Trust
Escrito por Justin Andrews
Nunca, de todas las veces que he tenido que
hacerlo, me ha costado tanto cambiar mi vida completa a cuestas de mi madre. No
desde que descubrí que soy raro. Una mancha azul de mi sangre es terriblemente
difícil de remover, el florero de mi mamá que dejé caer accidentalmente
mientras me escabullía debajo de la mesa para encontrar mis zapatos parecía
poder ver la infinidad y el parabrisas del auto aún no había sido lavado; eso
que apenas el día estaba comenzando. No podía despegar los ojos aún después de
tres lavadas consecutivas y dos tazas de café caliente – no lo bebo, me lo
hecho en la cara – mientras el aguja más larga terminaba su recorrido hasta las
doce ¡Y yo, que aún no había comenzado el mío!
El evento al que estaba a punto de concurrir
no era del todo un remedio que arreglara mi bajo humor de madrugada, y no se me
apetecía en lo absoluto. Me había costado tanto quedarme dormido que apenas
controlaba mis pies y mis ganas de caerme y quedarme tumbado en el suelo.
Aunque finalmente tuve que despertar todo de mi y sacar el traje de etiqueta al
sol.
El funeral de Michael comenzaba a las diez de
la mañana y había una gran corona de flores que Angie había encargado y que aún
debía recoger de camino a la sala de velatorio.
El día estaba negro, o mis anteojos así lo
hacían. Cuando hallé mi mano sobre la palanca de cambio; ya vestido, con gel en
el cabello y oliendo a perfume, mi licencia de conducir rodó fuera de mi
billetera, quizá debido al fuerte impulso que tuvo cuando la arrojé dentro de
la bandeja del auto, y mi apellido sobresalió de las líneas y se adhirió a mis
ojos. Lo releí y frente al espejo me vi “Hijo de madre soltera” escrito en la
frente. Cómo la extrañaba, maldita sea, era infantil, ridículo y vergonzoso.
- ¿Susie? –
contesté indignado a mi teléfono, no había sabido nada de ella en los últimos
años.
- ¿Cómo estás? –
me preguntó en un tono de susurro sinfónico, casi sufriendo, casi sabiéndolo
todo.
- Bien – me dije
más a mí mismo que a ella, al mismo tiempo que colocaba la dirección de la
tienda de arreglos florales en el GPS.
- ¿Estás con mi
hermano, Justin? No contesta a su celular- ¿Será
posible que aún no se lo hayan dicho? Le había tocado a Angie ése trabajo.
Se le daban mejor los niños de siete y ocho años más que a todos nosotros;
recientemente trabaja y hacía prácticas en escuela primaria: ahora quería ser
maestra. Seguramente hablar con Susie se la habrá pasado.
- Voy a verlo
ahora – maldición, esto no era para mí.
Faltaban un par de minutos para que se dijera
que llegué tarde. Me dije que, tardarme un poco más no marcaría una gran diferencia,
ya que de todos modos estaba retrasado. Me detuve frente a la casa de Dylan, lo
vi en su ventana.
Su madre me abrió la puerta y me recibió
cálidamente.
- ¿No vas a
asistir, verdad? – abrí la puerta de su cuarto lentamente.
- Creen que yo
lo hice, cuando ni siquiera estuve cerca de él en el campo de batalla – no
quitó la mirada melancólica de su ventana.
- ¿Y te sientes
mal por ello? Creo que ahora me dejarás en paz, a mí y a las chicas – afirmé,
esperando su respuesta aceptable de su parte.
- Pensaba que...
– dio una media vuelta en su silla para quedar frente a mí - ...Eras más
inteligente.
- ¿Por qué dices
eso, maldito demente? – mantuve mi mente en blanco, no quería dejar que él
entrara y tomara lo que quisiera de ella.
Dylan se levantó de su asiento y dejó que el
rayo de sol que entraba por la ventana le atravesara el pecho. Su cabello
estaba decaído y parecía mojado; más su expresión de cansancio con ojeras y
recelos escondidos. Parecía que lo habían metido dentro de una taza de café, lo
hubieran aplastado con una cuchara y lo hubieran sacado de nuevo. No sé, yo lo
haría.
¿Su plan era darme lástima? No. Yo estaba
seguro de quién tenía la información secreta: sólo yo. No se me ocurría que
podría hacer Dylan ahora, asique, fríamente recogí las flores de su escritorio
y me marché. Tenían una tarjeta que indicaban que su destinatario era Annie y
no un florero de granito, viejo y vacío, con agua podrida, junto a una tumba,
en el medio de la carretera; ni en cualquier lado. No hice más que dejarla
junto a las otras.
Me sentía como recién salido del campo de
batalla, otra vez. Acaba de entrar a un lugar – de cuatro paredes, peor aún que
el campo, si recordamos el hecho de que me he vuelto más claustrofóbico de lo
que solía ser – en el que sí corría peligro. Dylan podría matarme al primer
intento de acercarme a él. Un arma debajo de la silla, una bomba detrás del
ropero. Pero luego recordé que él era todo
o nada y que no abandonaría la oportunidad de maniobrar mi muerte de manera
artística y confusa si se le presentaba el momento correcto. Mi muerte no sería
tan aburrida como de un simple disparo. No. Él se encargaría de que fuera más
dramático.
Parecía que mi personalidad elegía el peor
momento para comenzar a formarse o a escribirse con tinta indeleble. Desde que
sangro tinta y tengo cuarenta y cinco grados permanentemente, todo lo que hecho
y en lo que me convertido no lo he podido cambiar.
Tenía
que llover, era obvio.
No recuerdo en qué momento levanté mis pies
del auto, pero ya estaba afuera, mojándome y maldiciendo al paraguas que Sean
me ofreció y que no quise traer. Las flores debieron de arruinarse, pero no fui
capaz de comprobarlo: mi vista estaba dirigida hasta el frente y no respondería
a ningún estímulo que viniera del lado izquierdo o del derecho. Un ritmo se
apoderó de mis pies y terminó justo frente a la puerta de entrada; le di la
espalda y miré hacia afuera, ésa era la carretera, me preguntaba a dónde
colocarían la tumba.
No entré. Me dejé caer en uno de las pequeños
elevaciones del suelo y bajé las flores hasta que tocaron las pelusas del piso.
Una pareja más entró y cerraron la puerta para que no se filtrara la lluvia y
arruinara el suelo de madera, recientemente lustrado.
Pasé mis manos por mi cara, y no estaban
frías.
Parecía que Annie había localizado mi cabello
despeinado desde dentro de la sala y me rastreó con los ojos. Quiso salir pero
Angie la detuvo. Era hora de su discurso, e hice oído sordo a sus palabras para
que no rompiera lo que quedaba de mí.
No sabía que era peor: que no tengan el
cuerpo y estén velando al aire – porque jamás encontraron su cuerpo, incluso
cuando yo los ayudé con la ubicación se borraron todos los recuerdos de mi
mente – o que la tumba sea la lápida sola, con una foto en el medio de un lugar
que ni se parece a un cementerio y que su paz no es tal con veinte camiones
atravesando la ruta a cada hora.
Él sabía que iba a morir de ésa forma ¿Por qué nunca me lo dijo? ¿Por qué no me
advirtió? O mejor aún... ¿Por qué no
me...?
No. No podía siquiera pasar ésa idea por mi
cabeza. Él no era igual a mí. Él no lo hubiera hecho, aunque así lo pareciera.
A todo esto, parece que a sólo a Dylan le atemorizan ésos cinco años de
desgracias. Le deja el puesto de gallina de manera oficial. Porque si Michael
levantó el arma de la misma forma que yo, es porque no nos importó a ninguno de
los dos dichas desgracias.
Aún sentado frente a aquellas candelas
encendidas en la entrada, dejé las flores en una esquina, ya marchitas y con
los tallos quebrados debido a mi nerviosismo y a mi ahora habitual juego con
las manos que hago cada vez que pienso en memorias retrasadas que quisiera
corregir.
La gente comenzaba a circular. Algunos, ya
montándose en sus vehículos se preparaban para ir al entierro, mientras yo
tenía que lucir como que nada para esperar a las chicas.
No he visto sonreír a Angie desde que ambos
nos fuimos, desde que ése ruido de la puerta nos infartó a todos en el medio de
la clase.
- ¿No es
gracioso cómo te mienten los programas románticos llenos de feos estereotipos?
– dijo Annie, saliendo de adentro y cruzando junto a mí.
- ¿De qué me
estás hablando ahora? – pregunté, algo confundido.
- A la chica le
gusta un chico y se le declara. Luego él dice que también la ama y ambos son
felices juntos, y luego los separa una pelea... no la maldita muerte, Justin –
comenzaron a brotarle lágrimas de sus ojos – A mí ni siquiera me gustaba. Él me
hizo quererlo de ésa forma y ahora...
- Él supo lo que
hacía hasta el último momento, recuerda que yo estuve ahí – quise consolarla,
pero mi culpa descansaba sobre mi cabeza y su peso provocaba el decaimiento de
mis pupilas.
- Dile a Dylan
que me mate a mí también – me rogó.
- No puedes
siquiera pensar en semejante cosa.
No
volvió a mirar atrás y cruzó la calle acompañando a Angie. Me senté atrás de
toda la gente.
Metí la cabeza en mi saco para que no me
vieran llorar. No puedo recordar qué fue lo que dijeron en su honor, pero
estaba seguro de que no quería saberlo. Eran mil veces más devastadoras para mí
que para cualquier mente inocente que estuviera sentada en cualquiera de las
sillas blancas a mí alrededor. Volteé a ver mi mano, con ella había sostenido
el arma. Me cruzó una lágrima por la mejilla y me golpeé ésa mano.
Las gotas no cedían. Angie estaba junto a mí,
completamente empapada; así que le entregué mi abrigo. Ella me tomó de mi brazo
libre y me obligo a pisar charcos hasta alejarnos de la multitud.
– Quizá ya
deberíamos irnos – me dijo con la poca de voz que le quedaba después de haber
llorado tanto – No quiero estar aquí por más tiempo. Regresaré mañana.
– No te hará
bien venir todos los días – dije, refiriéndome a la tumba y tomando su húmedo
rostro entre mis manos – No podría dejarte sufrir ni un poco más.
– No puedo no
venir. No puedo pensar en otra cosa. Temí que esto pasaría y no hice nada al
respecto.
– Lo
intentaste... y nadie pudo lograr nada, no es tu culpa.
– Si lo es –
cerró sus puños fuertemente, sosteniendo mi camisa y escondió su rostro para
abrazarme – Si no le hubiera hecho caso a Dylan en primer lugar...
Sean tocaba la bocina de su auto justo frente
a nosotros. Annie ya estaba con él en el asiento del copiloto y esperaba una
respuesta de mi parte.
– Las llevará
él. Yo tengo algo que hacer algo.
– Está bien –
aceptó sin chistar y me besó en la mejilla.
Me paré junto a la tumba de mi hermano y
observé como las flores decaían debido a la fuerte lluvia. Todo no era nada más
que mi culpa, y he sido tan cobarde que no se lo he comentado a nadie.
Si tan sólo pudieras escucharme por un
par de minutos te lo explicaría con detalle. No soy la clase de persona que lo
abandona todo por una meta ridícula que ni yo mismo me he impuesto. Me lavaron
el cerebro todo el tiempo; siempre fuiste el único que sabía la verdad sobre
Dylan y no he podido darte el crédito.
Te dejo elegir mi final. Haz lo que
quieras con mi vida. Si estás enojado y quieres vengarte pues, no sé, Dylan
estará al tanto. No sé qué hará después de matarme, pero dudo que lo disfrute.
Susie estará bien con Angie. Desde que tiene dieciocho ha armado su vida como
el más fabuloso rompecabezas.
... Si, cuidaré de ellas y de Annie. Y
de Ethan, si llega el momento.
No sé qué hacer con mi vida, comienzo a
angustiarme ahora que lo menciono.
A veces tengo recuerdos de tu voz en mi
mente, casi como si la estuviera leyendo. Pero luego me doy cuenta de que es
sólo nostalgia. Y culpa, por supuesto, mucha de ella.
Posé mi mano sobre su foto en la tumba.
Estaba serio y su corbata color caoba la terminaba de asemejar a una vieja toma
de los años treinta; sólo que su peinado se parecía más a uno de los ochenta. Juraría
que cuando me pidieron una foto de él, vi en ella una sonrisa.
Que destino tan feo tenemos, hermano.
Lamento haberte matado.
No-Me-Jo-das! O.O (saliendo del Shock)
ResponderEliminarMICHAEL HA MUERTO?! OSEA DE QUE ME PERDI? QUIEN LO MATO? ¬¬
Espera.....
Angie y Justin...tienen algo? xD
Pobre Annie uu' , se siente vacía, porque paso esto? Ella y Michael se querían mucho.
y Quien es Ethan?...xD'
Me gusto mucho que Justin narrara.
Pero me pareció raro , porque Believe termina feliz y Trust comienza triste. xd
Me Encanto el capitulo! esta temporada sera buenisima, pero....que sera Trust sin Michael uu' (eso creo , posiblemente aparezca a la mitad de la novela o al final) :D
Espero el próximo capitulo con ansias (que sea pronto por favor!) c:
Besos, Bye♥
tyretyiuytdfgbhjkjhbvjkhgfcvuytuyghiojhbn jklhbsdfviubwsind rfcwrcd ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!
ResponderEliminar-Primero que nada, AME, como te quedo el blog, esta taaaan awesome, lml.
-Segunda, ¡Michael fallecio! Me encanto esa parte de "estan velando al aire" LOOOOOOOOOOL!
-Tercera.... ¡aaaaw el capitulo estuvo tan coool! Me encanto, eso de que empezaras con el funeral hhfghhdnvgh siguele pronto, quiero leer mas! :D xo
Uuuuuuuuu Justin, k penita mas grande, encima k t tenia x uno d mis favoritos ahora estaras en mi lista d gente a kien matar O-O xDDD ok no
ResponderEliminarKati eres la mejor siguela xdios casi m da un parocardiaco cuando lo vi en el Face xDDDD vale exagere ALGO pero si k m dio algo xDD, siguelaaaaaa xfavor, tienes el blog hermoso junto con la nove ^o^
Me traumé (?)
ResponderEliminarTrust va comenzando de una manera genial, y mucho más de lo que yo esperaba. Honestamente, en alguna oportunidad pensé que Michael moriría, pero de un suicidio (tal como él decía) o por Dylan. No por el propio Justin; siempre tierno, siempre noble. Eso arruina, absoluta y dolorosamente, mi pobre infancia (¿?). Ya quiero leer más, pese a no poder contar con el sarcasmo y el malhumor de Hilton durante un buen tiempo, porque sé que nos sorprenderás con otro giro en la historia. Eres una de las mejores, Kati.
Una preguntilla, ¿de dónde sacaste los dibujos (o fanarts) del banner como de la foto del Prefacio? Porque están preciosos. Desde ya, si puedes contestarme, muchas gracias.
Que estés bien ;)
¡Hola! Sí, los dibujos son de denvian art, tengo una cuenta y los encontré mientras buscaba imágenes. Hay muy buen material ahí.
EliminarGracias por animarte a comentar por segunda vez, lo aprecio demasiado C:
Ah, entonces no pensé mal xD ¡Gracias! :)
EliminarY no te preocupes, comentarte es un enorme agrado.
O___________________________________________O' Michaeell!!! Muerto ._____. y por Justin DDDDDD8 el traumaaaaa!!!!!!!!!!! T__________________T la lei hace una hora y todavia me lo estoy preguntando ._., me encanto el cap :D a pesar de que me traumo la muerte de Mike :c y ame como quedo el blog esta hermoso :3 eres genial Katiii! Te queremos y muchas gracias :DDD
ResponderEliminarUna que es genial y ya sabia lo que iba a pasar en este capitulo-prefacio-cosaquevaantesdetodo lol bueno pero igual eso no le resto la emoción. Presiento que si vuelvo a leer todo Believe una vez más me voy a emocionar igual.
ResponderEliminarBoeh, la cosa es que: lakjhsgfdfsghajkldfghfdasdfghjkgsaf <- eso define a tu novela xd
ME MUEROOOO LO QUE DIJO ANNIE </33
Aunque Dylan se haga la victima sigue cayendome mal. Siempre me caerá mal el desgraciado y Michael tambien, ¿como se fue a morir? bueno lo mató Justin, si, pero ESE NO ES EL PUNTO.
Perdón por no comentar/leer antes ;-;
xo
katy o.0 ok si querias confundirme felizidades lo lograste -.- haber si comprendi ._. COMO QUE JUSTIN MATO A MICHAEL? NIÑA EXPLICATE ok me calmo es que...como...donde...cuando
ResponderEliminarme vas a dar serias explicaciones xD o yo misma te voy a buscar en argentina estas advertida naaaaa escribes fenomenal voy a quedar sin uñas ._. xD atte: pamela nueva lectora fiel