Capítulo 24: "Custodia" Primera parte.


A mí nunca me siguió la luna, cerca de mí siempre estuvo mi estrella.

- Annie



Habían pasado más de dos semanas sin que Michael quisiera entregar el espíritu y dejó a los segundos y terceros intentos suicidas que tenía planeados, tachados al margen de la hoja y con presión extra ejercida sobre el lápiz.
El día de hoy se conmemoraría por sobre muchos otros recuerdos en la vida de dos personas. La mamá de Justin y el padre de Michael se casaban hoy, y éstos dos últimos no se habían visto hasta hoy, desde la última vez.
Podría relatar como han sido los últimos días, pero me tomaría demasiado. Lo que sobresalió en todo, fue la disposición de Michael – O la autoridad que impuso Justin sobre él, una de las dos – para ayudar a armar la fiesta, la ceremonia, la recepción y las invitaciones. No sé tampoco cómo fue capaz de hacer todo eso y jamás cruzarse con su padre. Será que el novio nunca pone tanto interés como la novia en éste tipo de cosas.
Yo no terminé convenciendo a Michael, pero Angie y yo si ayudamos a hacer las invitaciones. Desde que nos llegó la primera llamada de Justin.


–       ¿Querrían venir? – nos dijo, por el teléfono, como si fuera una obligación que estemos allá, ayudándolos.
–       En realidad no queremos, pero si tanto nos necesitas… - contestó Angie.
–       Prometieron que harían algo para ayudarnos – comenzó a elevar el tono. Ser un party planner no era el trabajo para Justin. Así que últimamente se lo notaba más histérico – Así que o vienen y nos ayudan a escribir éstas tarjetas o… les diré a Rebecca que las golpee.
–       Ay, que tierno eres – suspiró Angie – Ya vamos.

Me preguntaba para qué necesitarían ayuda extra con las invitaciones. No creí que fuera algo tan urgente. Pero estaban retrasados con ellas y lo comprendí todo cuando fuimos al hotel y nos mostraron una caja llena con más de doscientas tarjetas.
Justin parecía un mapache drogado y golpeado. En pocas palabras.
Estaba despeinado, histérico y  con eso, no quise acercarme por temor a que me mordiera.
<< Quiero que todo esto termine >> solía decir cada vez que su madre le ordenaba algo por teléfono.
Con decirles que una vez me quiso regalar su celular para no oír la voz de su madre nunca más.

–       Aún no sé que quieren que hagamos – les dije.

Michael estaba sentado en la silla, con los pies sobre la mesa doblando las invitaciones y pegándoles plumas blancas.

–       ¿A cuántos gansos mataron para cubrir la decoración de todas éstas tarjetas?
–       Ya basta. Mientras más pronto comencemos, más pronto terminaremos. Necesito que ustedes dos escriban, con su letra delicada y femenina, los nombres de los invitados en todas las tarjetas. Se olvidaron de imprimir eso en ellas – Justin volteó hacia su futuro hermanastro – Y tú pega las plumas más rápido.
–       Tienes ojeras – le dijo Michael, riendo, para provocarlo más.
–       Eso, querido amigo – comenzó – Será por que me pasé seis horas haciendo pasteles y cosas dulces ¡Y Aún no he terminado! Si me necesitan, estaré en la cocina – dejó las tijeras sobre la mesa y marchó por la puerta que tenía detrás.

Angie se dejó caer en la silla de oficina que estaba junto a Michael y comenzó a dar vueltas.
<< Esto solía hacer Justin antes de volverse loco >> me decía.

–       Mierda.
–       ¿Qué te pasó?
–       Me corté con un papel – Michael tenía un hilo de sangre recorriéndole por la mano.
–       Tu sangre azul parece ser menos espesa que la nuestra ¡Corre como el agua! ¡Tápate antes de que alguien te vea! – decía Angie, quien se puso a la guardia. Mucha gente pasaba por ése pasillo a toda hora.

Michael se llevó el dedo lastimado a la boca.

–       Wow, es dulce – dijo.
–       Que asco – Angie lo empujó levemente.

Y así comenzó la larga jornada de escribir. Ya había hecho unas diez tarjetas cuando Michael se pasó junto a mí para tomar las tijeras y me dedicó una leve sonrisa.
¿Se estaba burlando de mí? ¿Acaso habré quedado con mi actual cara de idiota la otra vez que hablamos en la biblioteca? Jamás olvidaría algo como eso, y estoy segura de que él tampoco.
<< Trama algo >> solía decir Angie en éstos momentos.

Luego del día de la entrega de invitaciones lo ayudamos a decorar el salón para la fiesta que se daría después de la boda.

–       Mamá ¿Dónde cuelgo ésta tela rosa?
–       No es rosa hijo, es blanca.
No me sorprendería que Justin caiga desecho al suelo en el medio de la boda, o si se quedara dormido en la recepción.
Pero el día – y la hora - habían llegado y Dylan se encargó de llevarnos en “Su auto”  a la boda. Por que Michael y Justin debían estar allá, antes que nadie.

–       No lo rayen ni azoten las puertas. Mi madre me matará – nos dijo al subirnos.

Él no estaba invitado, pero de alguna manera se había enterado que la boda era hoy, y que los chicos tenían que ver con ello.
Opino – por lo que Justin me dijo una vez – que es por que Dylan puede leerle todo a una persona. Te puedes parar frente a él, y sin conocerte, sabrá los datos de toda tu vida. Y él parece ser el más ingenioso de los tres para sacar información usando sólo ése poder.
<< Dylan está guapo>> me dijo Angie, cuando nos bajamos del vehículo << Pero Justin es extranjero>>.
Nos adentramos por el pasillo de la iglesia y nos sentimos como dos gatos en una perrera. Teníamos relación cero con los familiares de los chicos, así que nos buscamos asientos en la parte de atrás.
Sólo con decir que todos eran familiares de Justin, por que de Michael sólo estaba su padre y el resto eran amigos y desconocidos.

–       ¿Mi cabello está bien Annie? ¿Ves imperfecciones? – me dijo Angie. Era la primera vez que alisaba su cabello, y verla sin rizos se me hacía un poco extraño.
–       Está bien, terriblemente lacio y brillante ¿Te dije que adoro tu vestido negro?
–       ¿Te dije que no te vinieras de blanco a una boda? – rió ella.
–       No me lo dijiste ¿Crees que está muy mal?
–       No – rió otra vez – Vi a un par de abuelas afuera con vestidos blancos con brillantina.
–       Son lentejuelas, Angie.
–       Es lo mismo.

<< Igual no es blanco – me dije. – Es color natural>>

El padre de Michael estaba parado cerca de altar hablando con un par de personas. No parecían ser sus padres, pero el trato que tenía con ellos daba a notar que se conocían desde hace mucho tiempo.
Más invitados comenzaron a llegar y Michael apareció detrás de nosotras.

–       Oigan chicas… ¿Me ayudan con…? Un momento ¡¿Tú eres Angie?! – se sorprendió al verla tan arreglada. – ¡¿Qué pasó con tus rizos?! ¡Ya no pareces mi madre postiza! – sonrió.

Angie rió ante el comentario – por que ellos no se parecían en nada, físicamente. Y con o sin rizos, seguirían siendo distintos – y lo abrazó fuerte. Se contuvo a despeinarlo, por que jamás había visto el cabello de Michael tan bien peinado.
Él no había alisado sus rizos, por suerte. Es una de las cosas que más me gustaban de él. Estaba vistiendo un traje blanco, y tenía un par de  rosas en la mano. De ésas que estaban a la entrada de la iglesia como decoración.
Irradiaba perfume, y ni el aplique con diamantes que tenía en el bolsillo de traje era más brillante que su sonrisa. Se lo venía genial, parecía que había olvidado que ésta era la boda de su padre.
Nos dio una rosa a cada una.

–       Annie, estás… - se colgó.
–       Dilo – lo obligó Angie.
–       Tienen que ayudarme, Justin se quedó dormido en el baño y su madre no tarda en llegar.
–       Pobrecito – dijo Angie – Es un idiota.
–       Sólo vamos – comenzó a caminar.
–       ¡Espera! No entraremos al baño de hombres.
–       Está en el baño de mujeres, ése es el problema – Tomó a Angie de brazo, como de costumbre, y emprendieron marcha como  para estrenar sus nuevos zapatos de tacón en una corta corrida.

Nos aseguramos de que nadie nos veía – más bien a Michael, por que con nosotras no había problema – y ya estando dentro, cerramos la puerta con seguro.
Justin estaba sentado en el suelo contra la pared, con la cabeza inclinada hacia un lado y con los ojos cerrados.
Entre los tres lo pusimos de pie y le echamos agua en la cara, cuidando de no mojar su traje. Logramos despabilarlo un poco, pero Angie veía otras prioridades.

–       No te muevas – sacó su polvo de maquillar.
–       Aléjate de mí ¡¿Qué es eso?! – decía Justin.
–       Te quitará esas ojeras – dijo, comenzando a pasarle el polvo por toda la cara. Justin pudo detenerla.
–       Ponme labial si quieres también – agregó, enojado.

Angie guardó su caja de maquillaje bajando la mirada.
–       ¡Demonios! Puedo leer la mente de mi madre ¡Ya está aquí! – exclamó Justin.
–       ¿Y qué está pensando?
–       Quiere matarme… por que no estoy dentro de la iglesia.
–       Corramos.

Llegamos “Pisándole el vestido a la novia” como diría mi abuelo. Estábamos detrás de ella y no se nos ocurría como quedar adelante cuando su vestido blanco nos tapaba toda la entrada.
Detrás de nosotras, Dylan estaba recargado contra una columna comiendo frituras.

–       ¿Qué haces aquí? – Michael fue el primero en imponer autoridad.
–       Él nos trajo – respondió Angie por él – Te dije que ya era todo Dylan. Gracias.
–       Sólo estaba… - se llevó una patata frita a la boca – Viendo que onda con éste lugar.
–       Es una iglesia, no tiene mucha onda – Michael ahora nos miró a nosotras dos - ¿Cómo dejaron que él las trajera?
–       Ha ¿Y Cómo querías que viniéramos? ¿Volando?
–       ¿Quién se casa? – interrumpió Dylan, yendo al grano.
–       Como si no lo supieras.
–       Se ven bien chicas – dijo, y volvió a su auto.

Nos miramos entre nosotras. Dylan Blake nos había dicho que nos veíamos bien, y lo que para Angie era un cumplido, para mi era parte de algo.
Volvimos a la iglesia. La madre de Justin estaba tan concentrada oyendo al padre que no tubo tiempo de dirigirle una mirada fea a Justin por no haber estado en su entrada, o algo parecido.
Nuestros asientos estaban ocupados, pero nos encontramos dos asientos un poco más adelante.
Los chicos estaban del lado derecho del altar, bien parados y despiertos. Cuando el padre comenzó con las palabras para unir a la pareja, Michael se dio la vuelva y caminó hacia afuera.
Pensé que volvería y no me preocupé. Pero pasó demasiado tiempo y le dije a Angie que saldría a tomar aire para ver dónde estaba.
Estaba en la entrada, en la misma columna dónde antes estaba Dylan. Creí que estaba pensando en él, pero no sería la única razón del querer salir para no presenciar el gran momento de su padre.
Yo no estaba al tanto de las cosas, no estaba segura si su padre ya lo había aceptado como hijo o no. Me acerqué a él para preguntarle.

–       ¿Por qué no estás adentro? – le dije. Como que lo asusté, por que se sobresaltó.
–       ¿Y por qué tú estás afuera?
–       ¿Sigues enojado conmigo?
–       No – tardó en responder – Es que, no me hallo allí dentro.
–       ¿Y por qué te sientes así en un momento tan bello como una boda? – pregunté, apenas hizo presencia el minuto perfecto, temiendo a que pasara demasiado rápido.
–       Odio las bodas ¿Por qué tienen de que ser así? Tan armadas, tan ensayadas, tan… de cartón. Nomás que ahora no está pintado de  rosa, sino de blanco – me miró. – ¡Anda! Dime que soy estúpido. Dime lo que me dicen todos, a ver si así logro que sea más fácil sacarte de mis sueños. Es una forma de destruirlos… y que no quede nada de ellos. Quedarían vacíos.
–       Yo quiero ser, entonces, la primera que te deje hablar – quise acariciarle la mano, pero no pude hacerlo - ¿Es realmente eso, lo único que te molesta? ¿Lo de tu padre no tiene nada que ver?
–       En lo último que estoy pensando es en mi padre – rió levemente.
–       No dejaría que sufras solo.
–       Eso implicaría que sufras tú también. Y de eso ya ha sido suficiente… No quiero que la “muerte separe a una pareja” como dice la frase de una boda – me dedicó su mirada – Así que no esperes que eso pase, por que no dejaré ni que la muerte te separe de mí.
–       ¿Y por qué…? – no terminé mi pregunta. Michael enredaba tus pensamientos, y una de las técnicas que había aprendido era estar continuamente hablando, para que él no notara lo perdida que estaba. No por sus palabras, sino por su contenido. Kilos y kilos de verdades insuperables.
–       No veo el futuro de las personas con las que no estoy relacionado. Es decir, no puedo ver el mañana del chico que vive en aquella esquina, por que no lo conozco. Veo cosas que se relacionan conmigo, personas que habitan en mi vida y no he podido contar un solo sueño en el que tu no estés.
–       Pero dijiste que ya me habías visto en uno, incluso antes de conocerme.
–       Por que estabas destinada a conocerme. Y formarás parte de mi vida, así lo quiera o no.
–       ¿Y crees que sufro por conocerte? ¿Es lo que dices?
–       Quizá aún no, pero en un futuro si. Si no me conocieras te evitarías tantas cosas que he visto – dijo, como enumerando bastantes hechos en su mente – Tienes todavía la oportunidad de irte y no volver a verme nunca más.
–       Eso me hará peor ¡¿Qué no lo ves?! – estaba nerviosa y comenzaron a temblarme las manos.

Tomó mis dos manos entre las suyas.

–       ¿Lo ves? Sufres con esto también. Busco tu bien y eso no parece servirte. No sé que es lo que quieres, no soy Dylan para saber tus deseos. Pero si conozco los míos.

Se me hizo un nudo en la garganta. Lo tenía guardado todo dentro de mi, todo lo que quería decirle; pero al no atreverme a hablarle, todo ése sentimiento se condensó en una lágrima, pequeña y solitaria que bajó por mi mejilla derecha. Quise limpiármela, pero él tenía mis manos.

–       No hagas eso – pareció obligarme.
–       ¿Por qué no? – lo enfrenté.

Puso su frente contra la mía, aún sin soltar mis manos.

–       Por que cada lágrima que tú derramas, quiebra siete fibras que me mantienen de pie – dijo, bajando el tono y la tensión en su voz.
–       ¿Tienes idea… - dije luchando contra mi dificultad para hablar en ése momento, tenía el alma retraída - … de lo que me haces creer cuando dices algo así?
–       ¿Y tú tienes idea de cuanto te amo y lo que me ha costado achicar todo mi sentimiento hacia ti para que cupieran en ésas dos palabras?

Definitivamente mi corazón se encogió,  y no sentía las extremidades de mi cuerpo.
En especial mis manos.
Que estaban en las suyas.
Que le pertenecían.
Y ya no estaba retraída, mi alma parecía estar hablándole por mí, casi como si estuviera ayudándome. Y él parecía entenderla.
Temblaba de pies a cabeza, y viéndolo a él, desde sus ojos, estaba tan quieto. Tan controlado. No era débil como yo. No era como yo. Alguien que se desharía ante una mirada tan cargada de confesiones. Era impresionante como hablaban ésos ojos.
Estaba segura de que mi necesidad era toda de ésa persona que estaba frente a mí. Lo que no sabía, es que si estaba ida, o si él me había tomado.

Me percaté que no había dicho nada en todo ése tiempo en lo que mi ser tardó en aceptar lo que me estaba diciendo. Él ya había tenido tiempo de sonreír levemente y acercarse para hablarme cerca del oído.

–       No tienes que decir nada. Las cosas tardan en ser escritas – me soltó.

Pensé que se iría. Como es tan propio en él después de revelar algo, pero sólo volteó dándome la espalda y quedó parado.
Él sabía que me había dejado así y se estaba burlando.
Me acerqué a él para decirle algo – aún sin saber qué – cuando volteó a mí para verme y toda la suerte del mundo se fue de su lado. Dejándome sin nada que hacer a mí, de nuevo.
Aunque, últimamente, eso pasaba cada vez que me miraba.
Dio un paso al frente.

–       Dicen que uno ve sólo lo que quiere ver ¿No? – dijo - ¿Será por eso que siempre estás allí entonces?

No pude soltar ni una sola palabra.

–       Di algo – me dijo.
–       Algo – respondí.
–       Está bien.

De repente se acercó a mí con más rapidez. Y torpemente me cubrí con los brazos.

–       Tranquila. No voy a hacerte nada – dijo riendo – Absolutamente nada.
–       Dijiste que no querías una respuesta.
–       No. Yo dije que no tenías que dármela. Pero si la quiero.  Así como no tienes que amarme, aunque sea lo único que deseo. Y no vas a creer esto, pero ¿Me imaginas pidiéndote matrimonio? ¿O una cita? – rió y negó con la cabeza – No soy como los demás, y eso va en todos los sentidos posibles. Mi forma de quererte no va a ser igual a la que normalmente los humanos conocen. ¿No pudiste enamorar a otro Annie? ¿A uno que no sea raro? ¿Te atrae el peligro? ¿Eres masoquista?
–       Mira quien habla – dije, sin la menor autoridad. Mi tono de voz denotaba lo débil que estaba.
–       Si no fuera por ti, estaría muerto. Es más, si no fuera por que tú existes, yo tampoco existiría.

Bajé la mirada. Me sentía estúpida, tenía que estar a su nivel.
Tenía dos caminos: el primero era ser la humana sensata que no cree en nada anormal y vive una vida aburrida.
Y el segundo era caer frente a él, comprender todo lo que me decía, pero eso implicaba cierto sentimiento extraño adentro. Quizá así se escribía “Amor” desde un corazón azul.
Cuando volví en mí, su mano tomaba mi barbilla y estaba levantando mi mirada para que quedara frente a la suya.

–       Y aquí otra tontería humana que jamás entendí. Yo te pediría que fueras mi novia. Pero no lo haré.

Si no me había dejado perpleja antes, lo había hecho ahora. Y él, al notarlo continuó.

–       Yo no puedo tener novia. Ni yo ser el novio de alguien. Odio esa palabra. Odio la forma en la que está escrito el amor. Te acepté antes de conocerte y la necesidad de respirar no es incluso más fuerte que la de estar contigo. “Novio” es una cadena, un término inventado por el hombre, y no quiero que cosas inventadas interfieran con sentimientos reales. ¿Por qué quiero una cadena si el lazo que tienes conmigo es más fuerte que cualquier cosa?

¿Y cómo el decirme que alguien no quiere ser mi novio puede tornarse algo hermoso, tierno e inusual?
Respuesta: Michael Hylton. La estrella que estuvo junto a mí, antes de que naciera o antes de que mi destino fuera grabado.




CONTINUARÁ...


Lo que estábamos esperando xD


Espero les guste ^^ Comenten por favor.


¿Ya escucharon el track 05 del soundtrack de la historia?
http://www.youtube.com/watch?v=_YiGxDCdXD0

7 comentarios:

  1. ¡Que coño..?! Osea.. WTF! Se le drclaro, ¿y no la beso? ¿no saldra con ella? osea.. no no me la creo ¡fue GENIAL! Quiero tener un novio asi de raro como Michael, y que me diga esas cosas tan lindas y todo lo demas ¡que bello! Envidio a Annie por eso:) "¿Y tú tienes idea de cuanto te amo y lo que me ha costado achicar todo mi sentimiento hacia ti para que cupieran en ésas dos palabras?" ¡¿Algo mas precioso que eso?! Me encanto<33 espero y le sigas pronto bye:)

    ResponderEliminar
  2. O_O' Wow!! Estubo GENIAL! Me encanto el Capitulo!♥
    AwW.. yo quiero que Annie y Michael sean novios :D
    seria tan hermoso...
    Espero con ansias el proximo capitulo :)
    Suerte,Bye.

    ResponderEliminar
  3. O________________________________O SE LE DECLAROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!! *------------------* DIOOOOS! ME DEJASTE... NI SIQUIERA SE COMO ME SIENTO!!! WOOOOW! AME ESTE CAP!! POR FAVOOR SÍGUELA PRONTO!!! *-* TKM!!! ERES UNA GENIO!!! BESOS

    ResponderEliminar
  4. QUIEROCOMENTARNOESTOYENLALAPASÌQUEDEBERÌAFUNCIONAL *beeep beep* fin de la transmiciòn. *apago el radio*

    Bien, ya basta de tonterìas, lo que interesa de verdad.

    Primero, LETENGOFOBIAALOSMATRIMONIOS! xd enserio x_X el ejemplo està ahì en el pobre Justin, por cierto, eso de "Dylan está guapo, pero Justin es estranjero" ME MATÒ! JHAJAJAJAJAAHJSDHAJHASDJ XD Nomames con Angie, es la onda jaja. Todo muy bien, pero ese final... esa "confesiòn" de Michael, ¡¿Què lo estaba planeando o que coño!? ME VA A PROVOCAR UN PARO CARDÌACO KATALINA!

    I love this historia <3 tienes que continuarla pronto weya, enserio me encanta, me fascina. Me encanta el amor de Michael hacia Annie, enserio, ES SUBLIME!

    Quiero màs

    RÀPIDO! <3

    ¿Sabes quien soy, no? xD

    ResponderEliminar
  5. Oh, vaya vaya vaya!

    No había tenido tiempo de pasar por aquí últimamente, y vaya que me he llevado una linda sorpresa! Más que linda!!

    "¿Y tú tienes idea de cuanto te amo y lo que me ha costado achicar todo mi sentimiento hacia ti para que cupieran en ésas dos palabras?" No pudiste haber escrito algo un poco más tierno?! *-*

    Esa fue la forma de declararse más extraña que haya visto jamás... Y la más tierna también! Annie tiene suerte...

    Espero que no tardes mucho en publicar el siguiente capítulo porque estoy muriendo de ansias!!
    Saluditos!

    ResponderEliminar
  6. Que tipo tan raro que es justin ._. ósea quien se queda dormido en el baño de mujeres?! si si si solo el
    no entiendo que rayos con michael D: no quiere a annie como novia
    entonces D: para que se lo dice!!
    dylan hay... jo e' puta :33
    jaja ya... sigue
    quiero la segunda parte NAO!
    muy buen capitulo^^ nos vemos (?
    adiós
    S.
    Vny e.e

    ResponderEliminar
  7. waw FUE GENIAL
    estubo IN-CRE-I-BLE!!!!
    Porfin le dijo que la ama
    fue raramente-hermoso :)

    No puedo creer lo TIERNO
    que fue mike

    ♥.♥ ¿Y tú tienes idea de cuanto te amo y lo que me ha costado achicar todo mi sentimiento hacia ti para que cupieran en ésas dos palabras? ♥.♥

    WAW eso fue
    LO MAS HERMOSO QUE ESCUCHE EN MI VIDA!!
    Me ENCANTO lo TIERNO que es!!!

    que suerte que tiene annie...

    SI TODOS LOS HOMBRES FUERAN
    COMO MICHAEL nosotras viviriamos
    en un sueño...
    pero no, seria soñar
    lo imposible jejeje :D

    ME ENCANTO ESTE CAPITULO!!
    espero que subas el siguiente
    PRONTO, estoy anciosa por ver
    como sigue...

    bye bye
    suerte!!! :D

    ResponderEliminar