, y se lee en la mía.

<< Fui parte de todo esto, entonces. Sabiendo desde antes que iba a pasar>> Levantó su cabeza, pero la sombra me impedía ver su rostro. Me empujó hacia  la salida. <<No seas parte de esto tu también>> Repetía, insistente. Sacándome del museo de los finados.

Volví en mí.

Estaba aún en el auto, pero ahora presenciaba un escenario diferente, que por descripciones previas pude deducir que era la casa de Michael. Susie estaba sentada en el asiento del conductor, mirando por el parabrisas, ansiosa de que algo sucediera.

–       Te he contagiado las ganas de dormir – dijo, de forma simpática.

–       ¿Dormí demasiado? – Pregunté

–       Ni tanto – dijo – Sólo todo el camino hasta aquí

No veía a Michael en ninguna parte. La niña me dijo que se encontraba dentro de la casa, y que volvería enseguida. Fue ella quien notó mi manera atolondrada de despertar y me cuestionó.

–       Tuve un sueño muy… loco – le dije

–       Ah, te acostumbrarás. Es lo que mi hermano dice.

Pasábamos unos minutos más, entretenidas, cuando se nos hizo extraño que Michael no haya salido de la casa. Sabía que mi tarea no era entrometerme, sino cuidar de Susie, pero a pesar de dudarlo, terminé bajándome del vehículo con ella detrás de mí, listas para adentrarlos en la zona.

Abrimos la puerta.

Observé un gran pasillo.

Lo primero que llamó mi atención fue la escalera con un diseño muy particular, que llevaba al piso de arriba. Y entre el piso y la escalera, se hallaba la mesa del teléfono, allí Michael se empeñaba en tratar de hablar con alguien y tan grande era su concentración que apenas nos notó. Colgó tres segundos después.

–       Mi abuela no está muerta – dijo, sin saber que Susie estaba detrás de mi

–       Eso es genial ¿Pero por qué sigues triste?

–       No estoy triste… sólo que… - suspiró – las cosas van a seguir iguales: Complicadas

–       ¿A que te refieres? – dijo Susie, saliendo tras mi sombra

–       Mira Susie… Los tipos que se la llevaron pertenecen a una asociación de la salud. La abuela los había llamado. Tenía… más bien, tiene problemas del corazón ¡Y nunca me lo dijo! ¡¿Por qué nunca me lo dijo?! – ahora me miraba a mí

–       Ya ya… ¿Qué más ocurrió?

–       Bueno – prosiguió – Está en España, en un hospital especial en la extraña enfermedad que tiene. Y no está en condiciones de viajar, y jamás va a regresar. Así que me ordenó que nos vayamos a vivir allá. Ahora

–       Pero... – protestó Susie - ¡No voy a volver a ver a mis amigos!

–       Hermana, yo estoy tan enojado como tú por eso. No puedo creer que te haya dejado sola aquí ¡No puedo creer que nunca me haya dicho nada!

–       No quería preocuparlos… eso pasaba – les dije al tiempo que ellos hicieron silencio.

–       Quizá. Pero dijo que actuemos responsablemente… asique…

–       ¡No me quiero ir Michael! ¡No quiero!

–       Hablaremos de esto luego. Larguémonos de aquí

Comenzamos a caminar hasta el auto, cuando noté su particular abrigo naranja.

–       ¿Has traído ése abrigo todo el día? – le pregunté, perpleja.

–       Si… ¿No recuerdas?

Al llegar a la escuela, Angie se paró frente a nosotros, muy decidida y furiosa. Obstruyéndonos el paso, frente a la entrada principal.

–       ¿Qué es eso de que te vas a España? – dijo, directamente

–       ¡¿Qué?! Pero cómo… Angie ¡Acabo de enterarme! ¿Cómo es posible que tú…?

Angie sacó su teléfono.

–       Tu abuela me llamó esta mañana. Preguntando dónde estabas, y me lo dijo todo.

–       … ¡¿Sabías cosas de mi abuela desde la mañana y no me dijiste nada?! – se enfureció él.

–       ¡No estuviste aquí en toda la mañana! Te fuiste con Annie a… no se dónde

Tenía razón en algo, todos ubicaban nuestro paradero en la mañana con un simple no se dónde.

Yo tenía una extraña sensación debido a mi último sueño, el del cementerio ¿Aquel supuesto asesino que había visto se trataba del mismísimo Michael? ¿Mi sueño querrá decirme algo? Michael no ha matado a nadie… ¿o si?

Debía recurrir a un experto interpretador de sueños, por suerte tenía una lista sobre las personas que podrían saber algo sobre éste tipo de extrañezas.

Comenzaba la búsqueda de la respuesta que necesitaba para aquél interrogante.

Éstas son las personas que quizá sepan algo de cómo interpretar un sueño.

La primera… sería mi mamá. Pero ya no puedo preguntarle nada.

(Perdonen las lágrimas en el papel)

La segunda persona sería Justin, tiene la envidiable capacidad de entender los libros más difíciles, de interpretar pinturas de forma creativa y de descifrar los acertijos más idiotas jamás conocidos por el hombre.

Lo consideraré.

La tercera persona que anoté fue Elle. Es media bruja. Dicen que los que nacen el 29 de febrero son brujos. Ella nació el 24, y lo es de todos modos. Eso si que es personalidad.

Sin siquiera prestarle atención a la cuarta persona en mi lista, me dirigí con la señora que limpia a preguntarte si podría ayudarme con mi necesidad de encontrar a una experta interpretadora de sueños. Me dijo:

–       La mejor interpretadora de sueños eres tú misma, cariño.

Elle, te quiero mucho, pero me estás siendo más inútil que aprender a leer chino.

–       Si quieres puedo decirte que significan algunas pistas clave, pero la conclusión final necesita de tus pensamientos ocultos y de tu propia experiencia de vida.

Aceptó. Me pidió que le nombre palabras sueltas, de gran importancia en el sueño. Comencé… cementerio, tumbas, empujones, sangre, cuchillo, asesino… Por supuesto que se extrañó, pero no me cuestionó en nada.

Me anotó los significados en un papel que guardé en uno de mis bolsillos.

Lo leí por encima, casi sin entender, pero al final no le presté mucha atención.

Tenía en mi mente a la cuarta persona en mi lista, pero era la más difícil ¿Adivinan? Claro, Michael, quien en realidad fue la primera persona que anoté… si, les dije la lista al revés… en realidad fue: Michael, Elle, Justin y mi madre. Por eso recurrí a Elle antes que a Justin.

–       Justin ¿Has visto a Michael? – pregunté

–       Se fue a España ¿No te lo dijo?

–       … Espera… ¿Ya se fue? ¡Pero si pasaron dos días desde que se enteró!

–       Pues parece que hay urgencia. Me parece raro que no se haya despedido de ti.

Me quedé callada. Muy sorprendida y desilusionada.

–       Y… ¿Nunca va a volver?

–       El pasaje a España no es nada barato. Dijo que le valía más ver a su abuela ahora que en un cementerio, en el futuro.

Más cementerios…más futuros… ¿Coincidencia?

Continuará...

Genteeeeee <3 Les agradezco a las que leen y comentan y le siguen el hilo a esto.

Sigan así ;D (?

Lamento la tardanza, y la brevedad del capítulo ._. 

LOVE♥

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