Martes 2 de Abril. Materia: Historia.
Observaciones: Me aburro. Maldita escuela.
Actividad nº 1. Dictado por el profesor (¿Y por quién más sino?)
A fines del siglo XIX Alemania había construido una poderosa fuerza naval y se enfrentaba con Inglaterra… Enfrentamientos ¿eh? Entonces tienen soldados ¿Habrá habido ciegos? ¿Cómo en mi sueño? ¿Los Ingleses estarán ciegos? Eso me quieren decir… o no… ash, diablos, no entiendo nada. Rusia se enfrentaba con los imperios turco y austro-húngaro por la zona de Balcanes… A que esos desgraciados terminaban en hospitales, como el que soñé, el hospital de los gays. No es una mala idea…Italia deseaba recuperar sus territorios de la zona balcánica y asegurarse alguna que otra tierra colonial…Ay si tu, Italia desea esto y aquello ¡No es tan fácil! Yo deseo que mi abuela estuviera aquí. Ahora me hago responsable de Susie, me siento horrible… me siento adulto. Yo sabía que si seguía con esto de los sueños y dejaba de imaginar me volvería uno… Ya sabía, ¡Se los dije! ¡Se los dije!
– Joven Hilton.
– ¡Se los dije!
– ¿Quiere continuar con la lectura y bajar de las nubes? – dijo el profesor, en un tono de incitar una orden y no una sugerencia.
– No.
– ¿Han dicho que no?
– Si, he dicho que no.
– No puede decir que no.
– ¿No se puede decir que no? – se paró de su asiento - ¡¿No se puede decir que no?! Bueno, déjeme decirle que uno no elige su vida ni sus desgracias. Uno no elige que su alumno sea un idiota que no quiera seguir explorando las maravillas de la historia de la guerra mundial. Uno no elige crecer a los dieciséis años, perder a todos tus parientes y tener que vivir sólo para cuidar a tu hermana más pequeña. Uno no elige ese miedo de no saber como sobrevivir el día de mañana. ¡¿Escuchó?! ¡No le puedo decir un simple “no” a todo eso! ¡No se puede! Mi “no” es mucho más serio que una simple palabra – se dirigió a la puerta.
– No se atreva…
– ¿A qué? ¿A esto? – salió y azotó la puerta de manera violenta, quebrando el vidrio que tenía la misma.
No sé ustedes pero si te puedes concentrar en la maldita clase de historia cuando ese tipo de cosas están pasando, debes tener un gran entrenamiento de la mente, y una ignorancia terrible.
No juego, literalmente rompió la ventana de la puerta, se hizo trizas.
Y eso fue sólo el comienzo, el tema principal del resto de la semana fue el segundo terremoto en la escuela: Michael.
La mejor alternativa al vandalismo cuando eres adolecente, estás furioso y cargas con responsabilidades extras, es tener una larga charla con la futura licenciada en psicología, terapia y psicoanálisis: Angélica London.
Empezó así:
– Bien señor Hilton…
– ¡Que no me digas señor! – interrumpió Michael a culpa de su más reciente trauma: convertirse en adulto.
– Está bien. Mike, explícame las causas de tus peligrosos y dañinos desórdenes de conducta en estos últimos días
Terminó así:
– ¡Que me digas por qué rompes vidrios y golpeas a todo mundo como un animal! – Angie ya echaba humos - ¿Es tan difícil de entender?
– ¿Es tan difícil de que tú me entiendas a mí? ¿Qué clase de psicóloga eres?
– ¿Qué clase de hermano eres? Le das un mal ejemplo a tu hermanita.
Callaron. Dejaron de gritar al recordar que Susie acababa de subir y quedarse dormida en la cama de su hermano.
Está bien, no diré que nos juntamos para domar a Michael – por que Justin y yo sobraríamos y quedaríamos de mirones – estábamos terminando unas tareas, en el cuarto de los chicos.
Ahora, ¿Qué rayos hacemos en el cuarto de los chicos haciendo tarea? Será, pues, que acababa de llover y habíamos dejado las ventanas abiertas de la biblioteca a la que siempre íbamos. Si alguien entra y nos ve ahí, nos obligará a limpiar. Sé que es un poco egoísta de nuestra parte, pero creo que siempre tendremos tiempo en nuestra vida para limpiar algo.
La verdad, tampoco nadie se ha muerto por NO entrar a una biblioteca. Así que ahí estábamos. Justin daba vueltas en la silla giratoria como un idiota, Mary tenía sus auriculares puestos mientras garabateaba algunos bocetos (Dibuja muy bien, siempre le he dicho que tome clases de arte en lugar de ser porrista, pero no quiere) Angie leía un libro de historia y Michael veía como Angie leía el libro de historia. La lluvia volvía y provocaba un relajante sonido al caer las gotas en la ventana, te tentaba a dormir, a recostarte, a no hacer nada.
– Justin, ponte a escribir.
– Voy – se paró de la silla y se tambaleó una vez debido al mareo.
– Si te mareas con una silla, no me imagino que harás cuando bebas alcohol desenfrenadamente en las fiestas – dijo Michael.
Nos callamos y lo miramos, extrañados.
– … cuando seas mayor, obviamente – agregó, queriendo arreglarlo.
– Mike, deja de fumarte cosas ¿Si? – rió Angie, sin esperar que le respondiera a la broma. Pero al notar que él permanecía serio, se alarmó y volvió a insistir – Por que no fumas… ¿No? Obvio que no jaja, que cosas me imagino.
Pero seguía callando.
– Michael, te estoy hablando.
– Ah. ¿Me lo decías a mí? – dijo.
Volvimos a callar. Era todo tan falso, tan fuera de lugar. Michael actuaba y quiero creer que Angie también.
– Bueno… Mary, haz un resumen de la página ochenta y tres; Justin comienza a hacer la introducción. Annie, tú encárgate de tener la bibliografía y las imágenes ordenadas, prolijas y bien colocadas…
– ¿Y yo que hago? – dijo Michael, extrañado de no haber recibido orden alguna.
– Nada. No hagas nada – respondió.
Michael me miró a mí, con un gesto de ¿Y ahora que hice?
Oh y esperen, se pone peor.
No sé bien que se puso a hacer Mike al final de todo, pero recuerdo que estaba escribiendo, todos estábamos escribiendo. Angie lo hacía algo encorvada, de espaldas a todos y con el cabello de modo tal que no pudiéramos ver su rostro. En fin, estábamos en silencio.
¿Te ha pasado que cuando lloras, no puedes evitar hacer ruido? Sollozas de la forma más disimulada posible, la cual era una tarea complicada para Angie. Se notaba que lloraba y levanté la mirada de mi cuaderno, Justin, Michael y Mary también la estaban mirando. Nos hicimos gestos y señas de no saber que ocurría.
Ella usó su camisa del uniforme para limpiarse las lágrimas y ahí fue cuando levantó la mirada; todos nosotros automáticamente volvimos a lo que escribíamos. Mi amiga se levantó y me dijo a mí, sólo a mí, que terminaría mañana el resumen, que ahora sólo quería estar sola.
Abandonó el dormitorio después de eso.
Los cuatro volvimos a mirarnos, pero no nos dijimos nada y seguimos escribiendo. Juro que no sé cómo.
Más tarde noté que Michael y Justin hablaban en clave, se hacían señas a pesar de que estuvieran a medio metro de distancia. A Mary le molesta mucho que hagan eso y se sacó de onda.
– ¿Quieren parar? Michael no puedo creer que sigas aquí – dijo. Todos sabíamos que trataba el tema de Angie.
– ¿Qué quieres que le haga? Se fue sola.
– Es muy obvio que está mal por tu culpa.
– ¡¿Mía?! – parecía sorprendido - ¿Por qué?
Mary se paró, tomó sus libros y se retiró del cuarto, molesta.
– ¿Quieren decirme qué hice? – se seguía preguntando.
– Te dije que no es bueno, que no deberías hacerlo – le dijo Justin.
– ¿Hacer qué? – pregunté y se sorprendieron. Nunca hubieran imaginado que yo, la más callada al parecer, se entrometería de esa manera.
– ¿Por qué tienes que hablar de todo frente a todos? – protestó Michael contra Justin.
Justin se levantó y cruzó la puerta, no sin antes darme una señal. Una señal hacia la mochila de Michael que estaba sobre su cama.
Miré la mochila.
Él la miró también.
Lo observé.
Me observó...
Y ambos corrimos hasta la mochila como tratando de llegar a la meta de nuestras vidas, alcancé a agarrarla, pero él trataba de quitármela a como de lugar.
– ¿Para qué la quieres? – me preguntó.
– ¿Qué ocultas? ¿Eh?
– Yo nada.
– Entonces, suéltala.
– Suéltala tú.
Volvíamos a pelear, susurrándonos insultos, para no despertar a Susie.
Consiguió quitarme el bolso justo cuando Angie atravesó la puerta llorando y lo acorraló contra una pared.
– Michael ¿Por qué?
– ¿Por qué, qué?
– ¿Por qué te drogas?
– ¡¿Quién demonios te dijo que me drogo?!
Callamos, nuevamente. Justin entró en escena.
– Comienza a correr enano – Michael trató de soltarse, pero Angie y yo lo contuvimos.
– Se que me dijiste que no dijera nada, pero tenemos que ayudarte.
– ¡Hijo de tu…! – consiguió soltarse de nosotras y fue directo a Justin.
– ¡Michael, deja de comportarte como niño! – dijo Angie.
Se volteó y la miró, apretando los puños. No puedo describir su mirada por más que lo intente.
<< Sé lo que tienes en esa mochila, así que sólo quiero que me digas por qué lo haces – recuerdo que Angie le decía>>
Michael no hablaba, nunca lo había visto mostrar tanta resistencia en algo de aquella manera. Nada de lo que hiciéramos lo haría decir ni una sola palabra. Se dirigió a una de las sillas que había ahí y se sentó, mirando el suelo. Angie se le paraba justo enfrente y lo molestaba para que hablara.
– No te diré nada por que ya no confió en ti. Y no puedo creer que tengo que decírtelo por que no te has dado cuenta antes –contestó, finalmente.
Angie, por supuesto, quedó helada. No se lo esperaba.
– ¿No confías en mí? – se ablandó – Pero… ¿Qué te he hecho? ¿eh?
– Tengo… - levantó la cabeza para mirarla, sus ojos contenían lágrimas de rabia. Se levantó de la silla y comenzó a contraatacar – Tengo estos malditos sueños que me torturan cada vez que se cumplen. Tengo que cargar con tu futuro y el futuro de todas las malditas personas con las que sueño. Tengo que cargar con cosas que sé y ni siquiera tengo que saber…
– ¿Cosas que no tienes que saber? No entiendo – dijo, tratando de calmarlo, pero temiendo lo peor.
– ¡Cosas que no tengo que saber Angie! Lo he soñado y lo sé todo. Se hasta cuando vas a morirte. ¡He soñado y sé la fecha de tu muerte Angie! ¿Crees que es normal vivir con eso? ¡¿Eso crees?! – la intimidaba y asustaba con su mirada y sus ojos rojos de lágrimas que aún no salían – Jamás en esta maldita vida te he pedido que me ayudes con algo tan serio. Jamás te he pedido que sueñes los sueños por mí, jamás te he pedido que me digas que significan, jamás te he pedido que sufras las malditas secuelas que causa esto, por que no tienes idea… no tienes idea. Sólo te he pedido que por un momento olvides tu orgullo, tu maldita religión, sea cual sea y que me creas. Simplemente que me creas. Por que eres la única persona en la que pensé que encontraría refugio y ahora sólo estás dándome la espalda y llorando frente a mí… y lloras frente a mí ¡Angie, no tengo ganas de verte llorar! ¡Termina!
No sé quien será el culpable de todo esto, pero por la forma en que Michael hacía llorar a Angie, ya me entraban ganas de golpearlo. Y más aún en el momento que Susie se sienta en la cama de Michael y comienza a llorar, pero a los gritos. Él no la notó hasta mucho después.
– ¿Cómo crees que terminaría Angie? No puedo buscar a nadie más que me crea. ¡Por dios, hasta Justin lee las mentes ahora! ¡Él también es deforme! ¡¿Por qué es tan difícil de creer?! ¡No es nada del otro mundo! ¿Acaso quieres que me termine matando con esas pastillas?
Angie lloraba mares.
– ¡¿Eso quieres?!
– ¡Basta! – intervino Justin en defensa de Angie – No la culpes de tu decisión. Por que lo de drogarte es la solución más estúpida que se te ha podido ocurrir – y no le dio tiempo de recibir una respuesta. Caminó con Angie hasta la puerta y salieron afuera.
Susie se bajó de la litera de arriba y vino hacia mí, llorando desesperadamente y buscando consuelo en alguna parte (cómo verán, no había otro lugar dónde buscarlo). Michael aún tenía su mirada en la puerta, con lágrimas frustradas que, por orgullo, no dejaría salir. Al cabo de unos segundos nos devolvió la mirada, Susie entre lágrimas también lo observó por unos minutos y se soltó de mí para ir con él. Él la abrazó de la manera más sincera posible.
Y conociendo a la pequeña y a su gran curiosidad por todo, llenó a su hermano de todas las preguntas imaginables sobre la escena que acababa de ocurrir, estando yo ahí todavía. Supe que no contestaría nada hasta que yo me marchara, y cuando me lo propuse, él me siguió hasta la puerta y me detuvo.
– Oye Annie, lo siento – me dijo – mucho.
No sé si estaba aterrada, o bloqueada o shockeada pero no me salieron las palabras.
– No debiste ver eso. Seguro no estás de acuerdo conmigo.
– Descuida – dije y me retiré.
¡¿”Descuida”?! ¡Demonios! ¡Si me entraban ganas de matarlo! ¿Cómo fui capaz de decirle eso? Después de hacer llorar a dos chicas. Eso es una de las treinta y nueve cosas que no soporto: que un hombre haga llorar a una mujer, o en éste caso, un niño. Se comportó como niño, se quejó de todo y le hecho la culpa a Angie. Todo por que no lo entendemos, cómo si estuviéramos obligados a entenderlo.
Lo único cuerdo que dijo fue eso, que no lo entendemos. Y no sé si algún día lo haré.
– ¿Por qué le gritaste a Angie? – preguntó Susie, con inocencia - ¿Ya no son amigos?
– No, no Susie. Seguimos siendo amigos
– ¿Y las pastillas?
– ¡¿Qué pastillas?! – se aterró.
– Esas que tomas
– Yo… - se encontraba en verdaderos aprietos – es algo que tomo para sentirme bien.
– ¿Y yo también puedo tomarlas?
– No Susie. Es remedio. Es lo que te da el doctor, es un asco.
No podía creer que estaba escuchando a su hermana pequeña considerando el hecho de tomar pastillas. Era inimaginable. Se sentía terrible, peor.
– Michael ¿Dónde está la abuela?
– No… no lo sé.
– ¿Cuándo voy a entrar a la escuela? ¿Cuándo va a volver la abuela para llevarme? ¿No vamos a volver a casa?
– No sé Susie. No sé – se tomó la cabeza con las manos, volviendo a sus responsabilidades y sin camino qué seguir. Volvía a perderse y a encerrarse más.
La niña se le acercó y le dio un beso en la mejilla. Él la miró sin entender cómo alguien, después de todo aquello, aún pudiera comportarse cariñosamente o cómo alguien puede serle tan fiel a la inocencia de esa manera.
Yo iba en mi camino a mi cuarto, pero tomé el camino largo. Sabía a quién me encontraría ahí: a Angie y a todos sus problemas pasados en lágrimas, y no me sentía con ganas de ver aún más. Crucé a Justin, quién volvía caminando sólo, en el sentido contrario en el que yo caminaba, seguramente volviendo a su habitación.
– ¡Annie! Olvidaste tu abrigo en mi habitación. Acompáñame y te lo doy
– Está bien – le dije. Tenía bastantes ganas de caminar esa noche.
Entramos al cuarto y encendimos la luz. Susie estaba dormida en la cama de Michael, junto con él, y él: abrazándola. Pensé en elegir otro momento para desquitarme con Mike y con sus ataques de nervios.
– A ustedes las mujeres todo le parece “Tierno” – dijo Justin.
– ¿Ah? – dije - ¿De que hablas?
– Acabamos de gritarnos con Michael hasta hace unos minutos y ahora dices que es tierno.
– Yo no dije nada – me asusté. Creí haberlo dicho en voz alta.
– Annie, no es momento de bromas. No me trates de loco. Acabas de decirlo – me observó - ¿Verdad?
– Te digo que no ¿De dónde lo sacaste?
– ¿No lo dijiste? – parecía confundido – Lo pensaste ¿No?
– Está bien, lo pensé – me rendí - ¿Y que hay con eso?
– … demonios, ocurre de nuevo.
– ¿Qué ocurre de nuevo?
Continuará...
Les debo una disculpa. Tardé demasiado, pero aquí les dejo un nuevo capítulo :) espero den sus opiniones.
Lamento la edición de la foto. Ya no tengo más el editor que usaba antes ._.
pero esa es otra historia
L.O.V.E♥
perdon pore demorarme tanto, me habia atrasado en unos capitulos :S
ResponderEliminarEsta absolutamente genial, de verdad, es muy buena, no se que decirte, quede un poco shockeada, pero, por ahora lo que sale de mi cerebro es que esta muy muy buena, quiero leer mas @.@ :P
espero subas otro pronto :)chauu ♥♥
me encanto! :D lo amé enserio!
ResponderEliminardisculpa Kati no lo pude leer ayer :_
Bueno es cierto lo qe dice Vicky
Esta absolutamente genial!
Te quiero Besos! ♥♥♥
AJAJDSKAKALSKJAA! AAhhh! Que increible capitulo Michael y su fuerza bruta rompio una ventana OMG!
ResponderEliminarTengo que leer el siguiente, no cuesta nada esperar pero wiii muero de ansias espero ver tu etiqueta pronto bye!
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA TA KATI TE VIY DECIR ALGO QUE JAMAS DIJE D:!!!!
ResponderEliminarbueno lo dije pero- La mente humana sorprende cada dia mas.
Encerio e quedado Shokeada tu manera de escribir..es algo..que no no no puedo explicar fue SORPRENDENTE =DD!!!!
*_* LOVE IT BABY ^^..
Pobre michael :/...La verdad cuando una persona siente dolor y rabia lo unico que hace lastimar a los demas u.u..pero sin sentido..
Yo eh amado este capitulo D:!..Perdon por no comentar
pero .__. tenia tarea y problemas -.-
=D!! y yap ya pude comentar^^!!
Sigue pronto :3!!
SAAYOONARAA